Convertirse en sanador es un proceso altamente indivi dualizado y de
índole personal. No existen reglas establecidas sobre la forma en
que se produce. La vida de cada cual es exclusiva. Nadie puede
conferir a otro el poder curativo: es algo que crece desde el
interior de uno mismo.
Existe
una gran cantidad de cursos a seguir, ingente material
técnico que estudiar y distintas es cuelas de pensamiento
acerca de lo que realmente sucede en el proceso de curación.
Hay quienes no dan a sus prácticas la denominación de
espirituales.
Mi camino hacia la curación fue guiado siguiendo el sendero
espiritual, que era el más natural para mí.
¿Cuál es el más natural para
usted? Recorra su pr opio camino, no el sendero
previamente constituido, y utilícelo corno apoyo y ayuda
en la creación de sus nuevas ideas. Mi guía Heyoan ha
comentado lo siguiente sobre el hecho de convertirse en
sanador.
Dedicación
«Convertirse en sanador implica dedicación. No
dedicación a la práctica espiritual y religiosa o a un
grupode rígidas reglas específicas, sino a un sendero
determinado de verdad y amor. Lo que quiere decir que la
práctica que tenga el lector con esa verdad y ese amor
probablemente cambiará a medida que recorra el sendero
(le la vida. Me atrevería a decir que hay muchos caminos
que conducen al "Cielo", tantos como almas regresan al
hogar. Si investigáramos en la historia del ser humano,
descubriríamos que muchos han viajado antes que nosotros
y encontraron la iluminación. Muchas (le esas vías que
fueron recorridas no son conocidas ya por la raza humana
en estos momentos de la historia. Algunas las estamos
recuperando, otras siguen estando perdidas. Pero no
importa, nuevas vías se forman continuamente desde las
profundidades del alma humana, desde dondequiera que
cada alma se encuentre en ese momento, para permitir el
regreso a casa. El proceso de eterna renovación de la
fuerza creativa que se acumula en el interior de usted y
de todos los demás. Esto es lo que significa volver al
hogar. Cuando aprenda a fluir por completo, sin
resistencia, con ese movimiento creativo interno, estará
en casa. Eso eslo que significa estar en casa.»
Pruebas
Tan pronto como el lector decida dedicarse a su
auténtico camino y lo convierta en la prioridad
determinante de su vida, tendrá conciencia de que en
ésta se está produciendo un proceso general. Este
proceso vital le llevará a través de paisajes interiores
que cambiarán la naturaleza de su realidad personal.
Empieza a ver la relación causa-efecto entre su realidad
personal interior y el mundo «exterior».
A mí me guiaron cuidadosamente (mi yo superior y mis
guías) mediante un proceso gradual proyectadopara
ayudarme a aprender la ley espiritual. Pasé períodos de
tiempo bastante prolongados concentrándome y aprendiendo
sobre la naturaleza de la verdad, la Voluntad Divina y
el amor. Tras un tiempo que dediqué a concentrarme en
uno de esos principios, sentí como si me estuvieran
probando. Me encontraba cont inuamente en situaciones en
las que era difícil mantenerse próximo a la verdad, el
amor ola Voluntad Divina. En ocasiones me parecía que
mis guías, los ángeles de Dios, me estahan probando,
y apenas podía hacer algo al respecto. 1 legado el
momento, pude ver que estas pruebas hahian sido
proyectadas (con mi plena aprobación) por una conciencia
rnuy superior a la mía. Yo formo parte ele esa
conciencia. En última instancia, por tanto, soy yo quien
proyecta la, pruebas. El pequeño «ego-yo» generalmente
no desea participar.
Lo primero que deberá afrontar, después de haberse
comprometido con su camino, es su miedo.
Cómo vencer el miedo
El miedo es la emoción asociada con la desconexión de la
realidad superior. Miedo es la emoción de la separación.
Miedo es lo opuesto al amor, que se conecta con la
unidad de todas las cosas.
Ejercicio para averiguar
los propios miedos
Pregúntese a sí mismo: ¿cuál es mi
miedo más cerval en este momento de mi vida? ¿En qué supuestosde la
realidad está basado ese miedo? ¿Qué tiene de terrible, en realidad,
ese hecho? Cualquier cosa que intente us ted evitar está relacionada
con su miedo a sentir las emociones implicadas. ¿Qué son?
