Amanecía, y el nuevo sol
pintaba de oro las ondas de un mar tranquilo.
Chapoteaba un pesquero a un kilómetro de la costa
cuando, de pronto, rasgó el aire la voz llamando a la
Bandada de la Comida y una multitud de mil gaviotas se
aglomeró para regatear y luchar por cada pizca de
comida... |