Johnakan-ur-el: Me encuentro en el momento presente para transmitir un
humilde mensaje. Podría empezar diciendo que se vienen tiempos muy
duros, pero quiero meter en la memoria celular la frase “se
vienen tiempos de amor”.
Jamás
he sido desalentador, con ninguna idea, con ningún proyecto, con ningún
ser encarnado o con ningún espíritu.
Lo que busco es lo que buscan todos aquellos seres que están en el
camino, que es el elevarlos a través de la obra. Porque como he dicho en
infinidad de ocasiones y en infinidad de sesiones, no tiene ningún
sentido el andar el camino si no se va sembrando. Las huellas que uno
deja deben de ser de siembra, si no el camino es estéril. Plantar sobre
rocas no tiene ningún sentido, ninguna función, no lleva a nada.
El verdadero camino es ir sembrando a cada paso. Habrá seres que
aprovechen esa nueva planta y habrá seres que la ignoren. Nuestra
obligación espiritual es tirar la semilla, para que surja una nueva
planta y una raíz muy fuerte. Pero debemos saber, y no empacharnos con
la idea de que todos van a aprovechar ese nuevo aroma de esa nueva
planta, porque no va a ser así. Y eso no es ser pesimista, eso es ser
realista.
Sabemos que la mayoría de los espíritus encarnados y no encarnados
habitan el plano 3. NO es un plano de crueldad, es un plano de
indecisión, es un plano de dudas, es un plano donde el espíritu
planifica subir a un plano maestro, se cuestione cosas, compite, tiene
dudas, lo invade el ego, pero no es cruel, simplemente está sumergido en
un mar de confusiones. Así está la población en general, con dos
excepciones: aquellos que no tienen confusiones y que apuntan hacia la
luz, y aquellos que no tienen confusiones y viven para crear obstáculos;
esos no tienen dudas, trabajan para el mal. Los otros no tienen dudas,
trabajan para el bien.
Pero hay una franja muy grande que no sabe qué decisión tomar todavía. O
porque fue mal guiada, o porque su mismo espíritu por roles de vidas
anteriores le ha creado tantos engramas, tantos lastres, que no le
permiten discernir analíticamente el camino, y no le permite disfrutar
ese servicio al otro. Piensan que las cosas las tienen que hacer por
obligación. Piensan que la vida física es una obligación y no un goce.
Se apabullan cuando algo no les sale bien. Se duelen cuando algo no es
como ellos quieren. Critican cuando se les pone obstáculos en lugar de
resolver ese obstáculo. Nadie puede todo en el plano físico.
Si somos falibles como thetanes o como espíritus, ¿cómo no vais a ser
falibles vosotros como seres encarnados, que estáis más expuestos a
todo? ¿quién lo duda esto? ¿qué clase de maestros seríamos si dudáramos
eso?
El maestro no prejuzga, el maestro simplemente orienta, hace lo que
puede, y no obliga; muestra, propone, no impone, eso ya lo sabéis, pero
hay mucho por hacer, hay mucho por resolver, hay mucho por dar, por
brindar. Solo os pido que despertéis; sólo os pido que podáis encontrar
esa clave dentro vuestro. Es nada más que eso.
Segunda parte (pasada
a texto por gentileza de Sarven)
Médium: Jorge Olguín.
Entidad presentada:
Johnakan-ur-el
Johnakan-ur-el:
Comunicado con el plano físico, se comunica nuevamente Johnakan-ur-el.
Quiero dejar en
claro que tenéis que tener fortaleza espiritual para poder llevar a cabo
las distintas misiones de servicio. La única condición para que una
misión sea potable es no competir, desde aquellos que están en
la búsqueda. Aquellos que están en la búsqueda de poder ser útiles a los
demás, que vibran en sintonías similares, ¡NUNCA se superponen! ¡NUNCA
se interponen! NUNCA se crean obstáculos entre ellos! Todo lo contrario.
Se ayudan, y copiándome de palabras del plano físico diría “hombro
por hombro” tirando de la carreta, utilizando un lenguaje terrenal.
Pero es muy
importante que aprendáis que a veces dos, tres, diez seres que están en
la búsqueda del camino, no todos, aun vibrando en sintonías similares
tienen la misma velocidad para proyectar caminos y entonces sí
unos pueden llegar a molestarse, a entorpecerse con otros. Así como
vosotros en el planeta tierra, le dais un gran valor al trabajo de
equipo, nosotros en el mundo espiritual también le damos un
tremendo valor al trabajo en equipo. Cuando en grandes ciudades se
generan posibilidades de conflicto bélico, nos juntamos distintas
entidades de luz para mandar conciliación a los cuerpos causales y a los
cuerpos de ideas de esos gobernantes, o de esos directivos, o de esos
jefes, o de esos managers. A veces somos escuchados y a veces no.