En lo más profundo de su ser hay un lugar en el que sabe que puede
enfrentarse a cualquier cosa ysoportarla. Si mira a su interior,
sentirá la demanda de no tener que experimentar aquello que le
atemoriza. Sin embargo, si cede y se rinde a su chispa divina, verá
que probablemente tendrá que afrontarlo. A medida que pase por la
temida experiencia, el miedo se transformará en amorosa comprensión.
En ello se incluye la experiencia de morir, porque, como dice
Emmanuel:
No se tratade destruir el miedo,sino de conocer su naturaleza y
contemplarlo como una fuerza menos poderosa que el poder del amor.
Es ilusión. El miedono es más que mirarse al espejo y hacerse muecas
a uno mismo.
Cuando miro atrás, a mi sendero, puedo ver claras pautas de
desarrollo. No tenía tanta conciencia de la pauta superior cuando
sucedió. Me pasé la mayor parte del tiempo siendo consciente de los
problemas que se presentaban en cada momento.
La verdad
Cuando me trasladé al Phoenicia Pathwork Center y empecé a practicar
el «Pathwork» en forma de sesiones privadas, en grupos y
participando como miembro de una comunidad espiritual, me encontré
enfrentada inmediatamente con la cuestión de la verdad. ¿Estaba di
ciendo la verdad, o me estaba autoconvenciendo de una realidad
determinada para mi conveniencia? Me quedé sorprendida ante la forma
en que me racionalizaba a mí misma en la creencia de las cosas para
dar validez a mi comportamiento y explicar las desagradables
experiencias de mi vida. Mi defensa principal consistía en echar la
culpa a alguien. ¿Hasta qué extremo lo hace usted? Busque las formas
sutiles, no las evidentes.
Lentamente, después de examinar su comportamiento, comprobará que
causa y efecto actúan de formas mucho más claras de lo que creía, y
que, en realidad, usted está creando esas experiencias negativas de
una u otra forma. Esto es algo difícil de afrontar. Hallará,
enterrado bajo tales creaciones dolorosas, un propósito de vivir
realmente su vida de ese modo. Es lo que se denomina «propósito
negativo». El mío estaba basado' en dos cosas: una era un sistema de
creencias por el que pensaba que la vida es básicamente dura,
trabajosa y dolorosa. Este sistema de creencias no es general, sino
muy específico de cada persona.
Ejercicio para averiguar las propias
creencias negativas
Rellene, por ejemplo, los espacios en
blanco de las siguientes frases:
«Todos los hombres son .......................
Todas las mujeres son .......................
En una relación me sentiré herido de las siguientes maneras
...........................
Quizá enfermaré y moriré de
.........................
Me dañarán de las siguientes maneras.....................
Perderé ....................
si no...................................... ».
El otro elemento en el que se basaba mi propósito negativo era el
placer negativo; es decir, realmente disfrutaba con las experiencias
negativas.
Cuidado, ¡lo se engañe a sí mismo; por muchas sesiones de trabajo a
las que haya asistido y por mucho que haya trabajado en sí mismo,
contestar a esas preguntas le será beneficioso. Todos tenemos esas
pautas, aunque puede que ahora no sean tan evidentes como lo fueron
antes.
Todo el mundo hace esto en determinado nivel de su personalidad. Por
ejemplo, al echar a otro la culpade sus problemas (a la madre, al
padre, a la mujer o al marido), usted tiene el placer de ser «el
bueno», mientras que los demás son «los malos». El placer negativo
tiene muchas formas y variaciones. Realmente, usted puede sentir el
placer de que le lastimen, de estar enfermo o de ser un perdedor. La
mayoría de nosotros repetimos las pautas de ser víctimas porque,
como tales, recibimos siempre una ganancia secundaria. Para explicar
por qué no hemos triunfado, simulamos ser los buenos y creemos que
habríamos podido lograr el éxito en nuestras vidas de no haberse
interpuesto alguien para enredarlo todo. Escúchese a sí mismo
complaciéndose por no poder hacer algo. Frases como «yo quería
hacerlo, pero mi madre/padre/mujer/marido no me dejaron», o «me
dolía mucho la espalda», o «no tuve tiempo porque tenía mucho
trabajo», son excusas que contienen gran cantidad de placer
negativo. Escúches e así mismo la próxima vez que explique por qué
no ha hecho algo. ¿Está siendo sincero?
¿Por qué nosotros, los seres humanos, nos compor tamos de este modo?
Echemos un vistazo a la etiología del placer negativo.
El placer negativo es la deformación del placer natural o positivo.
El placer negativo se basa en la separa- ción. El placer positivo,
por contra, está basado en la unidad: no le separa a usted de los
demás en forma alguna. El placer positivo procede de su centro o
núcleo; fluye desde lo más profundo de su interior y busca la
creación. Fluye con movimiento y energía placenteros. El placer
negativo se crea cuando el impulso creativo original que fluye desde
el núcleo con movimiento y energía se deforma o desvía y se bloquea
parcialmente de algún modo. Esto sucede sobre todo en las primeras
experiencias infantiles que cristalizan en nuestras personalidades.
Por ejemplo, si un niño trata de alcanzar el rojo brillante del
quemador de la cocina y su madre le golpea la mano para evitar que
se queme, el impulso placentero queda interrumpido. El niño llora.
La unión de dolor y placer empieza de una forma tan simple como
ésta.
Se dan muchas otras vivencias bastante más complicadas en la niñez
que relacionan la experiencia negativa con el placer. Constantemente
nos dicen que no podemos ser quienes somos, que no podemos dejar que
fluya nuestra fuerza vital. Nuestra elección consiste en optar por
el placer negativo, ya que está relacionado con el impulso vital
original. Seguimos sintiendo el impulso vital. Incluso si el placer
es negativo, sigue siendo vida; es mejor la ausencia de movimiento y
energía, que es la muerte. Nuestro impulso placentero deformado se
hace habitual a medida que crecemos.
En cierto sentido, cada vez que deformamos nuestro impulso plac
entero y no nos permitimos ser quienes somos, morimos un poco. El
proceso de purificación entonces consiste en renacer de cada una de
esas pequeñas muertes y recuperar el fluido placer de la energía, el
movimiento y la conciencia que mejoran nuestra fuerza creativa.
Los dos primeros años que viví en el Phoenicia Pathwork Center los
pasé siendo meticulosamente sinceraconmigo misma, hallando y
apartando el placer negativo del positivo, averiguando cómo había
creado las experiencias negativas en mi vida y por qué. Busqué las
creencias o concepciones erróneas en las que se basaban mis
acciones.
Si el lector hace lo propio, su perspectiva de la realidad cambiará
por completo, como me sucedió a mí. Si,en definitiva, es usted
responsable de la creación de experiencias negativas en su vida,
puede cambiar y crear las positivas. Le dará resultado. A mí me
sirvió para que mis viejos problemas empezaran a despejarse.
La Voluntad Divina
Después de dos años de concentrarme principalmente en vivir
ateniéndome a la verdad en la mayor medida posible, percibí que
estaba teniendo dificultades con mi voluntad. La forma en la que la
utilizaba estaba creando problemas en mi vida, que era muy
inestable. Quería cambiar mis decisiones sobre las cosas. Encontré
en mi interior muchos niveles de «deseo» y de voluntad. Todos los
tenemos. Proceden del yo y se encuentran frecuentemente en la
voluntad del niño, el adolescente o el adulto joven que llevamos
dentro. La mayoría de es tas voluntades son bastante exigentes.
Nuestras voluntades necesitan crecer. Muy dentro de nosotros existe
una chispa de la Voluntad Divina, de la voluntad de Dios. Muchas
personas experimentan la Voluntad Divi na como algo externo a ellas.
Ello quiere decir que tienen que encontrar siempre a alguien que les
diga lo que deben hacer, lo cual produce una sensación de
inutilidad.
He podido comprobar que dentro de cada ser humano existe una chispa
de Voluntad Divina. Es impres - cindible concederse a uno mismo
tiempo para buscarla en su interior hasta que la encuentre. De todos
modos, ¿qué significa seguir la voluntad de Dios? Ciertamente, no se
trata de seguirla en los términos enlos que la define una autoridad
externa. Decidí averiguarlo. Me di cuenta de que era preciso alinear
todaslas pequeñas voluntades interiores con la chispa de la Voluntad
Divina interior. Decidí que la mejor forma
de hacerlo (para mí) consistía en desarrollar un uso positivo de mi
voluntad comprometiéndola en la práctica diaria.
Encontré un hermoso compromiso en Guide Lectures (instrucciones que
llegaron a través del canal deEva Pierrakos (1957-1980), en las que
está basado el Pathwork). Decía así:
Me someto a la voluntad de Dios.
Entrego mi corazón y mi alma a Dios.
Merezco lo mejor de la Vida.
Sirvo a la mejor causa de la Vida.
Soy una manifestación divina de Dios.
Cada día, varias veces al día, formulo este compromiso. Lo hice a
diario durante dos años, hasta que comprendí que era capaz de hallar
con bastante facilidad la Voluntad Divina interior.
