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Neale Donald Walsch

Conversaciones con Dios 2

 Capitulo XVIII

 

 

Veamos si estoy entendiendo bien. Aquí, lo que parece surgir es una visión ecuménica, un modo de ser universal de igualdad y ecuanimidad, en el cual todas las naciones se sometan a un gobierno global y en el que todos compartan las riquezas del mundo.

 Recuerda que cuando hablamos de igualdad, hablábamos de oportunidad igual, no de igualdad de hecho.

La "igualdad" real nunca se logrará, por lo cual debemos estar agradecidos.

 ¿Por qué?

 Porque igualdad es uniformidad, y lo último que el mundo necesita es uniformidad.

No, no estoy proponiendo un mundo de autómatas, cada uno de los cuales reciban dotaciones idénticas de un Gobierno Central Prepotente.

Hablo de un mundo en el que se garanticen dos aspectos:

1.       La satisfacción de las necesidades básicas.

2.       La oportunidad de desarrollo.

Con todos los recursos del mundo, con toda la abundancia que existe, no han logrado administrar estas dos cuestiones tan sencillas. En vez de  eso, millones de personas están atrapadas en el nivel más bajo de la escala socioeconómica y conciben una visión del mundo que sistemáticamente los mantiene ahí. Ustedes mismos permiten que mueran millones cada año por carecer de lo básico.

Pese a la magnificencia del mundo, no han hallado el camino hacia lo suficientemente magnífico para evitar que sigan ocurriendo muertes por hambre y, mucho menos, para evitar que dejen de matarse entre sí. Incluso permiten que los niños fallezcan de desnutrición ante ustedes. En realidad se permite que ello suceda, o se da muerte a otros porque están en desacuerdo con otros.

Son primitivos.

 Y creemos que estamos muy adelantados.

 La primera característica de una sociedad primitiva es que piensa que es avanzada. La primera señal de una consciencia primitiva es que piensa que es iluminada.

Resumamos. El modo en que lograremos ascender al primer peldaño para garantizar esos dos aspectos fundamentales para cada quién...

Es mediante dos cambios, dos variaciones: una en el paradigma político y otra en el espiritual.

El movimiento hacia un gobierno unificado incluiría un tribunal mundial suficientemente poderoso para resolver disputas internacionales, y una fuerza de paz que dé poder a las leyes por cuyo medio resuelvan gobernarse.

El gobierno del mundo incluiría un Congreso de Naciones - dos representantes por cada país de la Tierra - y una Asamblea del Pueblo con representación proporcional directa de los habitantes de cada nación.

Exactamente en la forma en que el gobierno de Estados Unidos está constituido, con dos cámaras, una de las cuales da representación proporcional y otra da igualdad de voto a todos los estados.

Sí. La constitución de Estados Unidos la inspiró Dios.

Este mismo equilibrio de poderes se encontrará en la constitución del nuevo mundo.

Habrá, igualmente, una rama ejecutiva, una legislativa y una judicial.

Cada nación mantendría su policía interna de paz, pero todos los ejércitos nacionales serían disueltos, análogamente a como los estados individuales licenciarán a sus ejércitos y armadas a favor de una fuerza pacificadora federal que sirviera a todo el grupo de estados que llamamos hoy en día una nación.

     

Las naciones se reservarían el derecho de formar y hacer llamar su propia milicia al instante, tal como los estados tienen el derecho constitucional de mantener y activar una milicia estatal.

Y, también como lo hacen los estados ahora, cada uno de los 160 estados nacionales de la unión tendría el derecho a separarse si contara con el voto del pueblo. (Sin embargo, ¿por qué razón querrían hacerlo si estarían más seguros y tendrían más abundancia que nunca antes?)

Y, una vez más para aquellos que son lentos: ¿qué produciría una federación mundial unificada?

1.       El final de las guerras entre naciones y el arreglo de las disputas por medio de la violencia y la muerte.

2.       El final de la pobreza abyecta, de la muerte por hambre, la explotación en masa de las personas y de los recursos, por parte de quienes tienen el poder.

3.       Poner fin a la destrucción ambiental sistemática de la Tierra.

4.       Escapar de la interminable lucha de Mayor, Mejor, Más.

5.       Una oportunidad - en verdad igual -  para que todo ser humano pueda acceder a la más elevada expresión del Yo.

6.       Poner fin a todas las limitaciones y discriminaciones que frenan a la gente, sea en sus hogares, en el lugar de trabajo, en el sistema político o en sus relaciones sexuales personales.

