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Capítulo II

(primera parte)

 

CAPÍTULO II
LA FUERZA FUNDAMENTAL


Introducción. – El “Justo Por qué” de las cosas. – Lo que nosotros “No conocemos”. – Evidencia de la Transferencia del Pensamiento. – Teoría de Flammarion. – “Estado Mental”; no “Pensamiento”. – La “Energía Mentativa” es la Fuerza Real. – Mis Términos de Expresión. – Inducción Mentativa. – Telementación. – Energía Fundamental. – Energía Mentativa Universal. – La Energía obra como la Electricidad. – El cerebro es un “Transformador” de Energía. – Los dos Polos Mentativos. – Deseo y Voluntad siempre en Evidencia. – Deseo y Voluntad en la Telementación. – “Pensamiento” no el Poder Motor. – La Fuerza Motriz de la Mente. – Deseo es el Incitador Mental. –

 

El Poder atractivo del Deseo. – Efectos de la Fuerza del Deseo. – El Deseo Insistente. – Ondas de Fuerzas del Deseo. – Lo que significa realmente “Deseo”. – Relación entre Voluntad y Deseo. – Los Gemelos Mentativos, - El Dominio de la Voluntad. – Hechos admirables de la Voluntad. – La Voluntad, proyector de la Fuerza Mentativa. – Maravillas de la Voluntad. – Energía Masculina y Energía Femenina. – La Voluntad directora. – La Voluntad Protectora. – Inducción Mentativa. – Corrientes Mentativas. – Atmósferas Mentales de los lugares. – Efecto de las Vibraciones Mentativas. – Ondas de “Sentimiento”. – Ciclones Mentativos. – Centro de los Torbellinos Mentales. – Influencia Mentativa. – Más sobre la Influencia Mentativa. - Influencia Personal. – Sugestión Mental. – Armadura Protectora de la Naturaleza. – Protección Propia. – Apréndase la manera de Sentir y Querer.

INTRODUCCIÓN

En el capítulo anterior hemos dicho que bajo todas las varias fases de los fenómenos de la Magia Mental se encontrará siempre un principio o fuerza.

Este principio o fuerza fundamental es, naturalmente, una fuerza mental, y actúa en el sentido del hoy plenamente establecido principio, equivocadamente llamado “Telepatía”, y que llamo Inducción Mental. Después de siglos de duda, de negación y de ridículo por parte de la Ciencia, ésta por último se ha visto obligada a reconocer la Transferencia o Circulación de la Mente es un hecho establecido. Los experimentos de la Sociedad de Investigaciones Psíquicas de Londres han sido publicados en un volumen de irreparable evidencia, referente a este hecho de la transferencia de los estados mentales de una mente a otra, y miles de personas han comprobado, a su entera satisfacción, por medio de experimentos privados, la verdad de este fenómeno.

Han circulado muchas teorías acerca de esta transferencia de las condiciones mentales de una mente a otra, y hemos oído hablar con frecuencia de hombres que poseían “dos mentes”, u otras semejantes que se refieren a la serie de fenómenos que tenemos a la vista. Personalmente, tengo muy poco en cuenta las teorías populares sobre el asunto.

EL “JUSTO POR QUÉ” DE LAS COSAS

Nunca he tropezado con alguien que conociera realmente el “justo por qué”, y no creo que nadie lo conozca realmente. Y hago esta afirmación firmemente, y después de leer y estudiar todo lo importante que se ha escrito sobre la materia, y después de una íntima relación con varias de las autoridades más eminentes. Todos poseen una clara comprensión de los hechos, de los fenómenos; pero, cuando llegan a la causa fundamental, el justo “¿qué es la mente?” parte de la cuestión, o confiesan paladinamente que no lo saben, o se refugian en alguna metafísica o fantástica teoría psicológica, y se hipnotizan e hipnotizan a sus lectores con un torrente de palabras y juegos de palabras.

Personalmente creo que este “justo qué”, está encerrado en el “justo qué” de Vida y Ser. Hasta que no conozcamos el último no podemos esperar el conocimiento del primero. Y así, por mi parte, he dejado a un lado todas las teorías referentes a la naturaleza de la Mente, “esas pompas de jabón” con las cuales se distraen los hombres niños de ciencia, y no intentaré formular una en este lugar. El lector ha de tomar los hechos tal como se los presento, y comprobarlos por experimentos personales; si necesita una teoría de la naturaleza de la Mente, hágase él mismo una, pues yo me he retirado ya de los negocios. He aprendido a decir “¡No lo sé!”.

LO QUE NOSOTROS “NO CONOCEMOS”

Y en esta materia nosotros no conocemos el “justo qué” de nada, no obstante lo mucho que podamos conocer sobre el aspecto fenomenal de la cosa. Nadie sabe “justamente lo que es” nada; si alguien conociese el “justo qué es” de una simple cosa, poseería la llave de la Puerta del Universo; pero no puede conocerlo ni lo conocerá nunca. Sabemos de la existencia de la Electricidad, por ejemplo, y sabemos el modo de usarla, de manejarla, de dominarla; pero no sabemos “justamente lo que es”. ¿Recuerda el lector la historia de aquel alumno al que preguntaron: “¿Qué es la Electricidad?” Respondió: “Verá usted, señor profesor; lo sabía, pero lo he olvidado.” El profesor respondió irónicamente: “¡Qué lástima! ¡La única persona en el mundo que sabía lo que era electricidad, y lo ha olvidado! ¡Qué lástima! ¿Qué pérdida para la humanidad!”

Y en vista de los hechos mencionados confieso, sin embargo, que “no conozco” el “justo por qué”, o el “justo qué es” en lo tocante al sujeto de la Mente. Pero conozco las leyes y principios de su operación, cómo actúa y cómo puede usársela, y así me limitaré a estudiar el “Cómo” del asunto de preferencia al “Por qué”.

EVIDENCIAS DE LA TRANSFERENCIA DEL PENSAMIENTO

No intentaré presentar evidencia para probar en este tiempo y lugar la existencia del hecho de la Transferencia de la Energía Mentativa. La evidencia puede darse en cualquier momento, siendo necesaria; pero creo que todos los que lean estas lecciones tendrán alguna experiencia personal en su propia vida, que hará innecesario mayor número de pruebas. En caso, sin embargo, de que semejante prueba fuese necesaria, puede el vaciloso recurrir a cualquiera de las recientes obras sobre la materia o a las páginas de las Memorias publicadas por la Sociedad de Investigaciones Psíquicas, de Londres, pues dicha Sociedad está compuesta de hombres de reputación científica mundial, y su capacidad y honradez están fuera de discusión.

TEORÍA DE FLAMMARIÓN

Me permitiré reproducir un pasaje de Camilo Flammarión, el eminente astrónomo francés, que es también un investigador en la materia.
Dice así:
“Resumiremos, pues, nuestras procedentes observaciones con la conclusión de que una mente puede actuar a distancia sobre otra, sin el habitual intermedio de palabras, o ningún otro visible medio de comunicación. Nos parece muy poco razonable rechazar esta conclusión, si aceptamos los hechos. Tal conclusión puede ser aburridamente demostrada. No hay nada anticientífico, nada romántico en admitir que una idea puede influir en un cerebro a distancia. La acción de un ser humano sobre otros, desde cierta distancia, es un hecho científico; un hecho tan cierto como la existencia de París, de Napoleón, del oxígeno o de Sirio.”

Y más adelante el propio autor expone:
“No cabe la menor duda de que nuestra fuerza psíquica crea un movimiento en la otra, que transmite a lo lejos, semejantemente a todos los movimientos del éter, y se hace perceptible a los cerebros en armonía con el nuestro. La transformación de una acción psíquica en movimiento etéreo, y al contrario, puede ser análoga a lo que tiene lugar en el teléfono, donde la placa receptora, que es idéntica a la placa del otro extremo, reconstruye el movimiento sonoro transmitido, no por medio del sonido, sino por la electricidad. Pero esto son sólo comparaciones.”

“ESTADO MENTAL”; NO “PENSAMIENTO”

El sujeto entero de la Magia Mental descansa sobre el hecho de que los estados mentales pueden ser transferidos de una mente a otra. Observará el lector que digo “estados mentales” en lugar de “pensamientos”; y lo digo a propósito, porque sostengo que las fases más poderosas de la acción mental no se elevan a la región del pensamiento, sino que distan mucho de ser elementales en naturaleza y pertenecen al “Sentimiento” o región “Emocional” de la mente. Y creo que la FUERZA real está más en contacto con el DESEO y la VOLUNTAD que con el Pensamiento.

LA “ENERGÍA MENTATIVA” ES LA FUERZA REAL

En este punto deseo solamente llamar la atención sobre el hecho de que existe un ALGO, una especie de FUERZA, que es generada y después pasa de una mente a otra, transportando estados mentales, sentimientos, emociones, pensamientos, etc. Ahora bien; ¿qué es este Algo? No sabemos el “justo qué”, según se ha dicho: pero reconocemos su existencia y efectos, y vemos que es un ALGO real. No comprendemos su ultimada naturaleza, su “justo qué es”; pero sabemos que ES, y que tenemos el derecho a darle un nombre. ¿Cómo le llamaremos? ¿Qué nombre le será más adecuado? Cada cual puede llamarle como guste; pero yo, deliberadamente, le doy el nombre de “Energía Mentativa”. Y a la corriente de esta Energía la llamo “Corriente Mentativa”. Y al procedimiento mediante el cual afecta a otras mentes, sea por influencia personal o por corriente mentativa, le doy el nombre de “Inducción Mentativa”. Examinemos brevemente estos términos.

MIS TÉRMINOS DE EXPRESIÓN

Se habrá observado que todos estos términos derivan de la palabra “Mentación”. ¿Y qué es Mentación? Veamos. La primera parte de la palabra viene del latín MENTIS, que significa la “mente”; la segunda parte, “ACCIÓN” es un subfijo que significa “obrando”. Así, la palabra “Mentación” significa “mente en acción”.

Así, pues, tenemos las siguientes definiciones:
MENTACIÓN: Actividad mental.
MENTATIVO: Relativo a la Actividad mental.
MENTAR: Manifestar Actividad mental.
MENTADOR: El que menta.
ENERGÍA MENTATIVA: La Energía que nace de la Actividad mental.
CORRIENTE MENTATIVA: Una corriente de Energía mentativa.
INDUCCIÓN MENTATIVA: Inducción por mentación.
Sírvase el lector familiarizarse con esos términos, pues los usaremos frecuentemente en estas lecciones.

INDUCCIÓN MENTATIVA

El término “Inducción Mentativa” será fácilmente comprendido por aquellos que conocen los fenómenos de la electricidad. La voz “Inducción” viene de “Inducir”, que significa “influir”. En la ciencia eléctrica, la palabra “inducción” se usa en el sentido del “procedimiento” por el cual un cuerpo que posee propiedades eléctricas o magnéticas, reproduce estas propiedades en otro cuerpo, sin contacto directo. La aguja, por ejemplo, tiene una propiedad inducida de magnetismo, producida por la corriente del imán, y puede sostener otra aguja, por contacto directo. Este magnetismo inducido hace de la aguja un imán con todas las propiedades del imán original, en tanto que la corriente fluya.

Y así como un imán puede comunicar sus propiedades por inducción, del propio modo un cuerpo electrizado puede comunicar estados eléctricos a otro cuerpo, sin contacto actual.

