Este hombre,
si es que en verdad era «hombre», moró en Egipto en los
primerísimo días. Era conocido como Hermes Trismegistus. Él
fue el padre de la sabiduría oculta; el fundador de la
astrología; el descubridor de la alquimia. Los detalles del
relato de su vida están perdidos para la historia debido al
lapso de los años, aunque varios de los países antiguos
disputaron uno con el otro en sus alegatos por el honor de
haber suministrado su lugar de nacimiento, y de esto hace
miles de años. La fecha de su residencia en Egipto, en esa
su última encarnación sobre este planeta, no es conocida
ahora, pero ha sido fijada en los primeros días de las más
viejas dinastías de Egipto -mucho antes de los tiempos de
Moisés-. Las mejores autoridades le consideran como un
contemporáneo de Abraham, y algunas de las tradiciones
judías llegan a afirmar que Abraham adquirió una porción de
su conocimiento místico a partir de Hermes mismo.
Saqqara - El Complejo de
Cristal Saqqara es la primera manifestación de los
avanzados conocimientos en todos los campos de los
sacerdotes de la Escuela de Misterios de El Ojo de Horus
cuyas ruinas llegan hasta nuestro tiempo.
Allí se construyó la primera pirámide sobre la tierra
después del diluvio. Se usaron por primera vez bloques
modulares de piedra para construir un edificio. Se tallaron
hieroglifos en los muros
con los primeros textos religiosos de la historia. Allí
se construyó un enorme complejo subterráneo. Doce pisos
bajo tierra, con cámaras y galerías decoradas con los
primeros
baldosines de cerámica horneados por el hombre. En estas
cámaras, bajo tierra, se encontraron más de 40.000
urnas, cuencos y vasos de alabastro. Para qué servían?
Qué lograrían al realizar con tanto esfuerzo túneles,
cámaras y salones, 30 metros bajo tierra? Cómo
iluminaron estos espacios para poder realizar el difícil
diseño cerámico de sus muros? Por qué las construcciones
a ras de tierra son volúmenes macizos de piedra sin
ninguna utilidad aparente? Qué ganaba una sociedad de
unos 4.000.000 de personas al cortar y mover más de
1.000.000 de T de piedra para producir un complejo
escenográfico que asombra por su refinada arquitectura?
Para qué producir un trabajo tan elaborado de tallas en
piedra, columnas, bajorrelieves y refinadísimos detalles
arquitectónicos para adornar una fachada que no tiene
nada en su interior? Cómo pueden darse simultáneamente
avanzadas tecnologías que aparecen por primera vez con
algo tan inexplicables racionalmente.
Saqqara es uno de los misterios más grandes de Egipto.
Su historia nos revela las más increíbles respuestas,
comenzando por el genio multifacético, el fabuloso
personaje que la diseñó y dirigió su construcción. El
arquitecto Imhotep, cuyo nombre significa el sabio que
viene en paz, sumo sacerdote de La Escuela de Misterios
de El Ojo de Horus, tiene uno de los lugares destacados
en la historia del hombre. Primer Ministro, Gran Visir y
Canciller del faraón Djoser que reina en la tercera
dinastía alrededor del año 2800 AC. Imhotep nace un 31
de mayo, hijo del arquitecto Kanopher y de su mujer
Kreduhuonc. Unas pocas estatuillas lo muestran como un
ser sencillo, vestido con la sobriedad de un monje.
Padre de la arquitectura, pasa de la madera y el barro
cocido a los bloques modulares de piedra, diseña las
primeras columnas talladas con flores de loto en el
capitel, los más refinados detalles arquitectónicos, la
armonía de Saqqara resalta su maestría. Fue el primer
filósofo de la historia del hombre; se dedicó a pensar y
a analizar conceptos fundamentales como espacio, tiempo,
volumen, la naturaleza de la enfermedad, la existencia
de Dios y de la inmortalidad. Expresa la base conceptual
de la civilización egipcia, como el movimiento de la
conciencia hacia Maat, hacia lo justo, lo recto, lo
armónico y lo equilibrado. Platón nos dice que la
historia que le contaron a Solón los sacerdotes egipcios
sobre la Atlántida, se remonta a Imhotep. Astrólogo y
astrónomo, realizó el primer registro sistemático de la
bóveda celeste, deja los primeros mapas de las
constelaciones. Demuestra su conocimiento de la
precesión de los equinoccios al usar los cambios de era
para determinar las etapas de revelación en el
desarrollo espiritual de la civilización egipcia. Pero
fueron las grandes dotes de Imhotep como médico, las que
lo convirtieron en un semidiós. Sólo 50 años después de
su muerte, el faraón Mikerinos le dedicó un templo que
fue sitio de peregrinación y curaciones milagrosas.