¿Requeriría Tu nuevo orden mundial redistribuir la riqueza?

No requeriría nada. Produciría, voluntaria y casi automáticamente, una redistribución de recursos.

A todos se les ofrecería una educación más apropiada, por ejemplo. A todos se les ofrecería la oportunidad abierta de usar esa instrucción en el lugar de trabajo, seguirían carreras que les produjeran alegría.

A todos se les garantizaría el acceso a la atención médica cuando y cómo la necesitaran.

A todos se les garantizaría no padecer hambre ni tener que vivir sin vestido ni techo.

A todos se les permitiría vivir con dignidad, de modo que la supervivencia dejaría de ser para siempre un problema, y las comodidades y los elementos básicos estarían al alcance de todos los seres humanos.

¿Aun cuando nada hicieran para ganárselos?

La idea de que ello deba ganarse es la base del pensamiento de que hay que ganarse el camino al cielo. Sin embargo, no podrás ganar tu camino a la gracia de Dios, ni tampoco te verás obligado a hacerlo, porque ya estás ahí. Esto es algo que no puedes aceptar, por que es algo que no puedes dar. Cuando aprendas a dar incondicionalmente (es decir, a amar incondicionalmente), entonces habrás aprendido a recibir incondicionalmente.

Esta vida fue creada como un vehículo por cuyo medio puedas experimentar eso.

Esfuérzate por asimilar este pensamiento: Las personas tienen derecho a la supervivencia básica. Aun cuando no hagan nada. Aun cuando no aporten nada. La supervivencia con dignidad es uno de los derechos básicos de la vida. Te he dado suficientes recursos para que lo garantices a todo el mundo. Lo único que necesitas hacer es compartir.

Pero, entonces, ¿qué va a impedir que la gente desperdicie su vida en asuntos intrascendentes o acopiando "ventajas"?

Primero que nada, no te corresponde juzgar que es desperdiciar una vida. ¿Se desperdicia una vida si la persona no hace otra cosa que pensar en poesía durante 70 años, y luego se presenta con un solo soneto que abre una puerta al entendimiento y la iluminación de millones de personas? ¿Se desperdicia una vida si la persona miente, engaña, hace proyectos, causa daño, manipula o arruina a otros la vida, pero al fin recuerda algo de su verdadera naturaleza como resultado de ello, y recuerda, probablemente, algo que ha tratado de recordar durante muchísimos años, y de este modo evoluciona y llega al Nivel siguiente? ¿Fue "desperdiciada" esa vida?

No te corresponde juzgar el viaje de otra alma. Lo que sí te es propio, es decidir Quién Eres, no quién es o ha podido ser otro.

Así, al planteamiento de qué evitará que los demás simplemente desperdicien sus vidas en la intrascendencia o reuniendo "ventajas", la respuesta es: nada.

Pero, ¿es que en verdad Tú crees que esto funcionaría? ¿No crees que quienes están aportando acabarán resentidos con quienes no aportan nada?

Sí, ello ocurriría si no están iluminados. Sin embargo, los iluminados verán a los que no contribuyen, con una gran compasión, no con resentimiento.

¿Compasión?

Sí, porque los que dieran sabrían que los que no contribuyen estarían perdiendo la mejor oportunidad y la gloria más amplia: la oportunidad de crear y la gloria de experimentar la idea más elevada de Quiénes Son Realmente. Y también sabrían que este "castigo" sería por su pereza, si efectivamente se requiriera "castigarlos", más ello no ocurrirá.

Pero, ¿no sucedería que quienes en verdad aporten se molesten al ver que los frutos de su trabajo van a dar a manos de los perezosos?

No me has escuchado. A todos se les darán porciones mínimas de supervivencia. Aquellos que tienen más tendrán ocasión de contribuir con 10 por ciento de sus ingresos para permitir que esto sea posible.

Y, respecto a decidir montos, el mercado abierto determinaría el valor de la aportación de cada quién, tal como se hace en tu país.

Entonces, ¡habría aún "ricos" y "pobres", tal como ahora! Eso no es igualdad.

