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"El poder de la intención"

de Wayne Dyer

4. Los obstáculos para conectarse a la intención

(primera parte)

 
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4. Los obstáculos para conectarse a la intención

 

¿Acaso la firme convicción de que tal cosa es así la hace así? Él contestó: «Todos los poetas lo creen, y en épocas de imaginación, esta firme convicción movió montañas. Mas son muchos los incapaces de una firme convicción en algo.
Wllliam Blake, El matrimonio del Cielo y el Infierno

 

Este fragmento constituye la base del presente capítulo sobre cómo superar los obstáculos a la ilimitada fuerza de la intención. Blake nos dice que los poetas tienen una imaginación inagotable y en consecuencia una capacidad ilimitada de hacer realidad cualquier cosa. También nos recuerda que son muchos los incapaces de semejante convicción.

En el capítulo anterior ofrecía consejos para establecer conexiones positivas con la intención. He distribuido así los capítulos a propósito, para que sepas de lo que eres capaz antes de examinar las barreras que has erigido y que te apartan de la dicha de tu intención. Cuando antes ejercía de orientador y terapeuta, alentaba a mis clientes a que en primer lugar reflexionaran sobre lo que deseaban manifestar en su vida y a que se aferraran a ese pensarmiento con la imaginación. Hasta que esto no se solidificaba no les hacía examinar y considerar los obstáculos. En muchos casos, los clientes no eran conscientes de los impedimentos, incluso si eran autoimpuestos. Aprender a identificar cómo creas tus propios obstáculos resulta tremendamente esclarecedor si estás dispuesto a explorar esta zona de tu vida.

Puedes descubrir los obstáculos que te impiden tener una firme convicción en algo.

Dedico este capítulo a las tres zonas que pueden ser obstáculos para tu conexión con la fuerza de la intención y que tú no has reconocido. Tienes que examinar tu discurso interior, tu nivel de energía y tu vanidad. Estas categorías pueden crear impedimentos casi insalvables para conectar con la intención cuando no se corresponden. Considerándolas una por una, tendrás la oportunidad de tomar conciencia de esos impedimentos y explorar maneras de superarlos.

Hay un programa de televisión que se emite desde hace décadas en Estados Unidos llamado El juego de las correspondencias. El objeto del concurso consiste en que tus pensamientos y respuestas potenciales se correspondan con los de alguien de tu equipo, por lo general la pareja o un miembro de la familia. Se le presenta una pregunta o una declaración a uno de los compañeros, junto con varias posibles respuestas. Cuantas más correspondencias haya, en competición con otras dos parejas, más puntos se obtienen. Gana quien tiene más correspondencias.

Me gustaría participar en este concurso contigo, lector. Según mi versión, te pido que te correspondas con el Espíritu universal de la intención. Mientras repasamos las tres categorías de obstáculos que te impiden conectarte a la intención, describiré las zonas que no se corresponden y ofreceré sugerencias para crear esa correspondencia. Recuerda que tu capacidad para activar la fuerza de ía intención en tu vida depende de tu correspondencia con la Fuente creativa de toda la vida.

Correspóndete con esa Fuente y obtendrás el premio de ser como la Fuente, y la fuerza de la intención. Si no logras la correspondencia... se te escapará la fuerza de la intención.

Tu discurso interior: ¿se corresponde o no?

Podemos retrotraernos al Antiguo Testamento para encontrar un recordatorio de nuestro diálogo interior. Por ejemplo: «Como pensare un hombre, así será».

Solemos aplicar esta idea de convertirnos en lo que pensamos a los pensamientos positivos, es decir, piensa positivamente y obtendrás resultados positivos. Pero el pensamiento también crea trabas que producen resultados negativos. A continuación expongo cuatro maneras de pensar que pueden evitar que intentes conectar con el Espíritu de la intención, universal y creativo.

orn11. Pensar en lo que te falta en la vida. Para corresponderte con la intención, en primer lugar tienes que sorprenderte en el momento en el que estás pensando en lo que te falta, y entonces trasladarte a la intención. No se trata de lo que me parece que me falta en la vida, sino de lo que tengo firme intención de atraer a mi vida y que se manifieste en ella, sin dudas, sin palabrería, sin explicaciones.
Ofrezco varias sugerencias para ayudarte a acabar con la costumbre de centrar tus pensamientos en lo que te falta. Juega a una versión del concurso y establece la correspondencia con la fuerza omnicreadora:
No correspondencia: No tengo suficiente dinero.
Correspondencia: Tengo intención de atraer una abundancia ilimitada a mi vida.
No correspondencia: Mi pareja es un cascarrabias y un aburrido.
Correspondencia; Tengo intención de centrar mis pensamientos en lo que me gusta de mi pareja.
No correspondencia; No soy tan atractivo como me gustaría ser.
Correspondencia: Soy perfecto a los ojos de Díos, una manifestación divina del proceso de la creación.
No correspondencia: No tengo vitalidad y energía suficientes.
Correspondencia: Formo parte del flujo y reflujo de la ilimitada Fuente de la vida entera.

No se trata de un juego de afirmaciones vacías. Es una forma de corresponderte con la fuerza de la intención y de reconocer que lo que piensas se expande. Si te pasas todo el tiempo pensando en lo que te falta, eso es lo que se expande en tu vida. Escucha tu diálogo interior y establece una correspondencia de tus pensamientos con lo que deseas y tienes intención de crear.

orn12. Pensar en las circunstancias de tu vida. Si no te gustan algunas circunstancias de tu vida, no pienses en ellas en ningún momento. En este juego de la correspondencia puede parecerte una paradoja, pues quieres corresponderte con el Espíritu de la creación. Debes entrenar tu imaginación (que es la mente universal que funciona a través de ti) para pasar de lo que no quieres a lo que quieres. Toda esa energía mental que dedicas a quejarte, a cualquiera dispuesto a escucharte, de lo que es, atrae como un imán a tu vida más de eso que es. Tú y solo tú puedes vencer ese impedimento porque tú lo has interpuesto en el camino hacia la intención. Cambia tu discurso interior a lo que intentas que sean las nuevas circunstancias de tu vida. Ejercítate en pensar desde el fin participando en el concurso de las correspondencias y volviendo a ajustarte al campo de la intención.

He aquí algunos ejemplos de no correspondencia y correspondencia en el diálogo interior sobre las circunstancias de tu vida:
No correspondencia: Detesto la casa en la que vivimos. Me pone los pelos de punta.
Correspondencia: Veo mentalmente nuestra nueva casa, y tengo intención de vivir en ella dentro de seis meses.
No correspondencia: Cuando me miro al espejo, me horroriza ser miope y gordo.
Correspondencia: Voy a colocar este dibujo de cómo tengo intención de aparecer en el espejo.
No correspondencia: Me desagrada el trabajo que hago y el hecho de que no me valoren.
Correspondencia: Seguiré mis impulsos intuitivos internos para crear el trabajo o el empleo de mis sueños.
No correspondencia: Detesto estar enfermo con tanta frecuencia y resfriarme continuamente.
Correspondencia: Soy la salud divina. Tengo intención de actuar saludablemente y atraer la fuerza que fortalezca mi sistema inmunoíógíco de todas las maneras posibles.

Debes aprender a asumir la responsabilidad de las circunstancias de tu vida sin ningún tipo de culpabilidad. Las circunstancias de tu vida no son como son por una deuda kármica ni porque estés recibiendo un castigo. Las circunstancias de tu vida, incluyendo la salud, son tuyas. Se han puesto de manifiesto en tu vida, y tienes que asumir que tú has participado en todo el asunto. Tu discurso interno es única y exclusivamente creación tuya, responsable de atraer más circunstancias que tú no deseas. Conéctate con la intención, sírvete de tu discurso interior para mantenerte centrado en lo que intentas crear y verás como recuperas el poder de tu Fuente.

orn13. Pensar en lo que siempre ha sido. Cuando tu discurso interior se centra en cómo han sido siempre las cosas, actúas en consecuencia con tus pensamientos sobre lo que siempre ha sido, y la fuerza universal y omnicreadora sigue repartiendo lo que siempre ha sido. ¿Por qué? Porque tu Imaginación forma parte de aquello que de la imaginación te trajo a la existencia. Es la fuerza de la creación, y la estás utilizando en tu contra con tu discurso ulterior.

