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La Quinta Montaña

El maravilloso libro de

Paulo Coelho 

 

La quinta montaña en capítulos

viñeta

Nota del autor

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Primera parte  - Pág. 5 a 15

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Primera parte  - Pág. 16 a 26

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Segunda parte_- Pág. 27 a 37

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Segunda parte - Pág. 38 a 48

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Segunda parte - Pág. 49 a 58

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Segunda parte - Pág. 59 a 69

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Segunda parte - Pág. 70 a 79

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Segunda parte_- Pág. 80 a 94

 

Sinopsis
Es difícil intentar sobrevivir a los diferentes problemas que se nos cruzan por el camino. Sobre todo cuando sentimos que estos problemas nos desvían de manera constante de lo que queremos lograr. Lo importante en todo momento es no perder ese objetivo y mucho menos tirarlo por la borda. Es en ese momento cuando una persona se vuelve perdedora. Cuando sucede lo contrario, se logra el triunfo, pues perseveramos en lograr lo que soñamos.

Paulo Coelho, expone con asombrosa sencillez y a modo de cuento la necesidad que tenemos los hombres de pensar en lo que queremos. En tener bien definido el objetivo y nunca dejar de pensar en como lograrlo. La persistencia es la base para todo logro. No podemos vivir aislados de un mundo donde diferentes tipos de fuerzas convergen en un mismo punto: nosotros. Y es éste el punto escencial de toda motivación: No es lo que te susceda de las orejas para afuera, sino es lo que pasa en medio de ellas.

En este libro, escrito con mucha sencillez, se cuenta la historia del profeta Elías, al ser escogido para salvar a su pueblo. Las horas de angustia y todos los sucesos externos a su influencia lo hacen dudar del llamado de Dios y de su fé. Después de muchas calamidades, naturales y humanas, Elías termina por entender que su deseo profundo de ser profeta es mucho más fuerte que todo lo que pueda suceder a su alrededor. Al final, comprende que no importa nada de lo que suceda, no importan los obstáculos, y mucho menos los enemigos poderosos. Cada persona tiene la fortaleza suficiente para salvar cualquier peligro, amenaza u obstáculo si está decidido a no desistir de lograr su sueño.

Últimamente he léido mucho de Coelho, sobre todo su blog, y me atrae mucho la sencillez de sus palabras. Nunca utiliza palabras demasiado complicadas, no lo cree necesario. Aunque este libro habla de una historia religiosa, no creo que sea tan católico ni tan budista. Siento que es una persona que ha logrado tener ese balance en su vida y sobre todo, lo más importante, es que lo sabe transmitir. Y escribir, una de sus pasiones, es la mejor manera en que lo hace.

 

La Quinta Montaña es un libro que te lo engulles en un fin de semana, un cuento relativamente corto y que atrapa con una historia emotiva, en la que un hombre, aprende que no debe perder la fe en lo que esta haciendo y aprende que el peor pecado que puede incurrir cuando tienes un sueño es desistir de él.

Nota del autor

En mi libro El Alquimista, la tesis central está en una frase que el rey Melquisedec dice al pastor Santiago: «Cuando quieres alguna cosa, todo el Universo conspira para que la consigas».

Creo absolutamente en esto. No obstante, el acto de vivir el propio destino incluye una serie de etapas que exceden en mucho a nuestra comprensión, y cuyo objetivo es siempre reconducirnos al camino de nuestra Leyenda Personal; o hacer que aprendamos las lecciones necesarias para cumplir el propio destino. Pienso que puedo ilustrar mejor lo que digo contando un episodio de mi vida.

El día 12 de agosto de 1979 me fui a dormir con una única certeza: a los treinta años de edad estaba consiguiendo llegar a la cumbre de mi carrera como ejecutivo de una firma discográfica. Trabajaba como director artístico de la CBS de Brasil, acababa de ser invitado a ir a los Estados Unidos a hablar con los dueños de la empresa discográfica y, seguramente, ellos pensaban darme todas las posibilidades para realizar todo lo que deseaba hacer en mi área. Claro que mi gran sueño —ser un escritor— había sido dejado de lado, pero ¿qué importaba eso? Al fin y al cabo, la vida real era muy diferente de lo que yo había imaginado; no había lugar para vivir de la literatura en el Brasil.

Cuando me desperté, recibí una llamada telefónica del presidente de la empresa discográfica: acababa de ser despedido, sin mayores explicaciones. Aunque llamé a varias puertas durante los dos años siguientes, nunca más conseguí un empleo en ese campo.

Al terminar de escribir La Quinta Montaña, me acordé de este episodio, así como de otras manifestaciones de lo inevitable en mi vida. Siempre que me sentía absolutamente dueño de la situación, pasaba algo queme derribaba. Yo me preguntaba: ¿por qué? ¿Estaré siempre condenado a acercarme, pero jamás a cruzar la línea de llegada? ¿Será que Dios es tan cruel como para hacerme ver las palmeras en el horizonte, sólo para matarme de sed en medio del desierto?

Tardé mucho tiempo en entender que no era exactamente así. Hay cosas que son colocadas en nuestras vidas para reconducimos al verdadero camino de nuestra Leyenda Personal. Otras surgen para que podamos aplicar todo aquello que aprendimos. Y, finalmente, algunas llegan para enseñarnos.

En mi libro Diario de un mago procuré mostrar que estas enseñanzas no están necesariamente unidas al dolor ni al sufrimiento; bastan disciplina y atención. Aun cuando esta comprensión ha significado una importante bendición en mi vida, me quedaron sin entender algunos momentos difíciles por los que pasé, incluso con la mayor disciplina y atención.

Uno de los ejemplos es el caso antes citado; yo era un buen profesional, me esforzaba al máximo para dar lo mejor de mí, y tenía ideas que hasta hoy considero buenas. Pero lo inevitable sucedió justamente en el momento en que yo me sentía más seguro y confiado. Pienso que no estoy solo en esta experiencia; lo inevitable ya rozó la vida de todo ser humano en la faz de la Tierra. Algunos se recuperaron, otros cedieron, pero todos nosotros hemos experimentado el roce dc las alas de la tragedia.

¿Por qué? Para responderme esta pregunta, dejé que Elías me condujese por los días y noches de Akbar.

PAULO COELHO

Y prosiguió: y puedo aseguraros que ningún profeta es bien recibido en su propia tierra.

En verdad os digo que había muchas viudas en Israel en tiempos de Elías, cuando el cielo se cerró por tres años y seis meses, reinando la gran hambruna en toda la Tierra; y a ninguna de ellas fue Elías enviado, sino a una viuda de Sarepta, de Sidón.

Lucas, 4, 24-26

 

 
 
 
 

 
 

 
         
         
       
       
       
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