Es igualdad de oportunidades, ya que todo el mundo tendría la oportunidad de vivir una existencia básica sin preocupaciones de supervivencia. Y a todo el mundo se le daría una oportunidad igual de adquirir conocimientos, de desarrollar aptitudes y de usar sus talentos naturales en el Lugar de la Alegría.

¿El lugar de la alegría?

Así se le llamaría al "lugar de trabajo".

Pero, ¿habría envidias?

Envidias, sí; celos, no. La envidia es una emoción natural en el sentido de que nos insta a buscar más, no en el sentido de resentirse porque otros tienen. Es el caso del niño de dos años que suspira por alcanzar el picaporte que su hermano mayor si alcanza. No hay nada malo en ello. La envidia en ese sentido no tiene nada de malo. Es un motivador, un deseo puro, da nacimiento a la grandeza.

Por otra parte, los celos son una emoción hija del temor, que nos hace desear que los demás tengan menos. Es una emoción que suele basarse en la amargura. Es hija de la ira y a ella conduce. Y mata. Los celos pueden matar. Todo aquel que ha estado en un triángulo de celos, lo sabe.

Los celos matan, la envidia hace nacer.

A los envidiosos se les dará oportunidad de tener éxito a su modo. Nadie los detendrá, económica, política y socialmente. No por razón de raza, género u orientación sexual. No por razón de nacimiento, condición de clase o edad. No por ninguna razón en absoluto. La discriminación por cualquier razón sencillamente no se toleraría.

Y, sin embargo, seguiría habiendo "ricos" y "pobres", pero no "indigentes y famélicos".

Como ves, no se retira el incentivo de la vida... simplemente la desesperación.

¿Pero qué garantizará que tendremos suficientes aportadores para "dar" a los que no contribuyan?

La grandeza del espíritu humano.

Oh.

Contrariamente a lo espantoso que crees que sería todo, la persona promedio no se sentirá satisfecha con niveles de subsistencia y nada más. Todo el incentivo de grandeza se transformará cuando el segundo paradigma - el espiritual - cambie también

¿Qué causará este cambio? Es algo que no ha ocurrido en 2000 años de historia...

Digamos dos mil millones de años de historia...

¿Por qué debería ocurrir ahora?

Porque con el cambio que implica dejar de preocuparse por la supervivencia material - con la eliminación de la necesidad compulsiva de triunfar para adquirir una cantidad mínima de seguridad - no habrá otra razón de logro; los intereses se enfocarán en otras direcciones y no se buscará ser magnífico, para opacar a otros, sino que se buscará ¡la experiencia de la magnificencia por ella misma!

¿Y será motivación suficiente?

El espíritu humano se yergue; no se desploma ante el rostro de una verdadera oportunidad. El alma busca una experiencia más elevada de sí misma, no una experiencia inferior. Todo aquel que haya experimentado la magnificencia verdadera, aunque sea por un momento, sabe lo que es esto.

¿Y qué decir sobre el poder? En este reordenamiento especial, seguirá existiendo el exceso de riqueza y de poder.

Las percepciones financieras serían limitadas.

Bueno, aquí vamos. ¿Quieres explicar cómo ocurriría esto antes de que yo explique por qué no ocurriría?

Sí. Así cómo habrá limites inferiores de ingresos, también habrá límites superiores. Primeramente, casi todo el mundo pagará 10 por ciento de sus ingresos al gobierno mundial. Ésta es la deducción voluntaria que mencioné antes.

Sí... la antigua propuesta de "igualdad de impuestos".

En la sociedad actual se requeriría adoptar la forma de un impuesto porque no están lo suficientemente iluminados para ver que esa deducción voluntaria para el bien común de todos es para el mejor interés de todos. Sin embargo, cuando se dé el cambio en la consciencia, la deducción será abierta, interesada en los demás y se ofrecerá libremente como algo apropiado.

Tengo que decirte algo. ¿Me permites interrumpirte para hacer un comentario?

Sí, adelante.

Esta conversación me parece ya muy extraña. Nunca imaginé dialogar con Dios y que sus palabras fueran para recomendar políticas o modos de actuar. Quiero decir, ¡cómo convenzo a la gente de que Dios se inclina por el impuesto raso!

Veo que insistes en interpretarlo como un "impuesto", pero lo entiendo, porque el concepto de ofrecer simplemente 10 por ciento de lo que se tiene parece en verdad muy extraño para ti. Sin embargo, ¿por qué te parece tan difícil creer que yo tenga ideas al respecto?

Pensé que Dios no juzgaba, que no opinaba, que no le interesaban estos temas.

Permíteme aclarar esto. En nuestra conversación anterior, que consta en el libro que precede a este, respondí a toda clase de preguntas. Preguntas sobre que hace que las relaciones funcionen, sobre el modo de vida apropiado, inclusive sobre dieta. ¿Cómo difiere esto de lo otro 

No lo sé. Me parece diferente. ¿ES que tienes en realidad un punto de vista político? ¿Eres republicano? ¡Que verdad surge de este libro! ¡Dios es republicano!

¡Buen Dios! ¿Preferirías que fuera demócrata?

Ingenioso. No, preferiría que fueras apolítico.

Soy apolítico. No tengo ningún punto de vista político sobre nada.

Algo así como Bill Clinton.

¡Vaya! ¡Ahora te muestras agudo! Me gusta el buen humor, ¿y a ti?

No esperaba que Dios bromeara o que fuera político.

O que tuviera otro rasgo humano, ¿verdad?

Muy bien, permíteme colocar una vez más este libro y el libro anterior, en el contexto en el que puedas entender. No tengo preferencia en cuanto a la forma en que los seres humanos conducen su vida. Mí único deseo es que se experimenten plenamente como seres creativos, de modo que puedan saber Quienes Son Realmente.

Magnífico. Lo entiendo. Hasta aquí, vamos bien.

Todas las preguntas que he contestado aquí, y todas las que respondí en el primer volumen las escuche y respondí en el contexto del cual tú, como ser creativo, dices estar esforzándote por ser y hacer. Por ejemplo, en el otro libro quisiste que te dijera como proceder para tener buenas relaciones. ¿Te acuerdas?

Sí, por supuesto.

¿Te parecieron muy problemáticas mis contestaciones? ¿Te pareció difícil creer que yo tuviera un punto de vista al respecto?

Nunca pensé en ello. Simplemente, leí las respuestas.

Sin embargo, adaptaba Mis palabras al contexto de tus preguntas. Es decir, dado que tú deseabas ser u obrar de este o de otro modo, ¿Cuál era la forma de lograrlo? Y entonces, te mostré un camino.

Sí, así lo hiciste.

Hago lo mismo aquí.

Es precisamente... no sé... es más difícil creer que Dios hable de unos temas que de otros.

¿Encuentras más difícil estar de acuerdo con algunos conceptos que expongo aquí?

Bueno...

Porque si así ocurre, está muy bien.

¿Te parece?

Claro.

¿Está bien estar  en desacuerdo con Dios?

Por supuesto. ¿acaso crees que te voy a aplastar como si fueras un insecto?

No había pensado en eso.

Mira, el mundo está en desacuerdo conmigo desde que empezó la vida. Apenas alguien ha procedido a Mi Modo desde el principio.

Cierto, así lo creo.

Puedes estar seguro de que es cierto. Si la gente hubiera seguido Mis instrucciones - que dejé para ustedes en centenares de maestros a lo largo de miles de años - el mundo sería muy diferente. De manera que si ahora quieres estar en desacuerdo conmigo, muy bien, sigue. Por otra parte, yo podría estar del lado equivocado.

¿Cómo?

Dije que, por otra parte, podría equivocarme. ¿Estas tomando Mis palabras como si fueran un evangelio?

¿Quieres decir que debo añadir alguna nota a pie de página?

Me da la impresión de que has perdido una parte importante. Regresemos al paso Uno: Estás volviendo a hacer todo esto.

Muy bien, es un alivio. Por un momento pensé que estaba recibiendo alguna guía en verdad real.

La guía que estás recibiendo no es otra cosa que seguir tu corazón. Escuchar a tu yo. Oírte a ti mismo. Incluso cuando te ofrezco una opción, una idea, un punto de vista, no tienes la menor obligación de aceptarlo como tuyo. Si estás en desacuerdo, así es. Tal es el punto más importante de este ejercicio. La idea no fue que sustituyeras tu dependencia sobre todo y sobre todos con dependencia hacia este libro. La idea era hacerte pensar. Pensar por ti mismo. Y eso ocurre ahora. Yo soy tú, "pensando"; Yo soy tú, pensando en voz alta.

¿Quieres decir que este material no proviene de la más Elevada Fuente?