Los griegos que estudiaron en Egipto y que le cambiaron
el nombre a todo el mundo, lo llamaron Asklaepios o
Esculapio para marcar sus logros como médico. También lo
llamaron Hermes Trismegistus, el tres veces grande, por
sus dotes como filósofo y físico que reveló las bases de
cómo funciona el universo. Imhotep fue el primero en
recopilar información sobre cómo diagnosticar y curar
muchas enfermedades. El caduceo, que hoy es el símbolo
de la sociedad médica, era la vara de poder de Imhotep.
Con ella medía la cantidad de energía vital que un ser
humano ha aprendido a procesar en su interior. Así sabía
cual de los centros neurales o chakras utiliza para
captar y procesar su energía vital y en donde tiene
imbalances celulares electromagnéticos. Curaba elevando
la frecuencia vibratoria del aura a campo
electromagnético personal. Esto restablecía el balance
de los chakras permitiendo que volvieran a suministrar
la energía vital necesaria a los órganos afectados, la
causa real de las enfermedades.
El caduceo tiene dos serpientes que se cruzan sobre los
7 chakras, los centros neurales sobre la columna
vertebral que captan y distribuyen la energía.
Simbolizan las dos polaridades de carga eléctrica y
movimientos contrarios, que dan lugar al universo dual.
En su centro está una columna ondulatoria, formada por
parejas de partículas con carga opuesta que se
neutralizan y equilibran, la única manera para llegar a
la iluminación. Representa el kundalini, la fuerza vital
que sube a través de la columna vertebral. Al
desaparecer ese conocimiento su forma se conserva como
el símbolo para curar. Experimentos utilizando su forma
como una bobina eléctrica, han encontrado que tiene unas
misteriosas características. Al aplicarle corriente no
se detecta ningún campo de fuerza, a pesar de
comprobarse sus efectos, pues resuena en todas las
frecuencias y longitudes de onda. Se pudo utilizar como
emisor y receptor de señales radioeléctricas al alinear
sus ejes de hierro como si emitiera señales de láser.
El papiro médico Ebers, muestra la manera como Imhotep
mezclaba la magia con la medicina. Sus fórmulas y
remedios para sanar están llenos de rezos y
encantamientos, pues consideraba que la medicina no
curaría si no se le había dado poder con la energía de
la palabra. Sus escritos y enseñanzas pasaron
secretamente de generación en generación durante
milenios. Son la base de los conocimientos gnósticos,
templarios, iluminatis, rosacruces y masones.
Los griegos los llamaron los principios herméticos.
Imhotep los dejó para la posteridad en varios papiros y
tabletas. Uno de ellos, El Kybalion. Habla de los siete
principios fundamentales del universo. Allí afirma que
el universo existe en la mente de Dios, que cada hombre
es uno de sus pensamientos con la capacidad de pensar a
su vez que la realidad es un gran sistema donde todo
tiene conciencia y está interconectado.
Imhotep fue un maestro del conocimiento. Enseñó la
escritura hieroglífica y a tallarla en losas de piedra
produciendo los primeros textos religiosos de la
historia. Por esto es asociado con Thoth, el Neter o
Principio Divino, simbolizado por una figura humana con
cabeza de ibis que representa al Verbo Divino, al
creador de la palabra. No hay duda que Imhotep fue un
espíritu muy especial. El paso del tiempo lo convierte
en un mito asociado a la divinidad con distintos
nombres. Thoth, Mercurio, Quetzalcoatl, Esculapio,
Hermes Trismegistus, el tres veces grande. El término
hermético se convierte en sinónimo de sabiduría secreta,
la que una vez estuvo en las mentes de los sacerdotes de
El Ojo de Horus, uno de cuyos primeros sumos sacerdotes
fue Imhotep, el sabio que viene en paz.
