Es un mensaje de Dios, y en él, Dios sugiere una revolución social, sexual, educativa, política, económica y teológica en este planeta como nunca la hemos visto, y rara vez la imaginamos.
Esta sugerencia se hace en el contexto de nuestros propios deseos manifestados como habitantes del planeta. Hemos dicho que elegimos crear una mejor vida para todos, elevar nuestra consciencia, buscar un mundo más nuevo. Dios no nos condenará, no importa cual sea nuestra elección, pero si elegimos la que sugiere, Él está dispuesto a mostrarnos el camino. Sin embargo, no nos obligará a aceptar Sus sugerencias. Ni ahora, ni nunca.
Encuentro las palabras de este libro cautivadoras, inquietantes, desafiantes y ennoblecedoras a la vez. Son cautivadoras por cuanto me quitan el aliento con la esfera de acción y la envergadura de su alcance. Son inquietantes en cuanto me muestran a mí mismo - y a la raza humana - en una forma que es muy perturbadora. Son desafiantes por que me fijan un reto como nadie ni nada lo ha hecho antes. El reto de ser mejor, el reto de ser la Fuente de un mundo en el cual el enojo, los celos mezquinos, la disfunción sexual, la injusticia económica, las bufonadas educativas, la desigualdad social y los secretos políticos, las artimañas y los juegos de poder ya no vuelvan a ser parte de la experiencia humana. Son ennoblecedoras por cuanto ofrecen la esperanza de que todo esto sea posible.
¿Podemos realmente construir un mundo más evolucionado? Dios considera que sí, y todo lo que se requiere de nosotros es que en verdad elijamos hacerlo.
Este libro es un diálogo real con Dios. Es el segundo de una serie de tres volúmenes que captan una conversación con la Deidad que se ha prolongado por más de cinco años y continua hasta el día de hoy.
Es factible que ustedes crean que este material no proviene realmente de Dios, pero no es necesario que se convenzan de lo contrario. Para mí, lo único importante es si el material mismo tiene algún valor, induce a alguna iluminación, produce un despertar, enciende cualquier deseo renovado, o promueve algún cambio fructífero en nuestra vida cotidiana en la Tierra. Dios lo sabe, algo tiene que cambiar. No podemos seguir como hasta ahora.
La trilogía Conversaciones con Dios empezó con la publicación del primer libro de esta serie en mayo de 1.995. Ese libro abordó principalmente inquietudes personales y transformó mi vida. De hecho, cambio muchas otras vidas. En unas cuantas semanas se convirtió en un sorprendente éxito de ventas, cuya distribución alcanzó niveles extraordinarios. Par el final de su primer año estaba vendiendo 12.000 ejemplares al mes, y seguía en aumento. Desde luego, el "autor" de este libro era casi desconocido. Y es precisamente esta característica la que hizo al documento tan fascinante y tan poderoso.
Estoy profundamente agradecido por ser parte de este proceso, el proceso por medio del cual miles de personas pueden recordar de nuevo algunas grandes verdades. Estoy personalmente complacido y muy feliz de que sean tantos los que han encontrado valor en la obra.
Quiero que sepan que al principio estaba intensamente atemorizado. Se me ocurrió que los demás podrían pensar que estaba demente, que sufría sueños de grandeza. O que, si creían que le material de veras lo había inspirado el Creador, seguirían realmente el consejo. ¿Y por qué me atemorizaba esto? Muy sencillo, sabía que todo lo que había escrito podía estar equivocado.
Entonces comenzaron a llegar cartas. Cartas desde todo el mundo. Y lo supe. En lo más hondo, lo supe. Estaba en lo correcto. Era exactamente lo que el mundo necesitaba oír, ¡en el momento correcto precisamente!
(Desde luego, no existe lo "correcto" y lo "equivocado", excepto en la relativa experiencia de nuestro existir. Por consiguiente, lo que sé que significa que el libro es "correcto" está dado por quienes y lo que decimos que queremos ser en este planeta.)
