Como se vio en el capítulo 4, la idea aportada por la mecánica
newtoniana de que el universo está compues to de bloques materiales
separados se quedó anticuada a principios del siglo xx. Nuestros
científicos han presentado abundantes evidencias que demuestran que
todos estamos interconectadosde forma permanente; no somos seres
separados, sino individualizados.
Sólo nuestras viejas
costumbres newtonianas de pensar nos conducen a estos
conceptos de separación del todo. Sen- cillamente, no son
verdaderos. Permítame el lector que le muestre un ejemplo de
lo que puede lograrse interpretando la autorresponsabilidad
desde el punto de vista de la separación.
Suponga que un niño pequeño enferma de SIDA a causa de
una transfusión de sangre. Si se interpreta
este caso desde el punto de vista de la separación
podríamos considerarlo como una pobre víctima. Examinado
des de la versión popularizada de la
autorresponsabilidad, la reacción podría expres arse
así:
«Bien, él lo ha originado, por tanto, es culpa suya».
Sin embargo, desde la perspectiva del holismo diríamos:
«¡Qué dura lección han elegido esa valiente alma y su
familia para aprender de su mayor realidad! ¿Qué puedo
hacer para ayudarles en todo lo posible? ¿Cómo puedo
amarles mejor? ¿Cómo puedo ayudarles a recordar quiénes
son?». Cualquiera que considere la vida de esta manera
no encontrará contradicciones entre la responsabilidad y
el amor, pero sí una gran diferencia entre la
responsabilidad y la culpa.
El punto de vista de la individualización y el holismo
promete respeto y aceptación de cualquier cosaque
experimenten otros seres humanos. Por contra, frases
como «¡Tú creaste tu cáncer; yo no hubiera hecho algo
así!» se dicen desde la perspectiva de la separación, no
de la individualización. La separación promueve miedo y
victimismo; un miedo y un victimismo que sólo cuentan
con el apoyo de la ilusión de ausencia de poder. La
responsabilidad y la aceptación promueven poder des de
dentro para crear la propia realidad. Así, si el lector
tuviera algo que ver inconscientemente en hacer que las
cosas sean como son, tendría muchísimo que ver con la
creación de las cosas de la forma que desea que sean.
Veamos con mayor claridad el proceso del olvido.
Cuando somos niños, los que nos rodean sólo verifican
una pequeña parte de nuestra experienciainterna. Esto
crea una lucha interior entre la propia conserva ción y
la confirmación procedente de los demás. Durante la
infancia necesitábamos muchísima confirmación: estábamos
en una fase de aprendizaje y éste se basaba en la
confirmación que nos llegaba del mundo exterior. En
consecuencia,
o creábamos mundos secretos de fantasía o rechazábamos
gran parte de la realidad interna noconfirmada y
encontrábamos la forma de almacenarla para poderla
verificar más tarde. Otra forma de explicar el proceso
es que bloqueábamos y manteníamos al margen nuestras
experiencias, fueran éstas imágenes, pensamientos o
sentimientos. El bloqueo nos separaba de forma efectiva,
como un muro, de aquella parte de la experiencia, al
menos temporalmente. Nos tapiábamos para separarnos de
nosotros mismos. Lo cual constituye otro modo de decir
que olvidamos quiénes somos. En los capítulos 9 y 10 nos
ocupamos ampliamente de los bloques del campo aural. El
efecto de estos bloques, cuando se contemplan desde el
punto de vista aural, es alterar el saludable flujo de
energía que corre por el campo aural, lo que desemboca
en la enfermedad. Se convierte en lo que a veces se
denomina alma- sustancia estancada. Son las «man chas»
de energía-conciencia que se separan del resto de
nosotros Examinemos el proceso empleando la idea de la
Gestalt sobre la pared.
Cuando el lector experimenta alguna incomodidad, lo que
está experimentando es, en cie rto modo, lapared que
levantó entre su yo integrado mayor y una parte de sí
mismo. Esa pared sirve para contener una parte de usted
en la que no desea integrar su experiencia en tal
momento. Con el tiempo, la pared se convierte en muro y
usted olvida qu e lo que se ha tapiado es una par te de
si mismo; es decir, ha creado más olvidos. Empie za a
dar la sensación de que lo que ha quedado empa- redado
es algo procedente del exterior; parece que el muro
impide que salga alguna fuerza externa pavorosa. Estas p
aredes internas se crean a lo largo de eones de
experiencias del alma. Cuanto más tiempo permanez can,
más parecen guardar algo que no sea el yo separa do del
yo. Cuanto más tiempo se mantengan, mayor sensación
darán de que crean seguridad, pero solidifi c arán en
mayor medida la experiencia de la separación.
Ejercicios para que el
lector explore su pared interna
Para explorar sus paredes, el lector puede recurrir al
si guiente ejercicio. Traiga a su memoria alguna
situación particularmente desagradable, sea alguna con
la que esté debatiéndose en la actualidad o alguna del
pasado que quedó sin resolver. Empiece por experimentar
cómo le parecía esa situación, retrátela en su mente,
escuche las palabras o los sonidos relacionados con
dicha expe riencia. Busque dentro de ésta el miedo que
contiene. El miedo es la sensación de estar separado. A
medida que sea capaz de retrotraerse a ese estado
atemorizado, empiece a percibir también un muro de
miedo. Tóquelo, gústelo, véalo, huélalo. Detecte su
textura y su color. ¿Es claro u oscuro, afilado o duro?
¿De qué está hecho? Conviértase en el muro. ¿Qué piensa,
dice, ve y siente? ¿Qué piensa esta parte de su
conciencia acerca de la realidad?
Heyoan ha dado la siguiente explicación sobre la pared:
«Volvamos a la idea de la pared que tú mismo has creado
para mantener lo que considerabas, en el mo rnento de
crearla, un equilibrio interior, pero que realmente
mantiene un desequilibrio externo, como un di que o una
presa en los que un nivel de agua está más alto que el
otro. Por tanto, puedes verte a ti mismo de trás de este
muro y dentro de una gran inundación, una gran presión
de poder de algún tipo en el exterior. Tu muro aporta
entonces lo que piensas que le falta en el nivel
interno. Dicho
de otro modo, hay un gran poder que avanza hacia ti y
piensas que tu poder es menor que el suyo.
Entonces construyes un muro para protegerte, como si te
encontraras en un castillo medieval que está sufriendo
un ataque. Tú, que estás dentro del muro, debes explorar
en primer lugar l a esencia de éste, porque es creación
tuya. Ha sido creado de tu propia esencia y está lleno
de afirmaciones; afirmaciones de lo que debes hacer para
mantenerte seguro. Lo maravillo so de todo esto es que
esa pared ha sido creada con tu esencia y contiene poder
en su interior que puedes trans formar y redistribuir
para que sirva de base de susten tación para el poder
del yo interno. O bien puedes con - siderar que es la
escalera que conduce al interior del yo interno, donde
ya existe ese poder. Es otra forma de decirlo,
dependiendo de qué metáfora te vaya mejor. Por tanto,
permaneces sentado detrás
de tu muro de segu ridad y, al mismo tiempo, te sientas
encima, porque tú eres ese muro. Es, por tanto, el
puente de la conciencia entre lo que dices tú en cuanto
muro y lo que dices en cuanto persona interior que está
siendo protegida».
Ejercicios para que el
lector derribe su muro interno
Mantenga una charla entre usted como muro y usted como
persona interna. Cuando lo haya hecho plenamente, le
sugerimos que t enga la misma conversación entre usted y
lo que hay detrás del muro,e incluso en tre el muro y lo
que haya detrás, y que prosiga con es tas conversaciones
hasta que se conviertan en un fluido que atraviese dicho
muro.
