HAARP no está sólo en Alaska, está igualmente difundido por todo nuestro mundo.

Controlados en tándem con otros programas de desodificación meteorológica, todos trabajando simultáneamente para traer el «infierno en la Tierra», es decir, ¡el tiempo se cambia en una escala que mucha gente no puede imaginar!

Cada país tiene su propio calentador ionosférico ARPA. Su siniestro objetivo es destruir el medio ambiente natural de nuestra tierra, culpándolo al calentamiento global.

Calentador ionosférico:

Potente transmisor HF (2.8-10 MHz) que induce un cambio temporal y controlado en la temperatura de los electrones a la altitud deseada, Conjuntos de calefacción, ¡la antena bombea electricidad desde el suelo a la atmósfera!

Esta modificación eléctrica artificial en nuestra ionosfera crea muchos efectos diferentes.

Estos experimentos son extremadamente controvertidos y probablemente, no solo afectan nuestra atmósfera, sino que ciertamente afectan nuestro estado de ánimo.

Los microcondas de alta energía pueden pellizcar el campo electromagnético de la ionosfera como los dedos tocando un arpa. Esto puede producir señales de radio de muy baja frecuencia que pueden penetrar en tierra o agua – a veces hasta profundidades de más de 100 metros en el océano, y siendo un posible método de comunicación para submarinos.

Morning Post, China está construyendo ahora una instalación aún más grande y más avanzada en Sanya, Hainan, con la capacidad de manipular la ionosfera en todo el mar del Sur de China. Las ondas de frecuencia ultrabaja generadas por estas poderosas estructuras podrían incluso afectar el funcionamiento del cerebro y del cuerpo humano, causando efectos secundarios tales como:

Dolores de cabeza, pérdida de concentración, problemas de hígado, cáncer, solo por nombrar algunos.

Fumigar partículas de metales pesados significa aumentar la conductividad atmosférica

(Calentamiento global o cambio climático) que, si se usan junto con estos calentadores, se utilizan para crear todo tipo de desastres «naturales», como encender fuegos que queman casas en lugar de árboles, creando terremotos, modificando propiedades eléctricas atmosféricas, que crean huracanes, tornados y las inundaciones.