Fue Imhotep el que decidió dónde se construiría Saqqara
para sus misteriosos propósitos. Situada en el área
comprendida entre los 31º y 32º longitud Este y los 29º
y 30º latitud Norte, la única área en Egipto donde
construirían pirámides durante los siguientes 400 años.
En una zona desértica, 14 Km. al S de El Cairo, al lado
de Memfis, la desaparecida capital de Egipto. En Maidum,
Hawara y E Lahun están las más al Sur y en Aburawash la
pirámide más al norte. Sobre una plataforma de piedra
que va hasta Giza, 50 m por encima del nivel del río,
hecho que garantizaba que el nivel freático de la zona
no inundaría los trabajos subterráneos que tenía
planeados. En una zona donde existen otras 8 pirámides
menores, construidas en las dinastías IV, V y VI.
Exactamente sobre uno de los nodos principales de la
malla electromagnética del planeta, donde mejor se puede
utilizar la fuerza de su energía telúrica para hacer
vibrar una gran masa de piedra. En esta área ocurren los
efectos electromagnéticos naturales más poderosos del
planeta. Allí está localizado uno de sus chakras, por
allí pasa la corriente telúrica, la carga tierra
negativa que lleva su energía vital. Un sitio mayor de
confluencia de las llamadas Leigh lines, perfecto para
que un gran volumen de piedra, con alto contenido de
cristales de cuarzo al vibrar produzca energía estática
negativa por la fricción de sus moléculas. La atmósfera
en este sector, está cargada con 500 V / m² de corriente
positiva. Cinco veces lo normal. Es un punto de poder en
el planeta que aumenta los efectos de la pirámide que
Imhotep construyó. Esta ubicación de Saqqara era
fundamental para utilizar la pirámide como un
condensador eléctrico que captaba como una antena la
energía positiva de la atmósfera en los cristales de
cuarzo de las losas de granito que una vez forraron la
superficie de sus caras.
Saqqara significa el
que abre y guía el camino. Su símbolo es el chacal que
guía a los perdidos en el desierto hasta llevarlos a
tierra cultivada, al sitio del hombre civilizado.
A lo lejos, lo primero que debía verse era la blanca
pirámide, recortada sobre el larguísimo muro, el primero
realizado por el hombre en bloques de granito cortado
con sofisticados bajorrelieves y dinteles. Una obra
mucho más complicada que la misma pirámide. 130.000 T de
granito de Tura, formaban un alto y especial muro de
piedra. Rodeaba las 15 Ha del complejo, protegiéndolo
del caos exterior, dándole una forma rectangular,
ajustada exactamente en dirección cardinal N-S paralelo
al curso del Nilo. El muro tenía 10 m de alto,
aproximadamente 4 pisos de un edificio actual; 550 m, 5½
cuadras en línea recta de Norte a Sur y la mitad exacta
de esta distancia, 275 m de ancho de Este a Oeste.
El muro es el primer componente de la máquina cuántica
diseñada por Imhotep en Saqqara. Todo el complejo era
como un gran circuito electrónico, sólo que en piedra y
a una escala enorme. El muro actuaba como un cordón
electromagnético que aislaba todo el complejo, cerrando
y protegiendo el circuito. Para realizar su cometido no
necesita de cables eléctricos, sólo que las moléculas
del material que le da forma tengan un alto contenido de
cristales de cuarzo. El granito de Tura, un sitio muy
cercano a Saqqara tiene un gran contenido de cuarzo. El
cuarzo organiza sus moléculas en tetraedros, una de las
cinco formas básicas que organizan la materia, llamados
sólidos platónicos. Al vibrar con el planeta las caras
de los tetraedros se friccionan entre sí, produciendo
una carga eléctrica. Los 85.000 m³ del muro de granito
contenía una enorme cantidad de cristales de cuarzo que
generaban un poderoso campo de fuerza, una onda
radioeléctrica constante. El muro es parte integral de
un complejo captador de energía electromagnética, cuyo
corazón estaba en la pirámide escalonada que, con sus 66
m de altura, dominaba el complejo. La forma del muro es
sorprendente. Entraba y salía para producir bastiones y
pórticos a intervalos regulares. Bajorrelieves
verticales enmarcaban los pórticos que embellecían y
regularizaban el conjunto, produciendo una sensación de
armonía con un estilo arquitectónico casi ultramoderno.
Desde las almenas de su parte superior, a las que se
accedía a través de escaleras colocadas a intervalos
regulares, se divisaba el paisaje de kilómetros a la
redonda y la imponencia de la pirámide escalonada.
No sólo es la primera construcción monumental en piedra
tallada del hombre, sino que además, tiene una serie de
detalles arquitectónicos que indican una maestría y un
conocimiento que nunca fue superado en todo el
desarrollo posterior de su civilización. 15 pórticos
iguales mimetizaban el único con una puerta verdadera,
ubicado en la esquina SE del enorme rectángulo. Enmarca
un estrecho corredor de acceso que sólo permite entrar,
uno por uno, a los visitantes de Saqqara.
El camino de perfeccionamiento espiritual es individual
e intransferible. Nadie puede evolucionar por otro. Por
esto a Saqqara se entraba de uno en uno. Un muro tan
alto con 14 pórticos falsos y uno solo verdadero, una
entrada tan estrecha pareciera haber sido diseñada con
propósitos de defensa.
Sin embargo, Saqqara nunca tuvo una puerta en su única
entrada. La tecnología aplicada restringía el acceso a
los seres con mentes primarias, con un aura o campo
eléctrico personal cargado negativamente. Desde el largo
corredor bajo el muro y a lo largo de toda la galería de
las 48 columnas, existía un poderoso campo de fuerza que
amplificaba los sentimientos del visitante, si había
odio, miedo o inseguridad en sus corazones, su propia
angustia amplificada les impedía el acceso. Sólo los
puros de corazón podían entrar en Saqqara, cuando el
complejo y La Escuela de Misterios de El Ojo de Horus
funcionaban allí.
La imponente galería tiene 48 columnas, su forma
esotérica es la misma del ADN humano, 20 pares de
columnas estrechamente unidas a sus muros, dispuestas en
el sentido que recorre el sol, sobre el eje de avance de
la energía, la espiral entorchada de la molécula. Cuatro
pares de columnas en el salón transversal al final de la
secuencia, simbolizan la capacidad adicional que
diferencia al ser humano del animal para almacenar,
analizar y procesar la información. Las columnas,
totalmente moduladas y con 7 m de altura, estaban
dispuestas con una serie de principios arquitectónicos
que se repitieron miles de años después en Grecia, en el
Partenón. Cada columna tenía la forma de un haz de
papiros, el cilindro tenía una ligera convexidad y se
estrechaba en su parte superior acentuando su
verticalidad para engañar la vista, que sin este truco
las vería curvas desde lejos. El restaurador de Saqqara,
Jean Philippe Loeth también encontró que en la
profundidad de la galería, las columnas más lejanas
estaban ligeramente más distanciadas entre sí,
aumentando la perspectiva y produciendo la sensación que
la galería era más grande.
Al atravesar la galería se llega al salón transversal de
las 8 columnas, unidas entre sí por módulos de piedra
que enmarcan la salida al gran Patio de las Serpientes,
en cuyo lado Norte brillaba espléndida, la pirámide
escalonada. El patio estaba originalmente delimitado por
altos muros con intrincados bajorrelieves. Formaban
nichos con la forma que simboliza una puerta y que
posteriormente aparecería en uno de los muros de todas
las tumbas egipcias. Cada puerta estaba rematada por un
friso horizontal decorado por una cobra, la serpiente
sagrada que simboliza a la dualidad, por su lengua
bifurcada y sus órganos sexuales dobles. La serpiente
simboliza también la determinación para alterar la
existencia, de comenzar un viaje evolutivo decidido por
sí mismo, de tomar sus propias decisiones. Es la fuente
y origen del movimiento.
En este patio se realizaron muchas ceremonias. La
mayoría con discípulos de la escuela. Pero una vez al
año, el faraón llegaba a este escenario para ser
coronado nuevamente por el sumo sacerdote de El Ojo de
Horus, con la corona blanca y roja que simbolizaba su
poder sobre todo Egipto. También, al cumplir 30 años de
su reinado, se realizaba una ceremonia de renovación,
llamada el Heb Sed, en ella, el faraón corría ataviado
solamente con las insignias de su poder alrededor del
Patio de las Serpientes para rejuvenecerse
conceptualmente y demostrar su fortaleza para gobernar
el plano físico.
El muro Sur del patio formaba la fachada de la llamada
Tumba Sur, una capilla falsa, hecha de piedra maciza con
techo abovedado, cuya verdadera función era disimular
uno de los dos accesos al complejo subterráneo. La
capilla tiene un pequeño espacio en su interior adonde
llegaba un pozo vertical que permitía acceder al sistema
subterráneo, lejos del acceso que llega a la pirámide.
Esta profunda excavación descubre la escalera original
de acceso al complejo subterráneo. Los dos pozos
verticales de acceso, el de la pirámide y el de la
capilla sur fueron encontrados sellados con tapones
circulares de granito que pesaban más de 10 T. La
capilla en la superficie, era sólo una fachada falsa
para este acceso. La verdadera vida de Saqqara estaba
bajo tierra. Desde este acceso en la Tumba Sur, se llega
a cámaras y galerías subterráneas y sale un túnel que
termina exactamente bajo la galería hipóstile de acceso.
La planta de todo el complejo parece el procesador
central de un computador. Saqqara fue el primer
experimento con la forma piramidal para aplicar y
perfeccionar una tecnología cuántica, cuyo objetivo era
acelerar el perfeccionamiento espiritual de los
discípulos de La Escuela de Misterios de El Ojo de Horus.
Durante 400 años se construyeron alrededor de 100
pirámides con formas. Tamaños y materiales distintos
hasta que perfeccionaron el diseño y se construyó la
Gran Pirámide de Keops.
Conocimientos heredados de la civilización atlante para
convertir masivas formas piramidales en máquinas
cuánticas para la producción de columnas ondulatorias
estacionarias de energía que permitían elevar la
frecuencia de vibración de los iniciados. Esto aumentaba
la energía vital, amplificaba el poder mental y
despertaba nuevos sentidos, como la telepatía, y la
sensibilidad para percibir el aura de las otras
personas. Permitía a la conciencia situarse sobre el
tiempo y ver la cadena de reencarnaciones vividas.
En el lado por donde sale el sol en el Patio de las
Serpientes aun permanecen erguidas tres columnas que
formaban el centro del llamado Templo Real del Heb Sed,
un pabellón utilizado por el faraón y los sacerdotes de
El Ojo de Horus durante las celebraciones. Desde este
pabellón, siguiendo un muro curvo, se llega al patio
rectangular del Heb Sed, paralelo al patio central del
complejo. Sus lados estaban delimitados por dos series
paralelas de capillas falsas. Son realmente una fachada
elaborada sobre un bloque de piedra maciza. Cada serie
tenía 13 extrañas y misteriosas capillas de piedra
maciza. Sus muros no producen ningún espacio útil en su
interior. Son sólo una fachada escenográfica,
elaboradísima, con refinados detalles arquitectónicos.
Su forma disfrazaba el verdadero propósito de todo el
complejo y el intrincado diseño de cámaras, túneles y
galerías subterráneas diseñadas como un enorme circuito
electrónico para producir un vórtice electromagnético.
Frente a cada capilla falsa a través de un estrecho y
tortuoso pasaje, se llegaba a un pequeño santuario
exterior, donde estarían las representaciones simbólicas
de las fuerzas tutelares de Egipto, la eneada divina.
Los muros exteriores estaban profusamente decorados con
altos y bajorrelieves de puertas y ventanas falsas,
cercas falsas de madera, series de Djeds, columnas tipo
flauta, en fin, una escenografía completa tallada en
piedra. Al norte del patio de las capillas falsas,
exactamente al este de la pirámide escalonada, están las
llamadas Casas Sur y Norte, dos construcciones mucho más
grandes pero igual de falsas. La Casa Sur tiene columnas
cilíndricas con capiteles con forma de flor de loto,
símbolo del Alto Egipto. Un estrecho corredor tiene en
una de sus paredes el grafito más antiguo del mundo,
hierático, con comentarios que hacen referencia al
faraón Djoser de visitantes durante la dinastía XVIII.
La fachada de la Casa Norte tiene columnas con papiros.
El símbolo del Bajo Egipto, el Delta al norte del país.
Aquí, durante la ceremonia del Heb Sed, el rey recibía
la corona roja que simboliza su autoridad sobre ese
territorio.
Entre la Casa Norte y el llamado templo funerario de
Djoser, se encontró el llamado Serdab, una pequeña
capilla con dos orificios en uno de sus muros. A través
de ellos atisbaba hacia el patio exterior una estatua
sentada del faraón Djoser recibiendo la brisa
vigorizante del viento norte. La figura con el imponente
nemes en la cabeza, cuyos ojos incrustados de cristal se
perdieron, es la primera imagen tridimensional de tamaño
natural de un monarca egipcio que ha llegado hasta
nuestros días. Observa desde hace milenios, el estupor
que causa a todos los visitantes de Saqqara las
construcciones falsas contenidas en sus muros. El
disfraz que esconde a la poderosa máquina cuántica.
Escucha desde allí, las teorías que afirman que Saqqara
fue su tumba nunca utilizada. A su lado se encuentran
las ruinas del templo adosado a la pirámide con su único
acceso hacia el este, que a través de intrincados
laberintos de estrechísimos corredores conducía a los
patios abiertos. Uno de los cuales escondía la puerta a
la verdadera Saqqara en las profundidades de la tierra.
Este patio disfraza el acceso principal a los
subterráneos. Este esquema de un templo adosado se
repite en las pirámides que se construyeron en los
siguientes años.
Saqqara fue abandonado con la llegada de la era de Ram,
alrededor del año 2.320 AC, cuando se construyó la
Pirámide de Keops. El conocimiento sobre los accesos a
las cámaras y galerías subterráneas se perdió en el
tiempo. La piedra de sus muros fue utilizada como
material de construcción. Muchos nobles de períodos
posteriores construyeron sus tumbas en este lugar
sagrado. Hoy se cree que fue un cementerio y que el
complejo original es la tumba del faraón Djoser.
En la dinastía XXVI en la decadencia de la civilización
egipcia, ya nadie sabía que el templo adosado escondía
la entrada a su cámara principal. Por orden del faraón,
cavaron un largo túnel desde la cara sur, bajo la
pirámide, creyendo que allí estaba la entrada.
Perforaron la durísima roca, dejando columnas en piedra
para evitar que el túnel colapsara hasta que llegaron a
la cámara central, un espacio vacío de 12 pisos de
profundidad. Un pozo vertical con la forma de un
obelisco virtual en el corazón de la pirámide. Desde
allí descubrieron que el acceso original estaba
realmente en la cara norte de la pirámide y pudieron
entrar a todo el complejo de galerías subterráneas. La
construcción de Saqqara se realiza en tres etapas
planeadas desde el comienzo por Imhotep. Las etapas
permitían que el complejo fuera creciendo y que la
pirámide se expandiera como el cuerpo de un ser humano.
La primera etapa comienza con la construcción de la
columna vertebral del complejo, la excavación del pozo
vertical de la pirámide que baja hasta una profundidad
de treinta metros. Doce pisos de profundidad, que
equivalen al 50% de la altura total de la pirámide
terminada. A esa profundidad, cavan cientos de metros de
túneles y una serie de cámaras y galerías que son parte
fundamental del sistema.
En la segunda etapa, construyeron sobre el complejo
subterráneo una pequeña pirámide escalonada. Su volumen
y peso era un 50 % exacto de la pirámide proyectada.
Empleaba sólo la mitad de los recursos y del esfuerzo
total. Además, se lograba utilizar temporalmente la
instalación en su propia construcción - La carga
eléctrica generada por la pirámide pequeña era utilizada
para producir avenidas electromagnéticas que facilitaban
el desplazamiento de todo el material necesario para
construir totalmente el complejo.
Partiendo del frente de la pirámide, se colocaban a
distancias regulares una serie de pilares llamados Djed
que transferían del uno al otro la carga de iones
negativos generados por su masa en vibración. Cada pilar
tenía dos bobinas verticalmente dispuestas de alambre de
oro enrollado sobre madera. La primaria en la parte
inferior, la secundaria en la parte superior. El pilar
era colocado sobre una cavidad llena de fibra mojada en
agua salada que producía un excelente contacto tierra.
Se requería que un sacerdote de alto nivel de conciencia
y vibración controlara con la energía taquiónica de su
mente la transferencia del flujo de iones al primer
pilar frente a la pirámide. Desde allí, la carga
eléctrica fluía de manera regular de pilar en pilar,
generando una avenida electromagnética hasta llegar a
Tura, a corta distancia de Saqqara, frente al Nilo, en
el rango de poder de la pequeña pirámide, donde se
encontraban las canteras de granito de cuarzo. Las losas
cortadas de granito eran colocadas frente al último Djed,
donde eran golpeadas por la vara del sacerdote
induciéndole a sus moléculas de cuarzo la misma carga
negativa de la avenida. Las dos cargas iguales se
repelen y el bloque levitaba. Es el mismo principio
utilizado hoy por el tren bala en Japón, que flota sobre
un poderoso campo electromagnético en los rieles de
igual polaridad a la del tren.
Así, con la primera línea de transporte electromagnético
pudieron mover fácilmente toda la piedra que necesitaban
en la tercera etapa. Las 425.000 T de piedra para
ampliar la pirámide y las 135.000 T de granito de Tura
para el muro exterior.
Las etapas permitían utilizar parcialmente la potencia
generada y aumentarla en un 50 % cuando la pirámide
grande estuviera construida. La potencia total
garantizaría una avenida electromagnética que llegaría
hasta Maidum, el llamado punto medio entre Saqqara y las
canteras de granito rojo en el Alto Egipto. Tecnología y
conocimiento heredados de los Atlantes, basados en
principios de mecánica cuántica que nuestros científicos
apenas comienzan a entender.
En el próximo programa, continuaremos analizando a
Saqqara, veremos la disposición y sentido de todo el
complejo subterráneo, construido para dar forma a una
poderosa máquina cuántica que aceleró la evolución de
los iniciados.
Al examinar este camino, que llamaremos el camino
cuántico hacia la luz de la conciencia, veremos que este
proceso evolutivo ha sido enseñado por distintos
maestros superiores. Uno de ellos fue el Maestro Jesús.
Él dijo que si seguíamos el camino de la luz y de la
vibración en amor realizaríamos cosas aun más grandes.
Se refería a la utilización de las partículas sub-atómicas
de la luz, la energía taquiónica, la fuerza creativa que
dio forma a este universo.
Miles de años antes de la llegada de Jesús, los sabios
sacerdotes de El Ojo de Horus utilizaron este mismo tipo
de conocimientos para acelerar la evolución de sus
discípulos en Saqqara. Construyeron masivas formas
piramidales, máquinas cuánticas para la producción de
columnas ondulatorias de energía que utilizaron para
elevar la frecuencia de vibración de los iniciados.
Dieron forma a un centro de comunicación con las
dimensiones superiores que permitió a los discípulos más
avanzados verificar el camino de la luz. Recibir
información de seres más evolucionados, de maestros
superiores. En el plano físico, al producir avenidas
electromagnéticas y efecto de superconductividad en
distintos materiales, facilitaron la construcción de sus
templos, los libros vivos de La Escuela de Misterios de
El Ojo de Horus.