Bueno, pues ya está. Ya te lo he explicado todo: la vida; cómo funciona; su verdadera razón y su auténtico objetivo. ¿Puedo servirte en algo más?
No hay nada más que pueda preguntar. Te estoy profundamente agradecido por éste increíble diálogo. ¡Ha sido tan extenso y ha abarcado tantas cosas...! Si repaso mis preguntas originales, veo que hemos tratado las cinco primeras, las referentes a la vida y las relaciones, el dinero y las profesiones, y la salud. