El Cambio – Wayne Dyer

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El Cambio – Wayne Dyer

 

 
 

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Queridísimo lector, me podes hacer un gran favor? Leer esta entrada hasta el final, que trae un mensaje bien poderoso para ti. Estas son las reflexiones que me deja la película El Cambio, del Dr. Wayne W. Dyer, que fue la que me ayudo a llevar mi vida de la ambición al significado. La que me ayudo a reconectarme con mi propósito de vida, cuando aun era un joven rumbero que deambulaba por el mundo…

La película El cambio es la dramatización de la historia de varios personajes: Un matrimonio adinerado, que se ha concentrado tanto en “tener más” que se ha olvidado de amarse y ser feliz; un director de cine que ha centrado toda su vida y su valor en ganar una gran reputación y ser muy exitoso en su oficio; y una madre de familia, que se ha entregado a tal punto en su rol, que se ha olvidado de ella misma y de sus sueños y anhelos.

Al final, todos tienen ese momento de inflexión, de iluminación, ese salto cuántico al que Wayne Dyer llama “El cambio”, y descubren que pueden elegir caminos diferentes que los lleven a conectarse con ellos mismos y a ser felices. Esta película no es más que la invitación a dar ese salto y reconectar con lo que realmente somos, criaturas sagradas y maravillosas, hechas a imagen y semejanza de Dios (tranquilos que no es nada religioso, imaginen a ese Dios como ustedes quieran, o hasta ni crean en el, pero sigan la lectura ???? ).

Es que hace un tiempo ya que les quería compartir algunas reflexiones sobre esta película, que la verdad, a mí me ha cambiado la vida, espero que a ustedes también los toque de alguna manera:

“No podemos vivir el atardecer de la vida con el mismo programa de la mañana, pues lo que en la mañana era mucho, en el atardecer será poco, y lo que en la mañana era verdadero en la tarde será falso.”

Esta frase, original de C. Jung, nos revela un gran secreto. Cuando tenemos la valentía de emprender este viaje interior, lo que empezamos a creer ya no es lo que creíamos antes, las personas con las que queremos caminar ya no son las mismas con quienes compartíamos, lo que comenzamos a ver en nosotros no es lo mismo que pensábamos que éramos, y lo que queremos no es lo que solíamos querer.

Así que no te preocupes si has sentido esto, porque todas tus prioridades van a dar un vuelco total, y aunque al principio parezca que tu vida está patas arriba, sólo será una transición necesaria para que las cosas tomen su verdadera importancia y todo caiga en un orden perfecto, acorde con tus profundos deseos.

 

película el cambio wayne

En todo caso, si hay algo que caracteriza este cambio, es que ya no puedes volver atrás. Ya no eres la persona que fuiste, porque te estás transformando en quien realmente eres. Ya no puedes volver a ser oruga, porque te has convertido en mariposa.

“Siempre he pensado que el auténtico objetivo de la vida es ser feliz, disfrutar de ella, y llegar a un lugar en que no estés intentando ir a otro sitio. Muchas personas se pasan la vida esforzándose para poder llegar a otro lugar. Jamás lo consiguen.”

En efecto, vivimos en un mundo en el que siempre tenemos que estar yendo al siguiente punto, es como si nuestra vida se tratara de una lista que hay que ir chequeando, una línea tras otra.

Si terminaste el colegio, ahora vas a la universidad y luego el postgrado. Si te casas entonces compras una casa, y luego tienes un hijo, o mejor dos. Si estás en un trabajo, debes buscar ascender o buscar otro mejor. Es como que no alcanzas a disfrutar de un logro porque ya tienes que ir por otro, de lo contrario serás un perdedor o un fracasado.

También suele pasar que queremos ir a otro punto para ser felices. “Cuando tenga más dinero…” o “cuando tenga más tiempo…” o “cuando encuentre al amor de mi vida… seré feliz”. Creemos que nos hace falta llegar a algún otro lugar en nuestras vidas para ahí poder ser felices, y cuando llegamos allí nos damos cuenta que igual no lo somos.

 

La película El Cambio nos invita entonces a reflexionar sobre la posibilidad de sentirnos bien donde estamos y agradecerlo, para ya no sentir la necesidad de ir a otro lugar o de completarnos con algo o alguien más. Nos muestra que estamos completos tal como somos y tenemos todo para ser felices, justo en donde estamos hoy.