¡Desde luego que sí! Pero todavía hay algo que no puedes creer: que tú eres la Fuente más Elevada. Y hay algo más que al parecer no has captado: tú creas todo - todo lo que concierne a tu vida, aquí y ahora.

Tú, USTEDES, están creando, no Yo. Ustedes.

Así pues, ¿hay todavía algunas contestaciones a estas preguntas puramente políticas que no te agradan? Entonces cámbialas. Hazlo. Ahora mismo. Antes de que empieces a oírlas como si fueran el evangelio. Antes de que empieces a hacerlas reales. Antes de que las llames el último pensamiento sobre algo más importante, más válido, más verdadero que tu próximo pensamiento.

Recuerda, siempre es tu pensamiento nuevo el que crea tu realidad. Siempre.

Ahora, dime, ¿encuentras algo en esta disertación política que quisieras cambiar?

Bueno, en realidad no. Me siento muy inclinado a convenir Contigo, aunque por otra parte no sabría qué hacer con todo esto.

Haz con ello lo que quieras. ¿Te das cuenta? ¡Eso es lo que has estado haciendo con toda tu vida!

Muy bien, creo que ya lo capté. Me gustaría seguir con esta conversación, si puedo saber a dónde nos llevará.

Muy bien hagámoslo.

Ibas a decir...

Iba a decir que en otras sociedades - sociedades iluminadas - el apartar una fracción de lo que se recibe (lo que llamamos "ingreso") para el bien general de la sociedad misma, es una práctica bastante común. Conforme al nuevo sistema que estamos explorando para esta sociedad, todo el mundo ganaría anualmente lo que pudiera y conservaría lo que ganara, hasta un cierto límite

¿Qué límite?

Un limite arbitrario convenido por todos.

¿Y arriba de este límite?

Se aportaría al fondo de caridad mundial a nombre del donante, de modo que todo el mundo pudiera conocer a sus benefactores.

Los benefactores tendrían la opción de controlar directamente el desembolso de 60 por ciento de sus contribuciones, lo cual les proporcionaría la satisfacción de situar su dinero exactamente donde quisieran.

El otro 40 por ciento se destinaría a programas puestos en vigor por la federación mundial y administrados por ella.

Si después de un cierto límite de ingresos, todo el remanente tuviera que donarse, ¿qué incentivo tendría para seguir trabajando? ¿Qué motivaría a no detenerse a medio camino una vez alcanzado el "límite de ingresos"?

Algunos lo harían, por supuesto. Dejémoslos que se detengan. No se requeriría el trabajo obligatorio una vez alcanzado el límite de ingresos y de aportaciones al fondo mundial de caridad. El dinero ahorrado por la eliminación de la producción en masa de armas de guerra bastaría para satisfacer las necesidades básicas de todo el mundo. El impuesto de 10 por ciento de todo lo ganado en el mundo más los donativos de excedentes elevarían todo el ingreso de la sociedad, no nada más los de unos pocos escogidos, hasta alcanzar un nuevo nivel de dignidad y abundancia. Y la aportación de ingresos por arriba del límite convenido produciría una amplia oportunidad, así como una satisfacción, para todos los que resultaran poco menos que desintegrados por obra de celos y de rabietas sociales.

Así pues, algunos dejarían de trabajar, en especial los que vieran su actividad social como verdadero trabajo, en tanto que aquellos que vieran su actividad como alegría absoluta, nunca se detendrían.

Amén de que no todos podrían tener un trabajo que les diera alegría.

Falso. Todos podrían.

La alegría en el lugar de trabajo no tiene nada que ver con la función y sí con todo lo relacionado con la finalidad.

La madre que despierta a las cuatro de la madrugada para cambiar el pañal del bebé, lo entiende perfectamente. Arrulla al bebé y en absoluto siente que lo que está haciendo es un trabajo. Su actitud hacia lo que hace es lo que cuenta, así como su intención. Es la actitud en el desarrollo del trabajo lo que permite el contento.

Ya antes usé el ejemplo de la maternidad, sencillamente por que el amor de una madre por su hijo es lo más cercano a la comprensión de algunos conceptos que señalo en este libro y en esta trilogía.

Así pues, ¿cuál sería la finalidad de eliminar "el potencial ilimitado de percepciones"? ¿No robaría a la experiencia humana una de sus más grandes oportunidades, una de sus aventuras más gloriosas?

