| |
Poesías de Hermann Hesse
Camino Hacia Adentro
Quien encontró el
camino hacia adentro,
quien en el hundirse ardiente en uno mismo
el núcleo presintió de la sabiduría,
ése elegirá con su sentido a Dios y al mundo
como su imagen y su alegoría:
cada obra y cada pensamiento
diálogo serán con el alma que le es propia
que a Dios y al mundo en sí contiene.
Sin Consuelo
Al mundo primitivo
no conducen senderos;
no se consuela nuestra alma
con ejércitos de estrellas,
no con río, bosque y mar.
Ni un árbol uno encuentra,
ni río ni animal
que penetre al corazón;
no encontrarás un consuelo
sino entre tus semejantes.
Noche de Soledad
Vosotros, los que
sois hermanos míos,
pobres hombres
cercanos y distantes,
los que en la alta
región de las estrellas
un consuelo soñais a
vuestros males;
vosotros, los que
mudos a la noche
débilmente
estrellada, alzáis unidas
vuestras delgadas
manos dolorosas
y sufrís y veláis en
vuestra vida,
pobre grey
vagabunda; navegantes
sin estrella y sin
suerte por el mundo,
extraños, y, no
obstante, a mi alma unidos,
devolvedme,
afectuosos, el saludo.
Lamentación
Nos es negado ser.
O tan sólo somos corriente; dóciles fluímos en todas las formas:
a través del día y de la noche, a la cúpula y al antro,
nos empuja siempre la sed de ser.
Así vamos llenando forma tras forma sin descansar jamás:
ninguna se torna patria nuestra, por suerte o por desgracia.
Siempre venimos de camino, eternos viadores;
no nos llaman ni el campo ni el arado: no cosechamos pan.
¿Qué quiere de nosostros el Señor? Lo ignoramos.
El juega con nosotros y somos como arcilla entre sus manos,
callada y maleable, que no ríe ni llora.
Y Dios la amasa, sí, pero nunca la quema.
¡Quedar petrificado algún día! ¡Perdurar!
He ahí nuestras ansias, eternamente inquietas;
mas tras ellas no queda más que un temblor pequeño
que nunca llega a hacerse reposo en el camino.
Escalones
Así como toda flor se enmustia y toda juventud cede a la edad,
así también florecen sucesivos los peldaños de la vida;
a su tiempo flora toda sabiduría, toda virtud,
mas no les es dado durar eternamente.
Es menester que el corazón, a cada llamamiento,
esté pronto al adiós y a comenzar de nuevo,
esté dispuesto a darse, animoso y sin duelos,
a nuevas y distintas ataduras.
En el fondo de cada comienzo hay un hechizo
que nos protege y nos ayuda a vivir.
Debemos ir serenos y alegres por la Tierra,
atravesar espacio tras espacio
sin aferrarnos a ninguno, cual si fuera una patria;
el espíritu universal no quiere encadenarnos:
quiere que nos elevemos, que nos ensanchemos
escalón tras escalón. Apenas hemos ganado intimidad
en un morada y en un ambiene, ya todo empieza a languidecer:
sólo quien está pronto a partir y peregrinar
podrá eludir la parálisis que causa la costumbre.
Aun la hora de la muerte acaso nos coloque
frente a nuevos espacios que debamos andar:
las llamadas de la vida no acabarán jamás para nosotros...
¡Ea, pues, corazón arriba! ¡Despídete estás curado!
El Juego de los Abalorios
Estamos dispuestos para escuchar con respeto
la música del universo y la música del Maestro
y para evocar en pura solemnidad
los venerados espíritus de los tiempos de gracia.
Encumbrémonos en alas del misterio
que encierran las mágicas fórmulas y leyendas:
dentro de ellas se plasman en clara alegoría
lo ilimitado, lo proceloso, la vida:
suenan como constelaciones cristalinas;
a su servicio cobra sentido nuestra vida,
pues nadie que proceda de su círculo
puede moverse sino hacia su sagrado centro.