Emmanuel dijo: «Tu voluntad y la voluntad de Dios son la misma
cosa... Cuando algo te trae alegría y plenitud, es la voluntad de
Dios que habla a través de tu propio corazón».
Examine la forma en que usa su voluntad. ¿Cuánto debería «amarse» a
sí mismo según los principios morales externos? ¿Con qué frecuencia
atiende y sigue los deseos de su corazón? Al alinearse con su
voluntad divina el lector puede descubrir que ha llegado el momento
de concentrarse, como hice yo, en el amor.
El amor
Muchos de nosotros tenemos un punto de vista muy parcial sobre la
naturaleza del amor. Durante los dos años siguientes estuve
concentrándome en proporcionar amor de cualquiera de las formas que
me era posible y hallé muchos modos de amar. Todos ellos partían de
principios tales como: «Me preocupa tu bienestar»; «Honro tu alma y
respeto tu luz»; «Te apoyo y confío en tu integridad y tu luz como
compañero
de viaje a lo largo del camino de la vida». Así se empieza a
aprender que dar es recibir.
Lo más difícil es aprender a amarse a uno mismo. Si no es capaz de
infundirse amor, ¿cómo puede darloa otros? Amarse a sí mismo
requiere práctica. Todos lo necesitamos. El amor hacia uno mismo ha
de manifestarse de forma que no se traicione al propio yo. Procede
de vivir con la propia verdad.
Se trata de algo que hay que practicar. Describo a continuación un
par de sencillos ejercicios que supon- drán un reto para el lector.
Piense en lo que le resulte más fácil amar, por ejemplo una
florecilla, un árbol, un animal o una obra de arte. A continuación,
concéntrese en ella y hágale ofrenda de su amor. Después de
repetirlo varias veces, compruebe si puede ampliar un poco ese
precioso amor hacia sí mismo. No cabe duda de que cualquier persona
dotada con tan precioso don merece ser amada.
Otro ejercicio consiste en sentarse frente al espejo durante diez
minutos y amar a la persona reflejada enél. No sea crítico con ella.
Todos somos capaces de mirarnos en el espejo y descubrir hasta el
más mínimo defecto. No debe caerse en tal error en este caso; en el
ejercicio que le recomiendo sólo están permitidos los cumplidos, lo
positivo. Si quiere afrontar un auténtico reto, cada vez que se
critique a sí mismo vuelva a empezar. Compruebe si es capaz de
contener las críticas durante diez minutos.
La fe
Mirando hacia atrás, observo que al término de ese periodo de seis
años se han producido grandes cambios en mi interior. Durante mucho
tiempo me sentí alineada con una profunda fe en la benigna
abundancia del universo. Usted también puede hacerlo: si intenta des
prenderse constantemente de su voluntad exigente y se alinea con la
Voluntad Divina para hallar la verdad en toda situación y responder
a ella con amor, desarrollará la fe (la fe en sí mismo, en la ley
espiritual, en la unidad del universo; la fe en que cualquier
acontecimiento de su vida puede ser un nuevo escalón hacia una mayor
comprensión. amor
y crecimiento y, en último término, la autopurificación hacia la Luz
de Dios).
Fe significa mantener la propia verdad cuando todas las señales
externas que nos llegan dicen que no podemos ser verdaderos,
mientras que en nuestro fuero interno sabemos que lo somos. Esto no
significa creer a ciegas, sino mantenerse alineado con el propio
propósito de cobrar conciencia de la verdad y del amor y seguirlos
en la mayor medida posible, aunque uno se sienta terriblemente mal.
Cuando estaba en la cruz, Cristo tuvo la fe de reconocer que ya no
sentía fe, y exclamó: «Padre, ¿por qué
me has abandonado?». Fue meticulosamente honrado consigo mismo: en
ese momento había perdido lafe. No ocultó el hecho ni trató de
disimularlo. Se amó a sí mismo expresando sinceramente su dilema.
Más tarde recuperó la fe cuando dijo: «Padre, en tus manos
encomiendo mi espíritu».
He conocido personas cuya vida espiritual pasa por diversas fases de
fe. Al principio empiezan por com- prender las conexiones
causa-efecto. Descubren que una creencia y unas acciones positivas
aportan una recompensa positiva. Empiezan a cumplirse sus sueños.
Empiezan a afirmar la fe en su interior. «¡Da resultado!», exclaman
encantados. En cualquier caso, poco tiempo después están listos para
comprobar
su fe en un plano más profundo. Probablemente no tienen conciencia
de esta decisión interna de probarsea sí mismos, ya que ello
cambiaría la naturaleza de su prueba. ¿Qué es lo que sucede? Toda
comprobación externa del proceso positivo de causa-efecto parece
desaparecer durante algún tiempo. Las cosas empiezan a salir mal. La
reafi mentación positiva pierde fuerza y la persona empieza a dudar.
El antiguo pesimismo alza su fea cabeza. ¿Dónde está la ley
espiritual? «Quizá, a fin de cuentas, sólo fue un punto de vista
parcial e ingenuo del universo». A usted le sucederá probablemente
lo mismo.
Cuando tal caso se dé en su vida, podrá interpretarse como señal de
un mayor crecimiento. Empezará a tratar causas y efectos a plazo
mucho más largo, tanto en su propia vida como, en último término, en
su calidad de parte de la evolución de la raza humana. La recompensa
por vivir en la verdad se convierte en placer de la vida en cada
momento de su existencia. No tiene que esperar a que le llegue la
dulzura espiritual; la está recibiendo ya. Estar aquí y ahora
significa aceptar el lento proceso de la evolución humana, aceptar
su limitaciones inmediatas corno perfección.
Manejar el tiempo
La fe me ayudó de forma determinante a solucionar algo que siempre
me había causado preocupación: hacer las cosas a tiempo. En cierta
ocasión pregunté a mi madre qué era, según sus recuerdos, lo que más
problemas me había causado en mi etapa de crecimiento. Me respondió:
«Cuando querías algo tenías que obtenerlo de inmediato».
En estos últimos años he aprendido a tener paciencia, y finalmente
estoy empezando a comprender quésupone para mí. He aquí mi
pensamiento, que quizá le dé resultado a usted también: Tener
paciencia es una declaración directa de fe en los proyectos divinos.
Es la aceptación de que todo va bien tal como está, porque usted lo
ha querido así. Significa, además, que puede cambiar lo que existe
actualmente por medio
de sus propios esfuerzos transformadores. Impaciencia, en último
término, significa no creer que puedahacer realidad lo que desea.
Implica falta de fe en el propio yo y en los proyectos divinos.
Manifestar lo quese desea en el plano físico cuesta tiempo. Para
ayudarme a aceptar tal realidad, concebí la siguiente afirmación:
«Quiero honrar mi compromiso de estar en el plano físico honrando el
tiempo que me cuesta culminar mis actividades». La aparente lentitud
entre causa y efecto incorporada en este plano tiene una razón de
ser: tenemos que ser capaces de ver con claridad las conexiones
causa-efecto en las relaciones que no entendemos. En último término,
tales relaciones se establecen entre partes de nosotros mismos que
aún no están unificadas.
El poder
En cierto momento de mi formación como sanadora ex perimenté un
repentino aumento del poder que fluía por mis manos. Se presentó con
lo que, en mi opinión, era un nuevo grupo de guías. Estaba curando
la infección del dedo de un pie de una paciente. Mantenía mis manos
a unos 2,5 centímetros del pie, en una posición determinada que
enviaría poderosos rayos de luz azul plateada a través del dedo
enfermo. Al hacerlo, la paciente gritaba de dolor a causa del flujo
energético aumentado. Cuando moví las manos de distinta manera,
logré que surgiera de ellas una energía blanca nebulosa y suave, con
lo que conseguí retirar el dolor. Los guías siguieron instruyéndome
para que cambiara de uno a otro sistema. Me encontraba cansada, y
cada quince minutos, más o menos, los guías me indicaban que
siguiera trabajando con aquella mujer. Parecía que la cosa era
urgente. Los resultados de las pequeñas curaciones fueron poderosos:
no hubo infección ni necesidad de operar. Me encontraba en éxtasis,
y así
se lo hice saber a mi maestra de curación. Le dije: «¡C, fluía
muchísimo poder a través de mí!». A lo queme respondió: «Bueno, la
cuestión es la siguiente: ¿deseas curar con amor o con poder?».
Decidí que no estaba preparada para que fluyera por mí tanto poder.
Disfrutaba demasiado; quería decir algo como:
«¡Caramba, fijaos en mí!». Despedí a mis guías y no volví a trabajar
con ellos has ta dos años después.
Para entonces ya estaba lista; había aprendido muchas cosas sobre el
amor. Más tarde comprendí que habían sido los cirujanos espirituales
del quinto nivel quienes habían estado trabajando conmigo.