«Ahora puedes ver este muro simbólicamente en la es cena
psicodinámica. También puedes verlo como representafiva
de ese muro que se alza entre quién eres y quién crees
ser, porque tú eres asimismo el poder del otro lado del
muro, cualquiera que sea su forma. Tie nes poder dentro
de él, no poder sobre él. El muro re presenta la
creencia en el poder que se ejerce sobre algo, el poder
de la separación; he aquí una de las principa les
enfermedades del plano terrestre en esta época, la
enfermedad del poder sobre algo. Así, si puedes encon
trar est a metáfora dentro y fuera de ti, no sóloen el
ni vel psicodinámico, sino también en los niveles
espiritual y del mundo, puedes usarla como herramienta
para la autoexploración y la propia curación. Puedes
utili zarla como elemento que te ayude a recordar quién
eres.»
Echemos un vistazo al muro desde el punto de vista aural.
Corno se ha dicho más arriba, se puede conside rar que
el muro es una especie de bloque de energía en el aura.
En el proceso de penetrar enel muro, experi mentarlo y
estimularlo, el lec tor también está iluminan do el
bloque. El bloque que se observa en el campo aural
empieza a moverse y se para, interrumpiendo el flujo
natural de energía. Estos bloques existen en todos los
niveles del aura. Se afectan mutuamente de una capa a
otra. Obser vemos a continuación cómo un bloque de una
capa del aura (que, naturalmente, se expresaría
en la realidad de dicha capa, es decir, como
pensamiento, creencia o sen timiento) puede llegar a
causar enfermedad en el cuerpo físico.
Revisión del capítulo 14
1. ¿Cuál es la causa de la enfermedad?
Alimento para la mente
2. ¿Cuál es la naturaleza de su muro interior?
3. Mantenga una conversación con su muro. ¿Qué dice su
muro? ¿Qué dice la parte de usted que se sitúa detrás
del muro? ¿Qué dice la parte de usted que se sitúa fuera
del muro? ¿De qué tipo de elementos negativos cree que
le protege el muro? ¿Qué naturaleza tiene el po der que
ha encerrado usted dentro de los límites de su muro?
¿Cuál piensa que es la forma en la que usted pue de
liberarlo?
Fig ura 7-1: El aura normal
Figura 7-7: El cuerpo etéreo Figura 7-8: El cuerpo emocional
Figura 7-9: El cuerpo mental Figura 7-10: El
cuerpo astral
Figura 7-11: El nivel del patrón etéreo
Figura 7-12: El cuerpo celestial
Figura 7-13: El nivel del patrón cetérico
Figura 11-1: Auras en movimiento
Figura 11-2: Auras
contempladas en sesiones terapéuticas
Figura 11-5: Mujer defendiéndose mediante la creación de una nube
rosada de energía
Mujer trabajando en una sesión energética de núcleo
Figura 18-3: Vista interna
(Vistas de diagnóstico) Exploración interna
A. Inflamación pélvica, quiste ovárico y fibroma b. Fibroma y chakra
púbico desfigurado
Figura 22-4: Aura de una paciente antes de la curación;
en el recuadro, chakra desfigurado del plexo solar
Figura 22-6: Acción de equilibrar los campos aurales del paciente,
el sanador y el campo energéti co universal
Figura 22-20: Aura de la paciente después de la curación
Figura 22-21: Disposición de una coraza del octavo nivel; se ve el
escudo azul introducido en el cuello del paciente, el paciente fuera
del cuerpo a la derecha y su madre difunta a la izquierda
Figura 24-1: Traumatismo de la vida anterior en el aura; aparece una
herida de color rojo oscuro, a la izquierda, y la corriente de poder
vertical desviada, a la derecha.
Figura 24-2: Retirada del moco aural con un cristal. El cristal
agarra el moco y lo extrae