Ahora aparece el Libro 2, y observo que temo de nuevo. Este libro se ocupa de aspectos más extensos de nuestra vida individual, así como de consideraciones geofísicas y geopolíticas de implicaciones mundiales. Como tal, este volumen comprenderá, sospecho, mucho más conceptos con los que discrepará el lector promedio. Y por eso temo. Tengo miedo de que no les guste lo que leerán aquí. Me atemoriza que me consideren "equivocado" en parte de su contenido. Temo que agitaré un avispero, armaré una tormenta, provocaré olas. Y, una vez más, temo que podría estar equivocado todo lo que expongo aquí.
Ciertamente, debería saber que no hay razón para abrigar estos temores. Después de todo, ¿no publiqué ya un primer libro? Pues bien, aquí esta el siguiente. Mi naturaleza humana de nuevo. Verán, el objetivo de publicar estas transcripciones no es sacudir a nadie. Sólo deseo honesta y directamente transmitirles a ustedes lo que Dios me comunicó, en respuesta a mis preguntas. Le prometí a Dios que difundiría estas conversaciones y no puedo quebrantar mi promesa.
Ustedes tampoco pueden faltar a la suya. Es obvio que prometieron dejar que se cuestionen uno tras otro sus pensamientos, ideas y convicciones. Sin duda, establecieron un profundo compromiso de crecer sin cesar. Sólo una persona con ese compromiso podría elegir un libro como éste.
Por lo tanto, parece que estamos juntos en esta tarea. Y no hay nada que temer. Somos lo que somos, y hacemos lo que hacemos como resultado de esa situación, y todo lo que tenemos que hacer es permanecer fieles a esa condición y no hay nada que temer. Ahora me doy cuenta de que creo que he sabido todo el tiempo que somos mensajeros, ustedes y yo. Si no lo fuésemos, no estaría escribiendo esto, y ciertamente ustedes no lo estarían leyendo. Somos mensajeros, y tenemos trabajo por realizar. Primero, debemos asegurarnos de que entendemos claramente el mensaje que se nos ha dado en Conversaciones con Dios. Segundo, debemos integrar el mensaje en nuestra vida a fin de que se vuelva funcional. Y tercero, tenemos que transmitir este mensaje a otros, llevando esta verdad a todos aquellos a cuya vida nos hemos acercado, con el recurso simple y exquisito de nuestro ejemplo.
Me complace que hayan elegido emprender este viaje conmigo. Es mucho más fácil y mucho más divertido con ustedes que sin ustedes. Ahora caminemos juntos a través de estas páginas. De vez en cuando será un poco incomodo. No es como el libro anterior. Ese libro fue un abrazo de Dios; un estrujón intenso y cálido alrededor de los hombros. El libro 2 es una sacudida igualmente amorosa, pero más desapacible y gentil de esos hombros. Una llamada a despertar. Un reto para alcanzar el siguiente nivel.
Saben, siempre hay un siguiente nivel. A su alma - la cual vino aquí para la experiencia más rica, no la más pobre; la máxima, no la mínima - no le gustaría que descansaran. Y si bien la elección es siempre suya, su alma merece que nunca se vuelvan complacientes o se sientan autosatisfechos, y, ciertamente, que nunca se hundan en la apatía. Hay demasiado que cambiar en su mundo, es mucho lo que deben crear a partir de lo que contiene su ser. Siempre hay una nueva montaña qué escalar, una nueva frontera qué explorar, un nuevo temor qué superar. Siempre hay un lugar más imponente, un concepto más extenso, una visión más grandiosa.
Por lo tanto, este libro puede ser un poco más incómodo que el volumen previo. Toleren la incomodidad cuando la perciban. Sosténganse firmemente del bote si éste empieza a mecerse. Después vivan con un nuevo paradigma. Mejor aún, por medio del prodigio y el ejemplo de la propia vida que han llevado, ayuden a crear otra.
Neale Donald Walsch
Ashland, Oregon
Marzo de 1997
Capitulo 1
Gracias por venir. Gracias por estar aquí.
Están aquí por una cita, es verdad; pero aún así, podrían no haberse presentado. Podrían haber decidido no cumplir con el compromiso. En cambio, eligieron estar aquí, a la hora convenida, en el lugar preestablecido, para que este libro llegara a sus manos. Gracias.
Ahora bien, si todo lo han hecho subconscientemente, sin saber siquiera qué estaban haciendo o por qué, parte de esto puede ser un misterio para ustedes, y se impone una pequeña explicación.
Empecemos pidiéndoles que observen que este libro ha llegado a su vida en el momento idóneo y perfecto. Tal vez no lo sepan ahora, pero cuando terminen con la experiencia que les espera, lo sabrán sin ninguna duda. Todo sucede en un orden perfecto, y la llegada de este libro a su vida no es la excepción.
Lo que tienen aquí es lo que buscaban, lo que anhelaban durante largo tiempo. Lo que tienen aquí es el último - y para algunos de ustedes tal vez el primero - contacto real con Dios.
Éste es un contacto, y es muy real.
Ahora Dios va a sostener una conversación verdadera con ustedes a través de mí. Hace unos cuantos años, no habría dicho esto; lo digo ahora porque ya establecí ese diálogo y sé que es posible. Y no sólo es posible, sino que tiene lugar todo el tiempo. Así es como está ocurriendo, justo aquí y ahora.
Es importante que entiendan que son ustedes, en parte, quienes ocasionaron que esto sucediera, así como procuraron que este libro se encuentre en sus manos en este momento. Todos motivamos la creación de acontecimientos en nuestras vidas, y todos, como co-creadores, participamos con el Gran Creador en la gestación de cada una de las circunstancias que condujeron a esos hechos.
M primera experiencia de hablar con Dios ha nombre de ustedes ocurrió en 1992-1993. Había escrito una carta enojada a Dios preguntándole por qué mi vida se había convertido en un monumento de lucha y fracaso. En todos los aspectos, desde mis relaciones románticas, mi vida de trabajo, mis interacciones con mis hijos, hasta mi salud - en todo - no estaba experimentando más que lucha y fracaso. Mi carta a Dios demandaba saber por qué y qué se necesitaba para que funcionara mi vida.
Para mi asombro esta carta recibió respuesta.
Cómo se respondió y cuáles fueron esas respuestas se convirtió en un libro, publicado en mayo de 1995 con el título Conversaciones con Dios. Tal vez hayan oído hablar de él, o puede ser que lo hayan leído. De ser así, no necesitan mayor preámbulo para esta obra.
Si no están familiarizados con el primer libro, espero que pronto lo estén, debido a que en el se delinea con mucho mayor detalle cómo empezó todo esto y responde a muchas preguntas acerca de nuestra vida personal - preguntas acerca de dinero, amor, sexo, Dios, salud y enfermedad, alimentación, relaciones, "el trabajo correcto" y muchos otros aspectos de nuestra experiencia cotidiana -, las cuales no se abordan aquí.
Si yo pidiera a Dios un regalo para el mundo en este momento, sería la información que contiene el Libro 1. En forma consecuente ("Incluso antes de que preguntéis, Yo habré contestado"), Dios ya lo habría concedido.
Así, espero que al concluir la lectura de este libro (o incluso tal vez antes), decidan leer el anterior. Todo es cuestión de elección, al igual que la Pura Elección los llevó a ustedes a estas palabras ahora mismo. Así como la Pura Elección ha creado cada experiencia que hayan tenido. (Un concepto que se explica en ese primer libro.)
Estos primeros párrafos del Libro 2 fueron escritos en marzo de 1996 para proporcionar una breve introducción ala información que sigue. Como en el volumen anterior, el proceso por medio del cual "llegó" esta información fue exquisitamente sencillo. En una hoja de papel en blanco sólo escribía una pregunta - cualquier pregunta -, generalmente la primera que me venía ala cabeza, y apenas había escrito la pregunta cuando ya la respuesta se formaba en mi cerebro, como si Alguien estuviese susurrando en mi oído. ¡Estaba tomando dictado!