Imagina que el Espíritu absoluto piensa de la siguiente manera: «No puedo crear más vida porque en el pasado no me han funcionado las cosas. ¡Ha habido tantos errores en el pasado que no puedo dejar de pensar en ellos!», ¿Cuánta creación crees que podría haber si el Espíritu pensara así? ¿Cómo vas a conectarte con la fuerza de la intención si tus pensamientos, que son responsables de tu intención, se centran en todo lo que ha ocurrido antes, que tú aborreces? La respuesta es evidente, como lo es la solución. Cambia de marcha y obsérvate cuando estás centrándote en lo que siempre ha sido y traslada tu discurso interior a lo que tienes intención de manifestar. En este concurso obtendrás puntos si estás en el equipo del Espíritu absoluto.

No correspondencia; Siempre he sido pobre. En mi infancia todo eran necesidades.
Correspondencia; Tengo intención de atraer la riqueza y la prosperidad con una abundancia ilimitada.
No correspondencia: Siempre nos hemos peleado en nuestra relación.
Correspondencia; Me voy a esforzar por ser pacífico y no consentir que nadie me hunda.
No correspondencia; Mis hijos nunca me han mostrado respeto.
Correspondencia: Tengo la intención de enseñar a mis hijos a respetar la vida entera, y yo los trataré de la misma manera.
No correspondencia: No puedo evitar sentirme así. Es mi carácter, y siempre he sido así.
Correspondencia: Soy una creación divina, capaz de pensar como mi Creador. Tengo intención de sustituir los sentimientos de impotencia por el amor y la bondad. Es mi decisión.

Los puntos de la «correspondencia» reflejan una relación de comunicación con el Espíritu creador. Los de la «no correspondencia» representan las interferencias que te has inventado para evitar corresponderte con la intención. Todo pensamiento que te haga retroceder es un impedimento para que manifiestes tus deseos. Las personas con un funcionamiento más elevado comprenden que, si no tienes una historia, no tienes que vivir de acuerdo con ella. Líbrate de cualesquiera partes de tu historia que te mantengan centrado en lo que siempre ha sido.

orn14. Pensar en lo que «ellos» quieren para ti. Probablemente tengas una larga lista de personas, en su mayoría familiares, con arraigadas ideas sobre lo que deberías hacer, lo que deberías pensar y qué religión tener, dónde deberías vivir, cómo planear tu vida y cuánto tiempo deberías pasar con ellos, sobre todo en ocasiones especiales y en las vacaciones. Menos mal que en nuestra definición de la amistad se excluyen la manipulación y la culpabilidad que con tanta frecuencia tenemos que soportar con la familia.

Con el diálogo interior que se autocompadece de las expectativas y las manipulaciones de los demás, ten por seguro que seguirá afluyendo a tu vida esa clase de comportamiento. Si tus pensamientos se centran en lo que los demás esperan de ti, aunque desprecies esas expectativas, continuarás actuando según lo que quieren y esperan para tí y atrayéndolo. Eliminar el obstáculo significa decidir cambiar tu discurso interior hacia lo que te propones crear y atraer en tu vida.

Debes hacerlo con un propósito inquebrantable y el compromiso de no prestar tu energía mental a lo que los demás piensen sobre cómo tienes que vivir tu vida. Al principio podrá parecerte una ardua tarea, pero agradecerás el cambio cuando lo consigas. Acostúmbrate a pararte cuando te asalta un pensamiento sobre lo que quieren los demás de ti y a preguntarte: «¿Se corresponden estas expectativas con las mías?». Si no es así, sencillamente ríete de lo absurdo que es preocuparte o sentirte frustrado por las expectativas de los demás sobre tu propia vida. Es una forma de correspondencia y de hacerte impermeable a las críticas de los demás, al tiempo que pones fin a la insidiosa costumbre de atraer a tu vida lo que no deseas.