Aun tendrían la oportunidad y la aventura de ganar una cantidad de dinero ridícula. El límite superior del ingreso retenible sería en verdad muy alto, más del que la persona promedio... las diez personas promedio... necesitarían en ningún momento. Y el monto del ingreso que se podría ganar no sería limitado, simplemente la cantidad que quisieran retener para el uso personal. El resto, que según el criterio general sería del orden de más de 25 millones de dólares al año (estoy valiéndome de una cifra en verdad arbitraria para destacar el punto), se gastarían en programas y servicios que beneficiaran a toda la humanidad.

Y la razón, el porque de ello...

El límite superior del ingreso que se retendría, mostraría una consciencia diferente en el planeta; una percepción de que la meta más alta de la vida no es la acumulación de riquezas, sino el hacer el mayor bien posible, y la percepción correlativa de que la concentración de la riqueza, no el compartirla, es el factor individual más importante en la creación de los dilemas sociales y políticos más persistentes y nefastos del mundo.

La oportunidad para amasar riquezas - riquezas ilimitadas - es la piedra miliar del sistema capitalista, un sistema de libre empresa y de competencia abierta que ha producido la sociedad más compleja que el mundo haya jamás conocido.

El problema es que creas eso en verdad 

No, no lo creo. Pero lo señalo aquí en nombre de los que así lo creen.

Quienes lo creen están engañados terriblemente y no ven nada de la realidad actual de este planeta.

En Estados Unidos, 1.5 por ciento de la población tiene más riquezas que 90 por ciento de los habitantes. Los más ricos, 834.000 personas, poseen casi un trillón de dólares más que el total de los bienes de 84 millones de personas

¿Qué hay de malo en ello? Para eso trabajaron.

Ustedes los estadounidenses tienden a ver la posición de clase como una función del esfuerzo individual. Como algunos alcanzaron el éxito monetario, creen que todo el mundo puede hacer lo mismo. Esta opinión es simplista y peca de ingenua. Da por sentado que todos tienen oportunidades iguales, cuando, en verdad, en Estados Unidos al igual que en México, los ricos y poderosos se empeñan y esfuerzan por retener su dinero y su poderío y también por acrecentarlo

¿Así de sencillo? ¿Qué tiene de malo?

Logran esto eliminando sistemáticamente la competencia, minimizando institucionalmente la oportunidad verdadera, y controlando colectivamente el flujo y el crecimiento de la riqueza.

Para ello se sirven de todo tipo de procedimientos, desde prácticas y costumbres injustas de trabajo que explotan a las masas de los más pobres del mundo, hasta prácticas competitivas del tipo de redes y de halagos que minimizan y que de hecho destruyen las oportunidades de los recién llegados de entrar al Círculo Interno de los afortunados.

Buscan controlar la política y los programas gubernamentales de todo el mundo para asegurarse de que las masas sigan estando reguladas, controladas y subordinadas.

Por mi parte, no creo que los ricos hagan esto, no la mayoría. Supongo que ha de haber un puñado de conspiradores...

En la mayoría de los casos no son los individuos ricos quienes lo hacen; son los sistemas e instituciones sociales que representan, que fueron creados por ellos y que, por lo tanto, los siguen apoyando.

Por el hecho de situarse atrás de estos sistemas e instituciones sociales, los individuos pueden lavarse las manos de cualquier responsabilidad personal por las condiciones que oprimen a las masas, en tanto que favorecen a los ricos y poderosos.

Por ejemplo, volvamos al campo de la salud en Estados Unidos. Hay millones de pobres que no tienen acceso a la atención médica preventiva. No se puede señalar a un médico individual y decirle; todo esto es obra tuya, es tu culpa que en la nación más rica del mundo, haya millones de personas que no reciben atención médica a menos que se encuentren en la sala de emergencias.

Ningún médico individual es culpable de esto, aunque beneficia a todos los médicos. Toda la profesión médica y, por supuesto, todas las industrias vinculadas, reciben utilidades sin precedente de un sistema de entrega que ha institucionalizado la discriminación contra los trabajadores y los desempleados pobres.

Y todo lo anterior no es más que un ejemplo de cómo el "sistema" mantiene ricos a los ricos y pobres a los pobres.