Las obras de texto están llenas de ejemplos que ilustran esta ley. La teoría aceptada por la ciencia es que la Inducción es la acción de la corriente eléctrica a través del éter, por ondas de vibración. Y yo sostengo que así como las ondas vibratorias del magnetismo y la electricidad pasan a través del éter y producen propiedades similares en otros cuerpos por medio de la Inducción, de un modo análogo las ondas vibratorias de la Energía Mentativa de una mente, pasan a través del éter, y por inducción crean un estado mental semejante en la mente de otras personas dentro del “campo de inducción”. Veremos muchas pruebas de esto, a medida que adelantemos en este libro.

TELEMENTACIÓN

Voy a usar otro término nuevo en estas lecciones, que no estará de más explicar en este punto y razón. He adoptado el término “Telementación” para indicar la acción de la mente a distancia por medio de Corrientes Mentativas. La voz TELE, viene del griego y significa “lejos” o “de lejos”. Sus usos en “telefonía”, “telegrafía”, etc., están bien extendidos.

Alguien podrá preguntar por qué descarto la palabra “Telepatía”, generalmente usada en el sentido de “transferencia del pensamiento”. Mi respuesta es que el término es impropio y expuesto a errores. Telepatía, según sus raíces, significa realmente enfermar a distancia, pues la palabra “pathy”, de origen griego, significa enfermar o sufrir. Puede usársela propiamente en relación con la mental transferencia del dolor o enfermedad o similares estados mentales, pero su uso en otra forma es impropio, no obstante haber adquirido una significación secundaria. Más pronto o más tarde caerá en desuso, y aun en la actualidad los signos son aparentes.

LA ENERGÍA FUNDAMENTAL

Y pasemos a una consideración de la naturaleza de esta Energía o Actividad Mental. Empezaremos por la misma Mente. Como he dicho, nadie conoce “justo lo que” viene a ser la mente. Aun cuando casi todos los escritores sobre la materia se permiten una sospecha de lo que puede ser, el secreto permanece envuelto en el Secreto del Todo, que nadie conocerá. No quiero permitirme especulaciones metafísicas en estas lecciones; si al lector le place este género, a mano tiene innumerables libros sobre la materia en todas las bibliotecas del mundo.

Pero necesitamos un principio para nuestro estudio de la Energía Mentativa, y es éste. Dejando de lado, por un momento, todas las teorías referentes a la íntima naturaleza de la mente, vengo a caer, forzosamente, en la conclusión de Spencer y otros grandes pensadores, de que hay aquí “una Energía Infinita y Eterna, de la que proceden todas las cosas”. Y yo creo que todo lo que existe en el mundo fenomenal es una manifestación de la Energía Universal. Y, más aún; me veo obligado creer que cuando manifestaciones personales de la Mente emanan de esta Energía Universal, entonces ésta ha de contener mente necesariamente. Pues es una ley lógica indiscutible “que todo aquello que es desenvuelto como un consecuente, es preciso que esté envuelto como un antecedente”, esto es, que no se puede sacar algo de una cosa, a menos que no haya algo en ella.

LA ENERGÍA MENTATIVA UNIVERSAL

Y, esto no obstante, me veo obligado a pensar que la presencia de la Mente es preceptible en todo en la Naturaleza. Afirmo que hay Mente en las plantas, pues de otro modo no podrían crecer y formarse. Y, más todavía; doy mis parabienes cordialmente a los maestros de la más avanzada ciencia física, que sostienen que en los átomos, y en las partículas que van a formar los átomos, se encuentra evidencias de Vida y Mente en operación. Como doy mis parabienes fraternales a los que afirman que, ya que todas las formas y moldes de la vida material se disuelven en el éter, del que salieron, “es preciso, consecuentemente, que haya Mente en el éter mismo”, o de lo contrario no habría mente en ninguna forma física.

Y así, sin exigirle al lector que se adhiera a ninguna teoría o enseñanza metafísica, filosófica o religiosa (guíese cada cual en estas cosas), debo señalarle el hecho, hoy admitido por los grandes pensadores del mundo de que, en último caso, encontramos UNA ENERGÍA INFINITA Y ETERNA, MENTATIVA EN SU NATURALEZA, DE LA CUAL Y EN LA CUAL TODAS LAS COSAS SON MANFIESTACIONES DESPLEGADAS.