No se trata de ser conformistas y no tener sueños, se trata de no creer que todo eso que alguien más nos dijo que debíamos lograr es lo que nos valida como seres humanos.

“Desde el momento de la concepción hasta el momento del nacimiento, lo han hecho todo por ti y no has tenido que hacer nada. No te preocupas de qué color vas a tener el pelo o qué aspecto tendrá tu cuerpo. Es algo que no depende de ti, te rindes ante ello. Yo lo llamo impulso hacia el futuro…

Y si todo lo necesario para el viaje físico ya está contenido ahí, ¿por qué no todo lo necesario para el resto del viaje? Todos tus problemas están ahí; todo lo que eres, tu personalidad, está ahí; todo lo que puedes llegar a ser, no sólo lo físico, sino todo el resto, si eres capaz de abrirte y lo permites.”

¡Wow! Esto es algo que me vuela la cabeza… ¿Se pueden imaginar que todo, absolutamente todo lo que necesitamos para vivir, está dentro nuestro desde siempre? Y no sólo eso, sino que además ¡no estamos solos! Hay una fuerza más grande que nosotros que nos guía, nos acompaña y toma el control de todo para que nosotros dejemos de preocuparnos y podamos disfrutar realmente la vida.

Y es que si lo piensan, nos han enseñado a controlarlo todo, a vivir llenos de miedo, de presión y angustia, a sentirnos solos con todo el peso a nuestras espaldas, a sufrir la vida en vez de vivirla… pero eso no tiene que ser así ¡No fue a eso a lo que vinimos!

Se trata simplemente de abrirnos, y permitirnos caer rendidos ante esa fuerza, esa fuente infinita, ese Dios… Y vuelvo a lo mismo, no estoy hablando de quedarnos acostados en la cama

esperando a que el universo venga y haga todo por nosotros, sino de darnos la oportunidad de soltar nuestro peso y nuestras limitaciones y conectarnos con esa gran fuerza de la que todos venimos y que nos contiene a todos.

Es como si fuera un generoso y amoroso padre que nos brinda todo lo necesario y nosotros unos niños felices jugando en el parque… ????

“El Ego es una parte nuestra que empieza a decirnos que no somos una creación divina y perfecta, que no somos esa parte de Dios de la cual provenimos. De hecho, nos dice: “tú sólo eres lo que tienes”. Se empieza con cosas como los juguetes, para pasar a las cuentas bancarias y a las posesiones. Y luego empezamos a identificarnos con base en esas posesiones.”

Esta es la primera parte del ego, pues Dyer lo define en cuatro. Y seguramente es de las más fuertes en nuestro tiempo.

Es triste decirlo, pero ponganse a pensar. Si vas a una reunión con amigos y ellos llegan en súper carros último modelo y tú en bus ¿eso no te define? Y si tus hermanos y primos tienen buenísimos empleos y ganan muy buena plata y tú estás desempleado y vaciado ¿eso no te define? (ojo, estoy hablando ante la sociedad). Y si estás en una presentación en el colegio de tus hijos y todos los papás están tomando fotos con sus celulares de última tecnología y tú sacas tu super panela, ¿eso no te define?

Es una realidad que vivimos en una sociedad de consumo salida de control, pero el problema no son las cosas, de hecho las cosas en sí no tienen ninguna connotación a menos que nosotros se la demos. Tener un buen carro, unos buenos ingresos, un buen celular, no tiene nada de malo, es más, puede tener mucho de bueno. Pero cuando creemos que nosotros somos esas cosas que tenemos, cuando nos identificamos y nos definimos con ellas, es cuando empieza nuestro calvario, porque sentimos la necesidad de tener más y el miedo de que eso que tenemos un día desaparezca y ya no seamos nadie.

En todo caso, eso no es cierto. Nosotros no somos lo que tenemos, porque así nos montemos a un bus o a un súper carro, somos la misma persona, somos la misma materia. Así que lo que realmente cambia es nuestra percepción de las cosas y la percepción que tienen los demás de nosotros. Obviamente eso es algo a lo que le damos más importancia de la que se merece, ¿no lo creen?