Lo importante es que son los ricos y poderosos los que apoyan estas estructuras sociales y resisten tenazmente cualquier esfuerzo por cambiarlas. Enfrentan cualquier esfuerzo político o económico que busque proporcionar verdadera oportunidad y dignidad genuina a todas las personas.

La mayoría de los ricos y poderosos, tomados individualmente, son, sin la menor duda, gente buena, agradable,  con tanta compasión y simpatía como cualquiera. Pero al mencionarles un concepto tan amenazador para ellos como límites anuales al ingreso (inclusive límites ridículamente elevados, digamos 25 millones anuales), empiezan a gimotear y a quejarse de usurpación de derechos individuales, de erosión del modo de vida y de "pérdida de incentivos".

Empero, ¿qué decir del derecho de toda la gente de vivir en alrededores mínimamente decorosos, con suficiente comida para evitar la desnutrición, y suficiente con qué vestirse? ¿Qué decir del derecho de la gente de cualquier parte del mundo de recibir atención adecuada para su salud, el derecho a no tener que sufrir o morir por causa de complicaciones médicas relativamente menores, a las cuales los ricos combaten con el simple chasquido de un dedo?

Los recursos de este planeta, incluyendo los frutos del trabajo de las masas y de los indescriptiblemente pobres que constante y sistemáticamente son explotados, pertenecen a la población de todo el mundo, no nada más a quienes son lo bastante ricos y poderosos para explotarlos.

Veamos como funciona la explotación: Los ricos industriales se presentan en un país o en una región donde no hay trabajo en absoluto, donde la indigencia es un hecho, donde hay pobreza abyecta. Los ricos establecen ahí una fábrica y ofrecen trabajo a los pobres con jornadas a veces de 10, 12 y hasta 14 horas al día, sueldos bajos, por no decir subhumanos. No se les paga lo suficiente como para permitirles escapar de sus pueblos, donde viven de forma insalubre, pero sí lo suficiente para sobrevivir de este modo, que es "mejor" que carecer por completo de comida o de abrigo.

Y cuando se les hace ver la situación, estos capitalistas replican: "Pero están mejor que nunca antes, ¿no es cierto? ¡Mejoramos su situación! Tienen empleo, trajimos la oportunidad y encima de todo corremos con todos los riesgos".

El caso es que, ¿cuánto riesgo hay en pagar a la gente 75 centavos de dólar por hora para fabricar lujosos zapatos de goma que se venderán a 125 dólares el par?

¿Es explotación pura y simple, o una riesgosa operación?

Un sistema así, de descarada explotación, puede existir únicamente en un mundo motivado por la codicia, donde el margen de utilidad, no la dignidad humana, es la primera consideración.

Quienes dicen que "en relación con los niveles de sus sociedad, a estos campesinos les está yendo de maravilla", son hipócritas de primer orden. Arrojarían una cuerda a un hombre que estuviese ahogándose, pero se negarían a llevarlo a la orilla. Así las cosas, mejor harían en enviar una piedra en lugar de una cuerda.

En vez de elevar a estas personas a la verdadera dignidad, los "que tienen" dan a "los que no tienen" apenas lo justo para hacerlos dependientes, pero nunca lo bastante para hacerlos fuertes en verdad. La élite de verdadero poderío económico tiene la aptitud y luego el impacto, y no está realmente sometida "al sistema". ¡Y es esto precisamente lo que menos quieren los creadores del sistema!

Y así prosigue la conspiración. Y sucede que para la mayor parte de los ricos y poderosos no se trata de una conspiración de actos, de obras, sino una conspiración del silencio.

Así pues, sigamos nuestro camino y de ningún modo hablemos de la obscenidad, de la infamia de un sistema socioeconómico que premia ala ejecutivo de una empresa con un bono de 70 millones de dólares por aumentar las ventas de un refresco, al mismo tiempo que 70 millones de personas no pueden darse el lujo de beber leche, y menos aún de comer lo suficiente para mantenerse sanas.

No veamos la obscenidad de esta situación llamémosle Economía de Libre Mercado, y digamos a todo el mundo cuán orgullosos están de ello.

Pese a todo, está escrito:              

                        Si quieres ser perfecto,

ve y vende lo que tienes y dalo a los pobres,

    y habrás ganado un tesoro en el cielo.

     Pero cuando el joven hombre oyó esto, se alejó,

lleno de pena

porque era muy rico.

 

 
 

 
 

 
         
         
       
       
       
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