La fe basada en la verdad, en la Voluntad Divina y en el amor aporta
poder. Poder que surge desde lomás profundo del individuo, de la
chispa divina interior. Poder que surge al alinearse con esa chispa
de vida, al conectar con ella y permitir que fluya. Viene desde el
núcleo del individuo, o de lo que mi guía Heyoan denomina Santidad
de Santidades. Tener poder significa estar sentado en el centro del
propio ser.
El poder aporta la capacidad para encontrarse ante el amor
incondicional y practicarlo. Lo que quiere decirdevolver con amor
todo lo que recibimos, sin traicionar al yo. Ello sólo se puede
lograr amándose a uno mismo en primer lugar y permaneciendo en la
verdad, lo que significa que hay que ser honrado con uno mismo y con
lo que se siente, y asumir el compromiso de tras ladarse a otro
lugar de amor. Como verá, si niega sus reacciones negativas
empujándolas hacia abajo, no se estará amando a sí mismo ni a los
demás. Si las siente y reconoce de algún modo, dejará espacio para
que fluya el amor. Se autoliberará para desplazarse a un lugar
amatorio interno. El amor sin condiciones permite la ac ción de la
gracia en nuestras vidas.
La gracia
Con las prácticas de la verdad, la Voluntad Divina y el amor que
conducen a la fe, la cual conduce a su vez al poder, dejamos espacio
libre para que la acción de la gracia llegue a nuestra vida. La
gracia se recibe dejando salir la Sabiduría Divina y se experimenta
como Beatitud. Supone experimentar la unidad
de todas las cosas y nuestra seguridad completa, suceda lo que
suceda. Es el estado en el que se sabeque cada experiencia que
tengamos, incluyendo las placenteras y las dolorosas, como la
enfermedad o la muerte, no son más que lecciones que creamos para
nosotros mismos a lo largo del sendero que nos conduce de vuelta a
Dios. Es vivir en sincronía. Emmanuel ha dicho:
El estado de gracianecesita al receptor para estar completo.
Te sostiene la mano de Dios y eres totalmente amado.
Y cuando se puede recibir ese amorel circuito se completa.
¿Quién está curado?
El sanador debe recordar que para lo que trabajamos es para curar el
alma. Es importante que los sanadores entiendan la muerte en ese
sentido y que traten a la persona total, no a su encarnación. La
curación no ha de abandonarse por el mero hecho de que el paciente
se esté muriendo físicamente.
Cuando se trata de entender lo que hacemos como sanadores, es
importante tener presentes dos cosas:en primer lugar, que existe un
profundo significado en la experiencia de la enfermedad que tenga
cada persona; en segundo lugar, que la muerte no implica fracaso,
sino una probable curación. Para recordar esto, el sanador debe
vivir en dos mundos, el espiritual y el físico. Sólo es tando
centrado dentro de sí mismo y del universo podrá pasar por la
experiencia de ser testigo ininterrumpido del profundo dolor que
se halla tan extendido en la humanidad. Hice a mi amigo Emmanuel la
siguiente pregunta al respecto:
«¿Si creamos nuestra enfermedad, no será acudir al sanador una forma
de desviarnos del trabajo en nosotros mismos, de actuar sobre la
fuente de la enfermedad'?».
Emmanuel contestó: «Todo depende de por qué se acude al sanador, y a
quién se recurre. Es una estupenda pregunta y, si se me permite
decirlo, es la pregunta que nuestro sanador se ha hecho a símismo en
innumerables ocasiones. ¿Qué es la responsabilidad y, en
consecuencia, qué hay que dar y qué se debe recibir?; y si se
visualiza algo, ¿debemos darlo a conocer? Las p reguntas son
infinitas y,
sin embargo, hay una realidad fundamental básica que debe
tranquilizar. Cuando llega el momento de comprender que quizá exista
otra forma de curar, ello quiere decir que se ha abierto la puerta,
que la conciencia ha llegado más allá de lo físicamente manifestado
por los médicos. Ahora bien, no estoy denigrando en modo alguno a la
profesión médica. Los doctores hacen un excelente trabajo; algunos
están guiados en gran medida, y no tienen reparos en admitirlo en
privado. Hay otros que, aunque practiquen la profesión médica o
cualquier otra para ganarse la vida, simplemente no tienen
conciencia
de determinadas cuestiones y, en ciertos casos, ya no podrán
tenerla. Lo que no quiere decir que seanmalintencionados, crueles,
deprava dos o perversos; sólo significa que no han llegado a tal
área de conocimiento. Le incumbe a usted, lector, estar en
disposición de bendecirles y seguir su propio caminoen busca de
alguien a quien considere más compatible con su conciencia, y todos
sabemos cómo hacerlo. Al encontrar la llamada para pasar al área de
la curación espiritual (no digo curación psíquica, sino curación
espiritual) se produce la conciencia espiritual, y el sanador y los
espíritus que están allí para trabajar con él le dan a usted la
bienvenida. Ahora bien, frecuentemente no se produce la curación
esperada. A menudo se produce, quizá, una identificación y un alivio
de la incomodidad, pero no un milagro. ¿Qué quie re ello decir?