“La segunda característica del Ego es que no soy sólo lo que tengo, sino que también soy lo que hago. Y en este caótico mundo que cree que se es lo que se hace, nos consumimos pensando que la idea del éxito, del valor, y de la valía, se basa en cuántas cosas puedas llegar a conseguir. Por lo tanto, tengo que ganar más dinero, tengo que intentar ascender, tengo que competir con todo aquel que quiera arrebatármelo. Esto se nos enseña una y otra vez. Lo más importante es ser el número uno, somos los número uno, somos mejores que el resto. Eso es lo que dice el Ego.”

¿Alguna vez le has preguntado a alguien ¿Quién eres? Y te ha respondido “Soy el gerente de…” o “Soy el dueño de…” o “Soy ingeniero, abogado, doctor”? O le has preguntado a una mamá o un papá por su hijo y te ha contestado “Ay no, divinamente, habla 100 idiomas y es súper exitoso y está muy bien casado, y bla bla bla? Es más ¿alguna vez te lo han preguntado a ti y has respondido así?

Al igual que con las cosas, nos identificamos con nuestros logros y nuestros resultados. Y de la misma manera, el tema no está en que no tengas aspiraciones ni metas, sino en que creas que tú eres eso. O sea, si logras algo eres ese algo, pero si no logras nada, entonces no eres nadie.

Vivimos en un mundo en el que siempre estamos compitiendo a muerte por ganarnos un lugar de honor, pues terminamos creyendo que nuestra única opción para sobrevivir es meternos a esa locura. En todo caso, si no te conviertes en depredador, pues inevitablemente te convertirás en presa. Obviamente, eso no es así tampoco. Sea que lo logres todo o que no logres nada, sigues siendo la misma persona, la misma materia, así que no necesitas “ser” o “hacer” nada adicional para ser tú mismo, porque ya eres.

“La tercera característica es que soy lo que los otros piensan de mí, es decir, soy mi reputación. Esto es muy importante entre los jóvenes a quienes se les enseña que tienen que vestirse según el gusto de los otros, y que si no le gustas a los demás, tienes un problema. La cosa es que si esto te tortura, serás alguien diferente cada vez que salgas.

También muchos sienten la vocación de lograr algo grande, de poder hacer una gran contribución, pero, con frecuencia, lo dejan de lado. Así que desde aquí los animo a que oigan ese llamado, oigan esa parte que les dice que están aquí para crear algo poderoso, porque no solo tienen la capacidad para hacerlo, sino también el derecho de hacerlo.”

Somos seres sociales, colectivos, y por eso es casi obvio que nos veamos influenciados fuertemente por nuestro entorno. Sin embargo, damos demasiada importancia a lo que otros creen de nosotros, estamos tan desesperados por atención y aprobación que sufrimos cuando no las recibimos. Creo que la razón es que como nos hemos dedicado a construir un personaje, una máscara, alguien que no somos, pues nos sentimos inseguros constantemente.

Y en esa necesidad desbocada por complacer a otros, nos olvidamos de la aprobación más importante, que es la nuestra. Ojalá podamos interiorizar esto, nosotros somos la persona con la que vamos a tener que vivir hasta que nos muramos, es nuestra cara la que vamos a ver en el espejo cada día de nuestras vidas, es como un matrimonio hasta que la muerte nos separe, sin posibilidad de divorcio. Siendo las cosas así ¿no tiene más sentido que seamos la persona que realmente somos y podamos vivir una vida armónica y feliz con nosotros mismos?

Es que es hasta estratégico… ¿qué eliges entre vivir con alguien que no te gusta y vivir con alguien que te encanta? Entonces ¡deja de ser esa persona que no te gusta y transfórmate en aquel maravilloso ser que viniste a ser!

Así que por favor, ya basta, no te castigues mas, no te preocupes por lo que otros piensan o no de ti, que en el fondo, los demás también buscan aprobación y atención igual que tú. Todos tenemos miedo, todos sentimos inseguridad, y todos estamos en este mismo camino aprendiendo a vivir, aunque a veces sientas que eres el único medio perdido y que al parecer todos tienen su vida resuelta menos tú. (como vivir la vida al máximo)

“Finalmente el Ego nos enseña el error más grande de todos, que estamos separados de Dios. Y una de las cosas más simples que se aprenden en el atardecer de la vida, cuando pasas a la fase del sentido de la vida, es darte cuenta de que provienes de una fuente: Podemos llamarla Dios, Tao, no importa cómo la llamemos, esa fuente está en todas partes, todo proviene de ella, lo crea todo y no hay ningún lugar donde no esté.