FRAGMENTOS
El mundo,
nuestro sueño
" De noche en sueños las urbes y la gente, lo que es monstruoso, castillos
en el aire, todo, bien lo sabes, todo se alza del ámbito oscuro del alma,
son tu imagen, obra y patrimonio, son tu sueño. Ve durante el día por calles
y ciudades, contempla los rostros y las nubes, ¡y advertirás con cierto
asombro que son tuyos y eres su poeta! Todo aquello que ante tus sentidos
revolotea y vive por centuplicado, es en verdad lo tuyo, está dentro de ti,
oh sueño mecido por el alma. Marchando siempre por ti mismo, ya limitándote,
ya extendiéndote, eres el orador como el oyente, eres el creador y el que
destruye. Mágicas fuerzas, ya olvidadas, hilan un sagrado engaño, y el
inconmensurable mundo existe gracias a tu hálito. "
Días del destino
" Cuando los tristes días amanecen y fríamente hostil nos mira el mundo,
retraída se encuentra tu confianza y totalmente sobre ti descansa. Mas
relegado solamente a ti y por viejas las alegrías lejos, vas divisando
nuevos paraísos que a tu creencia se dirigen todos. Como aquello más propio
reconoces lo que te pareció hostil y extraño, y con un nuevo nombre
denominas tu destino que libremente aceptas. Y lo que amenazaba sofocarte
espíritu respira y es amigo, es para ti un guía, un mensajero que lo más
alto enseña y te señala. "
De noche
" De noche lentamente andan por el campo las parejas, las mujeres sueltan su
pelo, cuenta su dinero el comerciante, los ciudadanos leen con temor las
novedades en el diario de la tarde, niños con los pequeños puños cerrados
honda y suficientemente duermen. Cada uno hace lo único verdadero, sigue una
misión sublime, lactante, ciudadano, parejas: ¿y yo, en cambio, yo no? ¡Sí!
También mis nocturnos actos cuyo esclavo soy, no pueden escapar al espíritu
del mundo, ellos también tienen sentido. Y voy así, de un lado para otro,
bailo íntimamente, susurro tontas canciones callejeras, a Dios alabo y a mí
mismo, bebo vino y fantaseo, como si fuera un bajá, siento en los riñones
unas molestias, sonrío, bebo más, a mi corazón digo sí (mañana es
imposible), tramo a partir de pasados dolores un poema, como jugando, veo
rodar la luna y las estrellas, intuyo su sentido, siento como si viajara con
ellas no importa a dónde. "
Hoja marchitada
" Cada flor tiende a ser fruto, cada mañana tiende a convertirse en noche,
nada hay eterno en esta tierra, excepto el cambio o la huida. También el
verano más hermoso quiere sentir alguna vez otoño y lo marchito. Mantente,
hoja, quieta y con paciencia, si intenta el rapto alguna vez el viento.
Juega tu juego sin nunca defenderte, deja que tranquilamente ocurra, y por
el viento que te arranca déjate soplar hacia tu casa. "
Como todos los grandes espíritus
" Como todos los grandes espíritus, ha conocido y ha sentido perfectamente
el problema, la desesperanza de la vida humana: la grandiosidad del momento
y su miserable marchitarse, la imposibilidad de corresponder a una elevada
sublimidad del sentimiento de otro modo que con la cárcel de lo cotidiano,
la aspiración ardiente hacia el reino del espíritu (...), todo este terrible
flotar en el vacío y en la incertidumbre, este estar condenado a lo efímero,
a lo incompleto, a lo eternamente en ensayo, en suma, toda la falta de
horizontes y de comprensión y la desesperación agobiante de la naturaleza
humana. "
|
SIDDHARTHA
"...Qué extraña ha sido realmente mi vida! -pensó-. Qué
rodeos tan curiosos ha dado!...Qué camino el mío, sin embargo! Cuánta
estupidez, cuántos errores, disgustos, dolores y desilusiones he tenido que
soportar sólo para poder volver a ser un niño y empezar de nuevo!...He
tenido que probar la desesperación, rebajarme ante la más insensata de las
ideas, la del suicidio, para poder sentir la gracia, para volver a oír el Om,
para volver a dormir bien y a despertarme tranquilo. He tenido que
convertirme en un loco para redescubrir el Atmán en mi interior. He tenido
que pecar de nuevo para poder revivir. ¿Por dónde me llevará aún mi camino?
Es un camino absurdo, que avanza dibujando curvas, tal vez en círculo. Que
avance como quiera. Yo lo seguiré...
¿No era acaso el tiempo la sustancia de todo sufrimiento?
No era el tiempo la causa misma de todo temor y toda tortura? No se
suprimiría acaso todo el mal, toda la hostilidad del mundo en cuanto el
tiempo fuera superado, en cuanto se aboliera la idea de tiempo?..."
"No, un auténtico buscador, alguien que realmente deseara
encontrar, no podía aceptar doctrina alguna. Pero, el que ha encontrado sí
puede adoptar cualquier doctrina, todas, todos los caminos y objetivos..."
"En ese momento dejó Siddhartha de luchar contra el
destino, en ese momento dejó de sufrir..."
"Cuando alguien busca, suele ocurrir que sus ojos solo
ven aquello que anda buscando, y ya no logra encontrar nada ni se vuelve
receptivo a nada porque sólo piensa en lo que busca, porque tiene un
objetivo y se halla poseído por él. Buscar significa tener un objetivo, pero
encontrar significa ser libre, estar abierto, carecer de objetivos..."
