Las 9 mejores frases de Alan
Watts para reflexionar
Las frases de Alan Watts son una invitación a la reflexión
más profunda, esa en la que todo y nada ejercen como la
combinación perfecta para descubrir aquello que es imposible
atrapar con las palabras. Se trata de sentencias capaces de
sacudir nuestra concepción del mundo, la vida y las
relaciones para llevarnos hasta el abismo fecundo del propio
ser.
Watts escribió más de 25 libros y un gran número de
artículos sobre temas relacionados con la identidad, la
búsqueda de la felicidad, la conciencia, el zen, la
naturaleza de la realidad y el amor en su sentido más amplio
y profundo. Algunas de sus obras más conocidas son La
sabiduría de la inseguridad (1951) , El camino del zen
(1957) y El camino del Tao (1975), entre otras.
En este artículo os dejamos una pequeña selección de las
mejores frases de Alan Watts que son todo un reto para
aquellos que les encante navegar por el océano de la
existencia y un regalo del que disfrutar para sentirnos más
vivos.
Las frases de Alan Watts son un tesoro al que recurrir si
queremos cuestionarnos y llegar a conocer la verdad. Un
valioso legado en el que profundizar para retirar esos velos
que nos impiden ver con claridad y alcanzar el bienestar.
Alan Watts
- La trampa del pensamiento
“Una persona que piensa todo el tiempo, no tiene más en qué
pensar que en los pensamientos mismos, de esta manera pierde
el contacto con la realidad y está destinado a vivir en un
mundo de ilusiones”.
Podemos ser dueños o esclavos de nuestros pensamientos, de
nosotros depende. Porque, aunque el pensamiento no sea malo
por sí mismo, puede volverse peligroso cuando nos aferramos
a él y nos perdemos en los círculos viciosos de las
creencias.
Ser infalibles, perfectos, alimentar una única concepción
del mundo, y por lo tanto de verdad, creer férreamente que
los demás no pueden fallarnos, y si lo hacen expulsarlos de
nuestro lado, son solo algunas de las formas más comunes de
alejarnos de la realidad y alimentar nuestro propio
sufrimiento.
El pensamiento es una herramienta muy poderosa que hay que
saber dominar, utilizar con moderación y podar cuando
despliegue sus artimañas para confundirnos e inducirnos al
autoengaño. Para Alan Watts no hay mejor forma de
gestionarlo que rendirnos a la evidencia del presente, a la
conexión profunda con lo que estamos siendo y sintiendo
ahora.
Los límites de las palabras
“Las palabras no pueden expresar más que un pequeño
fragmento del conocimiento humano, porque lo que podemos
decir y pensar es siempre inmensamente menor de lo que
experimentamos”.
El lenguaje es un instrumento social, una herramienta
inventada por el hombre capaz de generar realidades que
faciliten el entendimiento -y lo dificulten también, en
función del caso-. Su riqueza nos permite una gran
precisión, pero que tiene sus límites. Porque a veces, las
palabras ya sean habladas o escritas no son suficientes para
darle una resolución aceptable a lo que sentimos, de manera
que los demás lo puedan ver.
El problema es quedarnos en el reduccionismo del lenguaje y
dar por sentado que no podemos ir más allá. Sería algo así
como permanecer miopes al mundo de lo sensible, de la
experiencia y esto tan solo es vivir a medias o incluso,
mucho menos. De ahí que Alan Watts mostrase su preocupación
por este tema.
El secreto del camino
“El significado y el objetivo de danzar es la danza. Igual
que la música, se realiza plenamente en cada momento de su
curso. No se toca una sonata para llegar al acorde final, y
si el significado de las cosas estuviera simplemente en los
finales, los compositores solo escribirían últimos
movimientos”.
Esta es una de las frases de Alan Watts que pude generar
sabrosos frutos si la sembramos en nuestra memoria. El
disfrute del camino es mucho más enriquecedor que la
consecución de cualquier éxito u objetivo. La experiencia de
cada instante, la conexión con el presente es lo que nos
proporciona la conciencia de la existencia real.
Algunos y algunas tenemos la mala costumbre de obsesionarnos
con los finales, de saborear la cima sin tener en cuenta el
recorrido. Este mal hábito no deja de ser un juicio injusto:
con la ignorancia del sendero que nos ha llevado a la meta,
también queda opacado el esfuerzo que hemos realizado.
Pies de una mujer mientras camina
La importancia del presente
“Si mi conciencia del futuro y del pasado me hace menos
consciente del presente, debo empezar a preguntarme si estoy
viviendo de veras en el mundo real”.
El presente es un tema recurrente en la historia como
despreciado en la misma. Por esta razón no deberíamos
dejarlo pasar de largo. Cuando un tema se repite tanto y es
mencionado por personalidades con ideologías tan dispares,
no deberíamos ignorarlo, todo lo contrario. De algún modo
significa que es una de nuestras asignaturas pendientes.
Vivimos perdidos en el laberinto que une el pasado y el
futuro sin tener conciencia de que somos poseedores de la
llave que nos abre la puerta de salida: el presente. En
general, hacemos bien eso de relatarnos historias pobladas
de miedos, preocupaciones y culpas. Deambulamos cabizbajos y
agotados en lo que un día fue y en lo que otro será. Sin
embargo, solo cuando logremos estar presentes, seremos
capaces de experimentar nuestra existencia más real.
El gran valor del desapego
“El desapego significa no sentir ningún remordimiento por el
pasado ni miedo por el futuro; dejar que la vida siga su
curso sin intentar interferir en su movimiento y cambio, sin
intentar prolongar las cosas placenteras ni provocar la
desaparición de las desagradables. Actuar de este modo es
moverse al ritmo de la vida, estar en perfecta armonía con
su música cambiante, a esto se llama iluminación”.
Aferrarnos a las cosas, situaciones y personas es levantar
muros que impiden el arte de fluir con la vida a cambio del
sufrimiento. Alimentar las ideas de pertenencia, de control
y poder nos aleja de nuestra esencia más genuina para
ubicarnos en el universo terrenal de lo material y en la
dualidad del placer-displacer.
Sin duda esta es una de las frases de Alan Watts en la que
podemos ver reflejado su conocimiento sobre la filosofía
oriental. Debemos olvidar esa idea de que algo o alguien nos
pertenece porque de lo contrario nos convertiremos en
víctimas del miedo a la pérdida y esto tan solo nos llevará
a sumergirnos en una espiral de sufrimiento.
El arte de saber renunciar es la clave para desligarnos de
las trampas de las expectativas y el deseo. Y una vez
conseguido, será mucho más fácil conectar con un estado de
plenitud y armonía.
El valor de la impermanencia
“Cuando más tiende una cosa a ser permanente, más tiende a
carecer de vida”.
Otra de las frases de Alan Watts que merece la pena grabarse
a fuego en la mente. La impermanencia o anicca es la ley de
la temporalidad, esa que afirma que nada permanece porque
todo está en constante cambio. A pesar de que hoy nos
parezca igual que ayer, existen diferencias, pero no solo a
nuestro alrededor, sino también en nuestro interior.
Aceptar la impermanencia, integrarla como parte de nuestra
filosofía de vida, es el primer paso para liberarnos de los
engaños del deseo, el ego, la ignorancia y la pasión
desenfrenada por las experiencias sensitivas. Estas dos
frases de Alan Watts nos lo recuerdan.
“La mayoría de las actividades humanas está diseñada para
hacer permanentes las experiencias y alegrías que solo son
adorables porque están cambiando”.
Ondas en el agua
La incoherencia de la seguridad
“Es inútil decir que no deberíamos querer la seguridad.
Hemos de descubrir que no existe la seguridad, que buscarla
es doloroso y que cuando imaginamos haberla encontrado, no
nos gusta. Lo principal es comprender que no hay ninguna
seguridad”.
Detestamos la incertidumbre y todo lo que ella conlleva,
como no tener control. El problema es que no sabemos -o
ignoramos a ratos- que no hay nada seguro a nuestro
alrededor, de manera que hay mucho de ilusión en todo cuanto
creemos. De hecho, en cuanto comenzamos a creer en la
seguridad creamos la posibilidad de sufrir por algo, de
entregarnos a la telaraña de las necesidades y los miedos.
Algunas de las frases de Alan Watts de su obra La sabiduría
de la seguridad nos hacen reflexionar sobre este tema. Por
ejemplo, en una de ellas expresa “si para disfrutar de un
presente agradable debemos tener la seguridad de un futuro
feliz, estamos “pidiendo la luna””. ¿Por qué? Porque, como
ya hemos dicho anteriormente, en buena medida carecemos de
certeza, lo que nos abre la puerta para gozar de
incertidumbre. Así, es inevitable que sintamos dolor, que
nos decepcionemos y que en ocasiones, naveguemos por mares
enfurecidos de sufrimiento.
Creer protegernos tras el escudo de la seguridad no es más
que un espejismo, una alucinación que nos sirve a corto
plazo pero que a la larga tiene sus consecuencias. De hecho,
cuanta más seguridad busquemos, más sufriremos. Porque nada
es estático, todo tiende al dinamismo, al movimiento, al
cambio y por ello, a la probabilidad de no permanecer.
El concepto de interdependencia
“Cada persona es una manifestación única del todo, ya que
cada rama es una extensión particular del árbol”.
Esta es una de las frases de Alan Watts más conectada con la
filosofía budista y con uno de sus conceptos fundamentales:
la interdependencia. Según el budismo, todo elemento nace ya
dependiendo de otro, es decir, las cosas existen dependiendo
una de otras por causas y condiciones que están en constante
flujo, interactuando entre sí. Y por lo tanto, estarían
vacías por sí mismas. Desde esta perspectiva, el hecho de
que las cosas existan de alguna manera y podamos interactuar
con ellas conlleva que carezcan de una existencia inherente.
Quizás sea un concepto complejo de comprender en un primer
momento, ya que de algún modo marca el movimiento y la
interacción como condición fundamental para la conciencia de
la existencia. Así, cuando nos sumergimos en la dualidad,
cuando nuestra mente crea la separación de entidades y se
sumerge a su vez en la identidad personal, entonces se
vuelve posible el sufrimiento.
Como vemos, las frases de Alan Watts son un valioso legado
para reflexionar y despertar conciencias. Se trata de
sentencias que invitan a ampliar nuestro espectro visual y
mental para ir más allá. Una colección de pequeñas píldoras
de sabiduría que tener siempre presentes en nuestro camino
de evolución personal.
Por último, os dejamos parte de una de las conferencias más
famosas de Alan Watts sobre el espectro del amor que seguro
no os dejará indiferentes:
https://www.youtube.com/watch?v=yJh1f4hk3qw