Por lo tanto, si está en todas partes, también está en mí. Y si está en mí, está claro que también tiene que estar en lo que siento que me falta en la vida.”

Y me gustaría que leyeras de nuevo el párrafo anterior, que trae un mensaje bien poderoso! Una de las razones por las que nos sentimos más infelices y vacíos, es la falta de conexión, o sea, la sensación de que estamos solos, aislados, que cada uno es como harina de otro costal, y eso no es cierto. Todo y todos hacemos parte de lo mismo y de hecho estamos hechos de la misma materia, como incluso lo ha probado la física cuántica.

Entonces, si Dios está en todo, pues Dios está en mí, y si Dios está en todo, pues Dios está en aquello que quiero en mi vida, o sea ¡en mí también está todo aquello que quiero en mi vida! Sólo es cuestión de creerlo y sintonizarme en la frecuencia de aquello que quiero, para que eso conecte conmigo y llegue a mi vida

¿No es maravilloso?

Alguna vez escuché un ejemplo que me encanta. Es como si yo tuviera un radio AM/FM. En ese radio yo puedo sintonizar cualquier emisora de todas las que haya disponibles en cualquier dial y banda, o sea, CUALQUIER EMISORA. Supongamos que a mí me encanta la salsa, me gusta más o menos el rock, no me gusta el reguetón y detesto el vallenato (es una suposición, por favor nadie vaya a ofenderse).

Si sintonizo la emisora de rock pues seguramente me aburriré un poco, pero digamos que es pasable. Si sintonizo la de reguetón pues seguramente después de un par de horas ya estaré de mal genio y con ganas de apagarlo. Pero si sintonizo la de vallenato todo el día y todos los días ¿será que no voy a estar que mato a alguien con mis propias manos después de un tiempo? Y ¿eso tiene algún sentido sabiendo que hay una emisora buenísima de salsa que podría sintonizar con sólo mover un poco el dial?

Así nos pasamos la vida, sintonizando nuestra frecuencia con lo que no queremos, gastando nuestra energía en lo que no nos gusta. La buena noticia que les traigo mis parceros es que al radio (que en la vida real es nuestra fuente) le da igual si tú sintonizas una emisora o la otra, porque como tiene todas las posibilidades, pues puede darte lo que tú pidas.

La pelicula el cambio

Ahora, la invitación es a que empieces a sintonizarte con lo que realmente quieres atraer a tu vida, recuerda que tienes ese poder porque ¡la fuente está en ti!

“El problema es que no sabemos cómo pasar a la fase del sentido de la vida. Se trata de regresar a esos primeros nueve meses, desde la concepción hasta el nacimiento. Es llegar a un lugar donde podamos rendirnos y tener la certeza de que no estamos solos, que nos van a guiar, que tenemos una naturaleza y podemos confiar en ella.

La vida no es algo con lo que tengamos que luchar, de lo que siempre tengamos que estar a cargo… Así que déjate llevar en vez de intentar controlarlo todo, para que poco a poco te empiece a guiar algo que es mucho mayor que tú. Persiste en tus motivaciones y armoniza con el espíritu, con esa energía creadora, con la fuente. Sigue así, y si insistes, la fase del sentido de la vida ganara importancia. Ya luego y cuando empiezas a cruzar el atardecer de la vida será imposible regresar.”

Y bueno, ¿Qué más puedo decir? Les acabo de dejar algunas palabras salidas de lo mas profundo de mi alma, sobre la película El Cambio, que como les dije al principio, me llego en un momento decisivo de mi vida, y que hoy y ademas de lo que acá les dejo, me gustaría que vieran. Por favor saquen ese tiempo para ustedes, que al igual que a mi, estoy seguro les caerá en un muy buen momento de sus vidas…

Como ven, este viaje implica muchos retos, porque acallar al ego a veces no es tan fácil y replantear todos los formatos que tenemos en la mente lleva su tiempo, pero definitivamente vale total la pena. Yo personalmente les digo, que prefiero asumir esos retos a quedarme al margen de mi propia vida, viendo cómo un espectador cómo se agotan mis días, hasta que un día se terminen.

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