"La sabiduría no es comunicable. La sabiduría que un
sabio trata de comunicar a otros suena siempre a locura...No bromeo, te digo
lo que he encontrado. El saber puede comunicarse, pero la sabiduría no. Es
posible encontrarla, vivirla, dejarse llevar por ella, y hasta hacer
milagros con ella, pero comunicarla y enseñarla es imposible..."
"Es la mejor de todas mis ideas: lo contrario de toda
verdad es también verdadero. Me explico: una verdad sólo se puede defender y
traducir en palabras cuando es unilateral. Y unilateral es todo cuanto puede
concebirse con ideas y expresarse con palabras: es todo unilateral, todo
mitad, todo desprovisto de totalidad, de redondez, de unidad. Cuando el
sublime Gotama hablaba del mundo en sus prédicas, tenía que dividirlo en
samsara y en nirvana, en ilusión y en verdad, en sufrimiento y en
liberación. Imposible hacerlo de otro modo, no hay otro camino para quien
quiera enseñar. Pero el mundo en sí mismo, lo que existe a nuestro alrededor
y dentro de nosotros mismos nunca es unilateral. Nunca un hombre o una
acción cualquiera es del todo samsara o del todo nirvana; nunca un hombre es
totalmente santo o totalmente pecador. Nos parece que así fuera porque
vivimos bajo la ilusión de que el tiempo es algo real. El tiempo no es real,
Govinda, y esto es algo que he experimentado repetidas veces. Y si el tiempo
no es real, la distancia que parece mediar entre el tiempo y la eternidad,
entre el sufrimiento y la bienaventuranza, entre el bien y el mal, es
también una ilusión..."
"El mundo no es imperfecto ni se encuentra en vías de un
lento perfeccionamiento. No, es ya perfecto en cada instante: cada pecado
lleva en sí la gracia, en cada niño alienta ya el anciano, todo recién
nacido contiene en sí la muerte, todo moribundo, la vida eterna. Ningún
hombre es capaz de ver hasta que punto del camino ha avanzado su prójimo; en
el ladrón y el jugador de dados aguarda Buda, en el brahmán puede ocultarse
un bandido. La meditación profunda ofrece la posibilidad de abolir el
tiempo, de ver simultáneamente toda la vida pasada, presente y venidera, y
entonces todo es bueno, todo es perfecto, todo es Brahma. Por ello me parece
bueno todo lo que existe: la vida no menos que la muerte, el pecado tanto
como la santidad, la inteligencia no menos que la estupidez. Todo ha de ser
así, todo no pide sino mi aprobación, mi buena voluntad, mi comprensión
amorosa; y en ese caso, es bueno para mí, sólo podrá estimularme, nunca
podrá hacerme daño. He experimentado en cuerpo y alma que me hacían falta el
pecado, la concupiscencia, el afán de lucro, la vanidad y la más ignominiosa
de las vanidades para aprender a vencer mi resistencia, para aprender a amar
al mundo y a no compararlo más con algún mundo deseado e imaginado por mí,
con algún arquetipo de perfección inventado por mi cerebro, sino dejarlo tal
como es, y amarlo e integrarme a él con gusto..."
"Pero no me hagas seguir hablando de esto. Las palabras
son nocivas para el sentido secreto de las cosas; todo cambia ligeramente
cuando lo expresamos, nos parece un poco deformado, un poco necio...; sí, y
esto también es muy bueno y me agrada mucho: también estoy de acuerdo en que
lo que constituye el tesoro y la sabiduría de un ser humano ha de sonar
siempre un poco necio a oídos de otros..."
"Sí, puedo amar una piedra, Govinda, así como un árbol y
hasta un pedazo de corteza. Son cosas, y las cosas pueden ser amadas. En
cambio soy incapaz de amar las palabras. Por eso las doctrinas nada
significan para mí; no tienen dureza, ni blandura, ni colores, ni cantos, ni
aroma, ni sabor: no tienen más que palabras. tal vez sea esto mismo lo que
te impide encontrar la paz; tal vez sea todo este exceso de palabras. Pues
también liberación y virtud, también samsara y nirvana son simples palabras,
Govinda. No hay objeto alguno que sea el nirvana; sólo existe la palabra
nirvana...Y hablando francamente, las ideas tampoco me importan demasiado.
Más me interesan las cosas..."
"Y he aquí una doctrina de la que vas a reírte: el amor,
Govinda, me parece la cosa más importante que existe. Analizar el mundo,
explicarlo o despreciarlo acaso sea la tarea principal de los grandes
filósofos. Yo en cambio lo único que persigo es poder amar al mundo, no
despreciarlo, no odiarlo a él ni odiarme a mí mismo, poder contemplarlo -y
con él a mí mismo y a todos los seres- con amor, admiración y respeto..." |
| |
|