Significa que en un determinado punto existe un límite para la
conciencia. Significa que hay algo más que aprender; que hay algo
más que saber. Porque cada cuerpo físico es un aula, y cada
enfermedad, una lección. No en sentido punitivo, ya que el texto lo
ha escrito uno mismo; es usted quien ha elegido su propio cuerpo
para llevar con él toda la debilidad que, ciertamente, se puede
decir que es genética, ya que su abuelo o su abuela tenían algo de
ella. Pero recuerde que también a ellos los eligió usted. Por tanto,
¿tiene que confiar en su cuerpo no sólo en la enfermedad, sino
especialmente en ella, por lo que le dice? Hay muchas formas de
escuchar esto, y un sanador espiritual cualificado puede tener la
máxima eficacia en este caso ayudándole a escuchar lo que su cuerpo
le dice. Us ted es, a decir verdad, uno de los que mejor puede
entenderlo, ya que su cuerpo se ha formado dentro de su lenguaje y
es a usted, directamente, a quien está hablando. Sin embargo, un
especialista en curación espiritual puede alterar de nuevo esa
conciencia de la unicidad y alinearla con la verdad. La capacidad de
mantener esa verdad o de. curar un cuerpo enfermo en ese momento
depende de tantos factores que ahora no podría ni empezar a
enumerarlos. Pero usted mismo está perfectamente capacitado para
hacerlo. Si, en último caso, se produce lo que en términos humanosse
denomina un fallo (si alguien, Dios no lo quiera, muere) debe usted
considerarlo como un afortunado acontecimiento. Su alma ha culminado
la tarea y está es perándole un nutrido y jubiloso comité para darle
la bienvenida en su realidad primaria. Después de todo, su ser
físico no estaba destinado a ser infinito. No ha venido usted a este
mundo para permanecer eternamente vestido con esa ropa. Confío
en que ello le complazca. Por tanto, no hay fallos en la curac ión
espiritual, sino sólo pasos. No le asus terealizar la imposición de
manos en otros con amor y compasión. No dude en rogar por alguien.
No exija resultados, porque no hay forma de saber con seguridad lo
que necesita cada alma concreta. Entiendo que ello exige -o tal vez
parece exigir- una increíble cantidad de fe».
A medida que el cuerpo y la mente incrementan su purificación
mediante los procesos transformadoresdescritos en este libro,
aumenta la cantidad de poder que fluye a través del sanador, como
sucede conla gama de vibraciones. Cuanto más alto sea el poder, más
efec tividad tendrá la curación y más sensible será el sanador.
Cada vez que he recibido una nueva visión interior y poder, dicha
visión llegó después de una prueba iniciada por mí misma.
Para realizar esas pruebas hemos de ser meticulosamente sinceros con
el yo. Es con las pequeñas autodesilusiones, en las que tratarnos de
apartar la mirada del propósito o acciones del propio yo inferior,
con las que traicionamos nuestra integridad y reducimos nuestro
poder interior. Cada prueba está relacionada con las cuestiones que
estemos tratando en nuestras vidas en un momento determinado;
proyectamos nuestras propias pruebas de manera que, cuando hemos
aprendido, nues tra preparación es incuestionable.
Ejercicios para que el lector averigüe
si está preparado para ser sanador
¿Hasta qué punto soy sincero? ¿Qué tal
uso mi volun tad en alineación con la voluntad universal?
¿Cómo uti lizo mi poder? ¿Es bueno mi amor? ¿Hasta qué punto? ¿Soy
capaz de dar amor sin condiciones? ¿Respeto la autoridad de aquéllos
a quienes he elegido para que aporten la autoridad necesaria para
aprender de ellos? ¿Puedo hacerlo sin traicionar mi propia autoridad
in terior? ¿Cómo traiciono mi integridad? ¿Qué es lo que anh elo?
¿Qué quiero crear en mi vida? ¿Cuáles son mis limitaciones como
mujer, como hombre, como ser humano, como sanador? ¿Respeto la
integridad, el poder personal, la voluntad y las decisiones de mis
pacientes? ¿Me considero un canal que evoca el poder del interior
del paciente de forma que se cure a sí mismo en último término?