Y usando esto como un fundamento, yo sostengo que todas las manifestaciones de mente individuales o personales, ya sea en nosotros mismos o en otros, no son sino Centros de Energía Mentativa en la gran Substancia de la Energía Mentativa Universal.

LA ENERGÍA ACTÚA COMO LA ELECTRICIDAD

Sea la mente lo que fuere, en su ultimada naturaleza, los principales pensadores sobre la materia sostienen actualmente que en su “naturaleza operadora” o fase de operación, la mente parece actuar a lo largo de líneas semejantes a las seguidas por la electricidad. Como ésta procede en corriente; como ella, opera por inducción, y es, como ella, vibratoria en su naturaleza. Y semejante a las más elevadas formas de Energía –supereléctrica en su naturaleza -, posee Radioactividad o Energía radiante, semejante a muchas otras formas de Energía radiante, que irradian constantemente torrentes de energía activa, en forma de “Rayos”, “Ondas”, “Vibraciones”. Recientes descubrimientos científicos han probado esto, y dentro de pocos años el mundo quedará sorprendido ante nuevos descubrimientos en este sentido. Ya se habla de “Fotografías Mentales” o “Radiografías”, y antes de mucho tendremos “Mentómetros” que registrarán las ondas telementales. Téngase presente esta profecía (hecha en Enero de 1917), y se verá cuán pronto queda cumplida.


EL CEREBRO ES UN “TRANSFORMADOR” DE ENERGÍA

Yo considero el cerebro como una especie de “transformador” de la energía de la Mente Universal o posiblemente como un “convertidor” de la Energía en Pensamiento, Deseo, Voluntad, etc. El cerebro no puede crear; su oficio es meramente “transformar” o “convertir” una energía existente en formas y fases usables. La ciencia conviene en la creencia de que en todo procedimiento cerebral existe el empleo de alguna especie de energía y una “combustión” de substancia cerebral. Así como hay una constante “combustión” de los elementos de una batería eléctrica en la producción de la electricidad, también la hay de materia cerebral en la producción de Actividad mental, y si la ciencia nos enseña que aun no se ha creado electricidad, simplemente, una porción de la Electricidad Universal es “convertida” o “transformada”. Creo que el mismo principio es aplicable para la acción mental en el cerebro.

LOS DOS POLOS MENTATIVOS

Y ya es tiempo de que empecemos nuestra consideración de los dos Polos Mentativos.

En estas lecciones quiero sostener el hecho de que es evidente, en la manifestación de la Energía Mentativa en todas y cada una de sus formas, la existencia de dos distintas fases o polos. Me veo obligado a echar a la circulación dos términos más para estos polos o fases, pues no existe ninguno de uso común. Llamaré a estos dos Polos Mentativos, respectivamente, “Polo Emotivo” y “Polo Motor”. La palabra “Motor” significa “el que actúa, quiere, mueve, escoge, gobierna”. La palabra “Emotivo” significa “lo que manifiesta sentimiento, emoción, agitación, pasión, sensación, etc.” El lector puede fijar estas dos ideas relacionadas con los Polos Mentativos, considerando el Polo Motor como “Voluntad” y el Polo Emotivo como “Sentimiento”.

Las dos manifestaciones activas de los dos Polos Mentativos son como sigue:
El Polo Emotivo se manifiesta activamente como DESEO.
El Polo Motor se manifiesta activamente como VOLUNTAD.

DESEO Y VOLUNTAD SIEMPRE EN EVIDENCIA

Encontraremos estas dos fases, de Deseo y Voluntad manifiestas en toda acción mental. Siempre habrá un precedente Deseo y una consecuente Voluntad, hasta en la producción de un Pensamiento. “Deseamos” conocer una cosa y después “queremos” conocerla, antes de que el Pensamiento se produzca. El Pensamiento es hijo del Deseo y de la Voluntad. Reflexiónese un momento sobre esto. No siempre es posible reconocer los dos elementos, pues frecuentemente se siguen el uno al otro tan íntimamente, que parecen un solo impulso. Y además, el Deseo puede manifestarse fuera del campo consciente, pero siempre está presente. Y la mente puede estar tan llena de Deseo, que uno no reconozca la acción de la Voluntad, aunque ella esté siempre allí.

Estas dos fuerzas, Deseo Y Voluntad, se manifiestan a través de toda la Naturaleza. Haeckel, el filósofo alemán, en sus obras, escritas con el más adelantado pensamiento científico, nos dice que, aun en las acciones de los átomos, son evidentes el sentimiento o Deseo de atracción o repulsión, y el impulso de Voluntad respondiendo a ello, causando la acción de acuerdo con el Deseo. Es una Ley Universal y sus evidencias pueden verse en todas partes.

DESEO Y VOLUNTAD EN LA TELEMENTACIÓN

Y, en la mente, estos dos polos desempeñan una parte importantísima en lo referente a la Telementación. No tan sólo el Deseo origina una respuesta de la Voluntad, sino que ambos son fuerzas activas por sí solos, y accionan y reaccionan sobre los polos mentales, Deseo y Voluntad, de otros individuos. Veremos muchas pruebas de esto a medida que adelante este libro.

En efecto, la teoría y la práctica enteras de la Magia Mental descansan sobre este principio fundamental.

La Fuerza del Deseo es capaz de despertar la voluntad de otro en respuesta a aquél. Puede de igual modo originar vibraciones en otra mente, despertando en ésta similares deseos. El poder de Voluntad de uno, puede hacer nacer Deseo en la mente de otro y causar acción de acuerdo con ella. Puede asimismo sobrepujar la Voluntad de otro, y sujetarla a la suya. La Voluntad y Deseo combinados, y encauzados en una Corriente Mentativa, pueden producir un efecto combinado sobre la mente de otros por Inducción Telemental. Estos dos polos de la mente son a la vez activos y poderosos en sus efectos. Ambos pueden ser movidos a una intensa actividad, de acuerdo con bien conocidas leyes, que enumeraremos después. Permítasenos tomar algún tiempo y considerar el sujeto de la Fuerza del Deseo y Poder de la Voluntad, antes de seguir adelante.

EL PENSAMIENTO NO ES EL PODER MOTOR

Los que han estudiado los fenómenos de la Influencia Mental han aceptado generalmente la teoría de que el efecto sobre este individuo era producido por el “Pensamiento” del remitente, y toda la enseñanza sobre la materia se ha dado en el mismo sentido. Yo he seguido este error, y durante muchos años he disertado sobre el poder del “Pensamiento”, etc. Pero he modificado mis ideas sobre el asunto.

Naturalmente, todo el que haya dedicado alguna atención al sujeto, sabe que la transferencia de pensamiento es un hecho, y que la Telementación es una realidad establecida. Pero existe una gran diferencia entre el hecho de que los “pensamientos” puedan ser enviados y recibidos como un mensaje telegráfico, de una parte, y que las personas puedan ser influidas y afectadas, y se dobleguen al Deseo o la Voluntad de un tercero, por otro lado. Es muy parecida a la diferencia que hay entre Pensar y Hacer en la vida ordinaria. Uno puede enviar sus pensamientos de modo que otro los reciba; pero, ¿qué tenemos con esto? ¿De dónde vienen el Hacer y Compelir? Es evidente que la Fuerza real debe ser mirada en alguna mucho más elemental y vital operación de la mente, que, el lógico y razonador pensamiento. ¿Qué es un pensamiento, después de todo? Webster lo define como “un ejercicio de la mente en cada una de sus elevadas formas; reflexión; elección”. Nada hay en esto que suene a la fuerza y poder más elementales.

 

 

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Capítulo II

(primera parte)

 

 

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