Con excepción de estas pocas líneas introductorias, todo el material de este libro llegó al papel entre la primavera de 1993 y el año siguiente. Me gustaría presentárselo a ustedes ahora, justo como salió de mí y como me llegó...
Es el domingo de Pascua de 1993, y, como se me instruyó, estoy aquí. Estoy aquí, lápiz en mano, el papel ante mí, listo para empezar.
Supongo que debo decirles que Dios me pidió que estuviera en este lugar. Teníamos una cita. Empezaremos hoy el Libro 2, el segundo de una trilogía que Dios y yo y ustedes estamos experimentando juntos.
Todavía no tengo idea de lo que va a decir este libro, o siquiera de los temas específicos que se abordarán. Ello es porque no tengo en la mente un plan para este libro. No puedo tenerlo. No soy yo quién decide su contenido. Es Dios.
El domingo de Pascua de 1992 - hace un año hoy - Dios empezó un diálogo conmigo. Sé que suena inverosímil, pero eso fue lo que sucedió. Hace poco tiempo, el diálogo terminó. Se me dieron instrucciones de que tomara un descanso, pero también se me dijo que tenía una "cita" para proseguir con esta conversación este día.
Ustedes también tienen una cita. Están cumpliendo con ella en este momento. Tengo muy claro que este libro no sólo se está escribiendo para mí, sino para ustedes a través de mí. Aparentemente, ustedes han buscado a Dios - y la Palabra de Dios - durante un largo tiempo. Yo he hecho lo mismo.
Hoy encontraremos juntos a Dios. Ésa es siempre la mejor forma de encontrarlo. Juntos. Si nos apartamos, nunca lo encontraremos. Quiero decir esto en dos formas: Nunca encontraremos a Dios mientras nosotros estemos distantes. El primer paso para descubrir que no estamos apartados de Él consiste en descubrir que no estamos separados unos de otros, y hasta que sepamos y nos demos cuenta de que todos nosotros somos Uno, no podremos saber y darnos cuenta de que nosotros y Dios somos Uno.
Dios no está lejos de nosotros, nunca, y sólo pensamos que estamos alejados de Él.
Es un error común. Pensamos, asimismo, que estamos distantes unos de otros. Y la forma más rápida que he descubierto para "encontrar a Dios" consiste en encontrarnos mutuamente. Dejar de escondernos unos de otros. Y, desde luego, dejar de escondernos de nosotros mismos.
La forma más rápida de dejar de escondernos es decir la verdad. A todos. Todo el tiempo.
Empiecen desde ahora a decir la verdad, y nunca se detengan. Empiecen por decirse la verdad acerca de sí mismos. Después díganse la verdad acerca de otra persona. Y digan a otros la verdad sobre sí mismos y sobre otros. Por último, digan la verdad a todos acerca de todo.
Éstos son los Cinco Niveles de Veracidad. Es el camino de cinco pasos hacia la libertad. La verdad los liberará.
Este libro es acerca de la verdad. No mi verdad, sino la verdad de Dios. Nuestro diálogo inicial - el de Dios y el mío - concluyó hace justo un mes. Presumo que fluirá como el primero. Es decir, yo formulo preguntas y Dios responde. Creo que me detendré, y le preguntaré a Dios ahora mismo.
Dios, ¿es así como va a ser?
Sí.
Así lo pensé.
Excepto que en este libro yo expondré algunos temas por Mí Mismo, sin que me preguntes. No hice mucho de eso en el primer libro, como bien lo sabes.
Sí. ¿Por qué añades ese giro aquí?
Porque este libro se escribe a solicitud Mía. Yo te pedí que vinieras - como lo has señalado -. El primer libro fue un proyecto que empezaste por ti mismo.
Para el primer libro elaboraste una agenda. Para este libro no la hay, excepto cumplir con Mi Voluntad.
Sí, es lo correcto.
Ésa, Neale, es una muy buena posición. Espero que tú - y otros - la adoptarán con frecuencia.
Pero yo pensaba que Tu Voluntad era mi voluntad. ¿Cómo puedo no cumplir con Tu Voluntad si es la misma que la mía?
Ésa es una pregunta compleja - y no es un mal punto para empezar; un punto de despegue sin ninguna falla para que empecemos este diálogo.
Retrocedamos unos cuantos pasos. Yo nunca dije que Mi Voluntad era tu voluntad.
¡Sí lo hiciste! En el libro anterior dijiste muy claramente: "Tu voluntad es Mi Voluntad".
En efecto, pero no es lo mismo.
¿No lo es? ¿Acaso me engañaste?
Cuando Yo digo "Tu voluntad es Mi Voluntad", no es lo mismo que decir "Mi Voluntad es tu voluntad".
Si cumplieras con Mi Voluntad todo el tiempo, no tendrías que hacer nada más para alcanzar la Iluminación. El proceso habría terminado. Ya estarías ahí.
Un día de no hacer nada excepto Mi Voluntad te llevará a la Iluminación. Si hubieses hecho Mi Voluntad todos los años de tu vida, no necesitarías enfrascarte en este libro ahora.
Por lo tanto, es evidente que no has estado cumpliendo con Mi Voluntad. De hecho, la mayor parte del tiempo ni siquiera conoces Mi Voluntad.
¿No la conozco?
No, no la conoces.
Entonces, ¿por qué no me dices cuál es?
Lo hago. Pero tú no me escuchas. Y cuando escuchas, no oyes realmente. Y cuando oyes, no crees lo que estás oyendo. Y cuando crees lo que estás oyendo, no sigues las instrucciones de todas formas.
Así que decir que Mi Voluntad es tu voluntad es obviamente inexacto.
Por otra parte, tu voluntad es Mi Voluntad. Primero, por que la conozco. Segundo, por que la acepto. Tercero, porque la alabo. Cuarto, porque la amo. Quinto, porque Yo la poseo y la llamo Mía Propia.
Esto significa que estas en libertad de hacer lo que desees y que Yo haré Mía tu voluntad, por medio de un amor incondicional.
Ahora bien, para que Mi Voluntad fuera la tuya, tendrías que hacer lo mismo.
Primero, tendrías que conocerla. Segundo, tendrías que aceptarla. Tercero, tendrías que alabarla. Cuarto, tendrías que amarla. Finalmente, tendrías que referirte a ella como la tuya propia.
En toda la historia de tu raza, sólo unos cuantos hicieron esto consistentemente. Un puñado lo hizo casi siempre. Otros lo intentan mucho. Una buena parte de personas lo hacen de vez en cuando. Y, prácticamente, todo el mundo lo hace en raras ocasiones, si bien algunos nunca lo han hecho.
¿En que categoría me ubico?
¿Acaso importa? ¿En que categoría quieres estar a partir de ahora? ¿No es ésa una pregunta pertinente?
Sí.
¿Y tu respuesta?
Me gustaría estar en la primera categoría. Me gustaría conocer y cumplir Tu Voluntad todo el tiempo.
Eso es loable, encomiable y probablemente imposible.
¿Por qué?
Es mucho lo que aún tienes que madurar antes de que puedas pretender eso. Sin embargo, yo te digo: podrías proponértelo, podrías moverte hacia la Divinidad en este mismo instante si así lo eligieras. Tu madurez no requiere mucho tiempo.
Entonces, ¿por qué ha tomado tanto tiempo?
Es verdad. ¿Por qué ha sido así? ¿Qué estás esperando? ¿Acaso crees qué Yo te estoy reteniendo?
No. Creo con certeza que yo me estoy reteniendo a mí mismo.
Bien. La claridad es el primer paso hacia la maestría.
Me gustaría obtener la maestría. ¿Cómo puedo hacerlo?
Sigue leyendo este libro. Ahí es exactamente a dónde te estoy llevando.