¿Cuál es mi apuesta personal en lograr la curación de alguien?
¿Considero la muerte como un fracaso?
Ejercicios para considerar la
naturaleza de la curación
¿Qué es un sanador? ¿Qu é es una curación? ¿Cuál es la finalidad
principal de una curación? ¿En qué consiste practicar una curación?
¿Quién cura? ¿Quién es curado?
Heyoan ha dicho recientemente: «Bien, querido lec tor, no haga un
juicio sobre usted mismo a partir de las preguntas que anteceden.
Todos recorremos un camino de purificación, y el amor es el mejor
entre todos los agentes curativos. No se rechace a usted mismo
diciendo que nunca podrá hacer todo esto. Puede y debe.
Sencillamente, es cuestión de aceptar dónde está y quién es ahora,
tan perfecto en sus imperfecciones. Nosotros, los que pertenecemos
al mundo espiritual, tenemos un gran concepto de usted
y le respetamos. Ha elegido convertirse en un ser físico con un gran
don, no sólo para us ted mismo, sino
también para el universo físicamente manifiesto. Sus cambios
personales hacia la salud y la plenitud afectan a quienes le rodean,
no sólo a quienes mantienen una mayor intimidad con usted, sino a
todos los seres sensibles de la faz de la Tierra; de hecho a la
Tierra misma. Todos sois hijos de la Tierra. Le per- tenecéis; os
pertenece. No lo olvidéis nunca, porque a medida que nos desplazamos
hacia la conciencia planetaria os vais convirtiendo en líderes de
esta gran aventura hacia la luz. Sobre todo, amaos y honraosa
vosotros mismos como nosotros os honramos. En definitiva, cuando
estamos con vosotros nos
encontramos en presencia de lo Divino. Dios os sostiene y ama
totalmente. Sabed esto y os encontraréis libres y en casa.
Cuando se entiende que la vida se experimenta como un impulso, nos
expandimos y sentimos alegría, nos movemos hacia el silencio de la
paz, y a continuación nos contraemos. Muchas personas consideran
negativa esa contracción. En una reunión de trabajo, en una
curación, muchos de vosotros experimentaréis una maravillosa
alegría, como si estuvierais en compañía de ángeles. Así se
encontrará también el paciente. Pero recordad que por la naturaleza
misma del estado de alta energía expandida, más adelante os
contraeréis y sentiréis con mayor intensidad la conciencia ampliada
que lleváis en vuestro interior. La fuerza y la intensidad puras de
la energía espiritual se libera de golpe y empieza a iluminar la
sustancia oscura y estancada del alma. Al volver a la vida, la
experimentaréis como algo real, con todo su dolor, ira y agonía.
Puede que os digáis a vo sotros mismos: "Pero si estoy peor de lo
que estaba antes de empezar". Permitidme que os asegure que no es
cierto. Ahora sois más sensibles. Después de haber experimentado
muchas veces estos altibajos, estas expansiones y contracciones en
cada cuestión personal, comprobaréis que desaparecen. Meses más
tarde os sorprenderéis diciendo:
"¡Caramba, ya no lo hago!", y lloraréis de felicidad, como lo
hicisteis las primeras veces que volvisteis a laluz y la
experimentasteis. Recordad, la palabra que expresa la fe es
paciencia».
Revisión del capítulo 27
1. ¿Cuáles son los atributos personales principales que debe
desarrollar un sanador para mantenerse despejado?
2. ¿Qué implican las pruebas vitales?
Alimento para la mente
3. ¿Cuál ha sido su proceso de purificación para llevar le al camino
en el que se encuentra ahora?
4. ¿Está preparado para ser sanador? ¿En qué niveles?
5. ¿En qué área de su ser empleará mal, con mayor pro babilidad, el
poder de curación? ¿Qué propósito tiene su yo inferior o yo sombra?
¿En qué creencia errónea se basa ese propósito? ¿Cómo puede curar
esa parte de sí mismo para realinearse con su Voluntad Divina
interior?
6. Responda a las preguntas que aparecen en el epígrafe «Ejercicio
para averiguar los propios miedos».
7.
Responda a las preguntas que aparecen en el epígrafe
«Ejercicio para averiguar las propias creencias negativas».
8. Realice el ejercicio de amor hacia uno mismo descrito en
el epígrafe «El amor».
9. Responda a las preguntas que aparecen en el epígrafe
«Ejercicios para que el lector averigüe si está preparado
para ser un sanador».