Pero la compensación consiste en que, como esos críticos se dan cuenta de que sus juicios y críticas son inútiles, abandonarán. Y tú saldrás ganando por partida doble, al dejar de pensar en lo que los demás quieren o esperan de ti y centrarte en cómo quieres vivir tu vida. He aquí unos ejemplos para ganar el juego:
No correspondencia: Estoy harto de mí familia. No me comprenden, y nunca me han comprendido.
Correspondencia: Quiero a mi familia. No ven las cosas como yo, pero no espero que lo hagan. Estoy totalmente centrado en mis intenciones, y les doy amor.
No correspondencia: Ya no sé qué hacer para complacer a todos.
Correspondencia; Tengo un propósito y hago lo que me comprometí a hacer en esta vida.
Sin correspondencia: Me siento tan infravalorado por las personas para las que trabajo que a veces siento ganas de llorar.
Correspondencia; Hago lo que hago porque es mi objetivo y mi destino.
Sin correspondencia: Por mucho que haga o diga, parece que no puedo ganar.
Correspondencia: Hago lo que mi corazón me díce que haga, con amor, bondad y belleza.

orn2Tu nivel de energía: ¿hay correspondencia o no?

Un científico dírá que la energía se mide por la velocidad y el tamaño de la onda que se crea. El tamaño de la onda se mide desde lo bajo hasta lo alto, y de lo lento a lo rápido. Cualquier otra cosa que atribuyamos a las condiciones que vemos en nuestro mundo es un juicio impuesto sobre esas frecuencias oscilantes. Una vez dicho esto, me gustaría apuntar una opinión propia: que la alta energía es mejor que la baja. ¿Por qué? Porque este líbro está escrito por un hombre que se identifica con la curación, el amor, la bondad, la salud, la abundancia, la belleza, la compasión y otros términos similares, y estos términos van asociados a las energías más altas y más rápidas. Se puede medir el efecto de las frecuencias más altas y más rápidas sobre las bajas y lentas, y en este sentido puedes influir tremendamente en la erradicación de los factores energéticos de tu vida que obstaculizan tu conexión a la intención. El objetivo de ascender en la escala de frecuencia consiste en cambiar el nivel vibratorio de tu energía para situarte en frecuencias más altas y más rápidas, donde el nivel energético se corresponde con las frecuencias más altas: la energía del omnicreador Espíritu de la intención. Como dijo Albert Einstein; «Nada ocurre hasta que algo se mueve».

Todo en este universo es un movimiento de energía. La energía más alta y más rápida disuelve y transforma la más baja y lenta. Con esto en mente, me gustaría que te considerases a tí mismo y tus pensamientos en el contexto de un organismo de energía. Sí; tú eres un sistema de energía, no solo un organismo compuesto de huesos, fluidos y células, sino una multitud de organismos de energía que rodean un organismo de energía interior formado por pensamientos, sentimientos y emociones. Y ese organismo de energía que tú constituyes puede medirse y calibrarse. Cada pensamiento tuyo puede ser calibrado energéticamente, junto con el impacto que tiene en tu cuerpo y en tu entorno. Cuanto más alta es tu energía, más capaz eres de anular y transformarlas energías inferiores, que te debilitan, y causar un impacto positivo en todos los de tu entorno inmediato e incluso lejano.

El objetivo de este capítulo consiste en que tomes conciencia de tu propio nivel de energía y de las frecuencias reales de pensamiento que sueles emplear en la vida cotidiana. Puedes llegar a ser competente en la tarea de elevar tu nivel energético y borrar permanentemente las expresiones energéticas que debilitan o impiden tu conexión con la intención. En última instancia, tu meta consiste en conseguir una perfecta correspondencia con la más alta de las energías. A continuación veremos una sencilla explicación de los cinco niveles de energía con los que funcionas, pasando desde las frecuencias más bajas y lentas a las más altas y rápidas.

orn11. El mundo material. El estado sólido es la energía desacelerada hasta el punto de ser aproximadamente proporcional a la percepción que puedes tener del mundo de las limitaciones. Cuanto vemos y tocamos es energía desacelerada para que parezca masa fusionada. Nuestros ojos y nuestros dedos la reconocen: ahí tenemos el mundo físico.

orn12. El mundo del sonido. Raramente percibimos ondas sonoras con los ojos, pero sí pueden sentirse. Esas ondas invisibles también son altas o bajas y rápidas o lentas. En este nivel sonoro de la energía es donde nos conectamos con las frecuencias más altas del Espíritu mediante la práctica de la meditación japa o la repetición del sonido de Díos, como explico ampliamente en Getting in the Gap.

orn13. El mundo de la luz. La luz se mueve a mayor velocidad que el mundo material y que el sonido; sin embargo, no existen partículas reales que formen una sustancia llamada luz.

Lo que vemos rojo es cierta frecuencia vibrante que percibe el ojo, y lo que percibe como violeta es una frecuencia aún más rápida y alta. Cuando se lleva luz a la oscuridad, la oscuridad se convierte en luz.
Las consecuencias son asombrosas. Cuando se enfrenta con la alta energía, la baja energía experimenta una transformación automática.

orn14. El mundo del pensamiento. Los pensamientos son pulsaciones de frecuencia extraordinariamente alta que se mueven a mayor velocidad que la del sonido e incluso de la luz. Se puede medirla frecuencia de los pensamientos y calcular el impacto que producen en nuestro cuerpo y nuestro entorno. Las mismas normas son aplicables en este caso. Las frecuencias más altas anulan las más bajas; la energías más rápidas transforman las más lentas. El doctor David Hawkins, colega al que admiro extraordinariamente, ha escrito un libro, citado por mí con frecuencia, titulado Power vs. Force [El poder frente a la fuerza]. En este excepcional libro Hawkins explica con detalle las frecuencias bajas del pensamiento y las emociones que lo acompañan, y cómo se puede ejercer una influencia sobre ellas y transformadas sometiéndolas a frecuencias más altas y más rápidas. Recomiendo vivamente la lectura de este libro, y explicaré algunos de sus hallazgos en el capítulo dedicado a elevar los niveles de energía. Se puede calcular todo pensamiento para determinar sí fortalece o debilita la capacidad para volver a conectarse con la energía más alta y más rápida del universo.

orn15. El mundo del Espiritu, En él se encuentra la energía máxima. Estas frecuencias tienen una velocidad tan supersónicamente rápida que es imposible la presencia del desorden, la desarmonía, el desasosiego e incluso la enfermedad. Estas energías mensurables consisten en las siete caras de la intención sobre las que se habla en este libro. Son las energías de la creación. Cuando las reproduces en ti, reproduces la misma cualidad creativa de la vida que te dio la existencia. Son las cualidades de la creatividad, la bondad, el amor, la belleza, la expansión, la abundancia pacífica y la receptividad, las más altas energías del Espíritu universal Tú existes gracias a esta energía, y puedes carresponderte con ella energéticamente al eliminar las pulsaciones de baja energía de tus pensamientos y sentimientos.

Fijémonos en las palabras de Max Planck al recibir el premio Nobel de física por sus estudios sobre el átomo: «Como hombre que ha dedicado toda su vida a la ciencia más lúcida, el estudio de la materia, puedo decirles lo siguiente sobre los resultados de mis investigaciones sobre los átomos: ¡que la materia como tal no existe! Toda la materia se origina y existe únicamente en virtud de una fuerza que hace vibrar las partículas de un átomo y mantiene unido ese minúsculo sistema solar del átomo...

Hemos de asumir la existencia de una mente consciente e inteligente tras esta fuerza, que es la matriz de toda la materia». Con esa mente deseo que te correspondas.

Eleva tu nivel de energía

Todo pensamiento tuyo posee una energía que te fortalecerá o te debilitará.

Evidentemente, es buena idea eliminar los pensamientos que te debilitan, pues son obstáculos para crear una correspondencia ganadora con la suprema Fuente universal de la intención, Párate unas momentos a reflexionar sobre el significado de la observación de Anthony de Mello en One Minute Wisdom [Sabiduría de un minuto]:
—¿Por qué aquí todo el mundo es tan feliz menos yo?
—Porque han aprendido a ver bondad y belleza en todas partes —contestó el Maestro.
—¿Por qué no veo yo bondad y belleza en todas partes?
—Porque no puedes ver fuera de ti lo que no logras ver dentro de ti.

Lo que quizá no logres ver dentro es consecuencia de cómo decidas procesar todo y a todos en tu mundo. Proyectas sobre el mundo lo que ves dentro, y no puedes proyectar sobre el mundo lo que no ves dentro. Si supieras que eres una expresión del Espíritu universal de la íntención eso es lo que verías. Elevarías tu nivel de energía para conectarte a la fuerza de la intención sin posibilidad de que surgieran obstáculos. Es la discordancia que actúa en tus propios sentimientos lo que te privará de lo bueno que te aguarda en la vida. Si comprendes esta sencilla observación, someterás las interferencias a la intención.

Hay una acción vibratoria que afecta a tus pensamientos, tus sentimientos y tu cuerpo. Te pido que aumentes esas frecuencias de modo que se eleven lo suficiente como para permitirte que te conectes a la fuerza de la intención. Puede parecer una simplificación excesiva, pero espero que intentes elevar tu nivel de energía como método para eliminar los obstáculos que te impiden experimentar la perfección de la que formas parte. No puedes remediar nada condenándolo; solo aumentarás la energía destructiva que ya está impregnando la atmósfera de tu vida.

Cuando reaccionas ante las energías más bajas te topas con tus propias energías bajas, preparas una situación que atrae más energía baja. Por ejemplo, si alguien se porta contigo de una forma odiosa y tú respondes odiándolo porque te odia, estás participando en un campo de energía más baja y afectando a cuantos entran en ese campo.

Si te enfadas con los que te rodean porque ellos se enfadan, intentas remediar la situación condenándola.

No emplees las mismas energías debilitadoras que los que te rodean. Los demás no pueden abatirte si funcionas con las energías más altas. ¿Por qué? Porque las energías más altas y más rápidas anulan y transforman las más bajas y lentas, no al revés. Sí sientes que las energías más bajas de quienes te rodean te están derribando, se debe a que te sumas a ellos en sus niveles energéticos,

Quizá tu firme propósito consista en estar delgado y sano. Sabes que el Espíritu universal y ornnicreador no te dio la existencia en ese punto microscópico de tejido celular humano para estar enfermo, obeso o ser feo, sino para crear amor, ser bondadoso y expresar la belleza. Esto es lo que la fuerza de la intención dispuso que fueras. Has de comprender una cosa: que no puedes atraer lo atractivo a tu vida detestando nada de lo que tú has permitido llegar a ser. ¿Por qué? Porque el odio crea una contrafuerza de odio que anula tus esfuerzos. Así lo describe Hawkins en Power vs. Force:
La simple bondad para con uno mismo y para todo ser vivo es la fuerza de transformación más poderosa. No produce reacciones adversas ni tiene desventajas, y nunca desemboca en la pérdida ni la desesperación. Aumenta el verdadero poder de la persona sin exigir nada a cambio. Pero, para alcanzar el máximo poder, esa bondad no admite excepciones, ni se puede ejercer con la expectativa de una recompensa egoísta. Y sus efectos son tan extensos como sutiles, [Obsérvese que la bondad es una de las siete caras de la intención.]

Y añade:
Lo perjudicial pierde su capacidad de hacer daño cuando se saca a la luz, y atraemos hacia nosotros lo que emanamos.

La lección está clara en cuanto a eliminar los obstáculos de la energía más baja.

Debemos elevarnos hasta los niveles de energía en los que somos la luz que buscamos, donde somos la felicidad que buscamos, donde somos el amor que parece faltarnos, donde somos la ilimitada abundancia que ansiamos. Al serlo, lo atraemos hacía nosotros, Al condenar su ausencia, garantizamos que la condenación y la discordia sigan fluyendo en nuestras vidas.

Si experimentas escasez, angustia, depresión, falta de amor o incapacidad para atraerlo que deseas, reflexiona seriamente sobre cómo has atraído esas circunstancias a tu vida. La baja energía es una pauta atrayente.

Aparece porque tú la has pedido, aunque sea en un nivel inconsciente. Sigue siendo algo tuyo. Sin embargo, si deliberadamente elevas tu nível de energía con el conocimiento de tu entorno inmediato, avanzarás rápidamente hacia la intención y eliminarás todos los obstáculos que te has autoimpuesto. Los impedimentos se encuentran en ci espectro de la baja energía.

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"El poder de la intención"

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de Wayne Dyer

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