Pero a veces,
tenemos necesidad de trabajar solos, porque en determinado
momento, tenemos que emprender una acción directa, -en el plano
espiritual una acción directa sería, alguien que está con una conducta
defensiva muy grande y está por atentar contra sí mismo, o está por
dejar un trabajo, o está por tomar una decisión de abandonar su hogar o
de agredir a un compañero- no podemos en ese momento aún nosotros
contactándonos en décimas, en milésimas de segundo, esas milésimas de
segundo no las podemos perder contactándonos con otros maestros. Tenemos
que actuar en forma directa, mandar conciliación, misericordia, piedad,
todo junto mezclado en un cóctel, en un combinado al decodificador de
ese ser encarnado impulsivo que va a tomar esa decisión catastrófica.
A nivel físico
pasa exactamente lo mismo. Si bien es bueno trabajar en equipo, a veces
también es bueno trabajar en forma independiente porque tienes una
decisión que tomar y las otras personas de tu equipo a las que tienes
que consultar no las tienes cerca de ti. Entorpecerías tu función si
pospusieras esa ayuda esperando consultar con el resto del equipo. Por
eso di el ejemplo espiritual y por eso di el ejemplo material. Entonces
como para redondear la escena, si bien es importante trabajar en forma
mancomunada (en equipo) tanto en el plano espiritual como en el plano
físico, hay decisiones que deben tomarse de forma independiente y está
bien que así sea. Porque como nosotros, espíritus, ángeles, seres
encarnados, somos parte de uno solo, que es el Padre, el Creador, el
Absoluto, también somos entes independientes, gracias
al libre albedrío de nuestro progenitor espiritual, el Padre. Sería una
falta de respeto para nuestro Padre el no usar ese libre albedrío. Somos
seres independientes, dentro de la dependencia amorosa que tenemos con
el Padre. Pero el propio Padre nos brindó su amor y su libre albedrío, y
a veces no lo usamos.
Es hermoso
colaborar con el otro, en función del bien común de un tercero. Pero a
veces cuando el otro no está, no vamos a dejar desvalido a ese tercero,
lo ayuda el que esté más cerca. Es como si un bañero (socorrista) en una
playa pública, dependiera de otro bañero para rescatar a aquel que se
está ahogando. Tiene que actuar él, ¡ya! de inmediato, cada segundo
vale, cada instante vale.
No hay un mensaje
como para resumir todo esto; simplemente el amor es obligado, el amor es
conjunto, el amor es todo, pero el amor está en todo; está en la unidad
individual, está en el conjunto grupal. Y las dos cosas están bien.
Sucede que a veces
se encuentran dos o tres maestros de luz, encarnados en el plano físico
y pueden colaborar en una acción directa contra todo lo negativo, contra
todo lo reactivo. Pero a veces, como en el plano físico hay distintas
vivencias, hay distintas secuencias, sería muy egocentrista de parte del
que tiene que actuar esperar para tomar la decisión la aprobación del
otro, porque aparte sería dependiente. Y ningún maestro de luz es
dependiente. Solamente somos dependientes del Creador. Lo contrario
sería ofendernos a nosotros mismos, si es que tuviéramos ego por
integrar, que no lo tenemos. Pero es una manera de que los consultantes
lo entiendan.
Somos seres que
tratamos de alzar la luz, pero no tenemos un contrato en la luz. Nuestro
contrato, y voy a utilizar otra frase del plano físico, es la acción
diaria, ese es nuestro contrato. No hay un contrato que tenga vigencia
eterna. El único ser que tiene contrato de vigencia eterna en la luz es
El Absoluto. Todos los demás por más elevados que creamos, que creamos
que estamos, cada día tenemos que rendir examen. Cada día, cada instante
tenemos que rendir examen, y ¿cuántas veces nos equivocamos?
Vosotros oiréis
espantados ¿cómo, Johnakan-ur-el dice eso? Por supuesto que sí. Lo
contrario sería pedantería. Todos los espíritus somos falibles, por eso
siempre que dudamos consultamos con el Padre; si está bien lo que hemos
hecho. Esa es la verdadera humildad: reconocer nuestros límites. Ese es
el verdadero camino: entender que solos no podemos, pero entender
también que a veces, sí necesitamos la soledad para poder obrar cuando
tenemos que tomar una decisión de inmediato. Creo que he sido lo
suficientemente claro en este sentido. Las dos cosas son valiosas.
Trabajar mancomunados tomados de la mano (vuelvo a usar una frase del
plano físico) y trabajar individualmente, donde seguramente en
determinado momento, en determinadas circunstancias rendiremos más,
seremos más útiles y en ese momento el equipo será un estorbo, porque
necesitamos tomar una determinación ya, y no tenemos tiempo para hacer
una consulta, por eso he puesto el ejemplo del bañero en la playa,
solitario, donde la otra persona se está ahogando.
Voy a hacer un
pequeño canto para terminar esta sesión, que es un canto que fue dictado
por una entidad maestra, que es la musa de la música, y dice así: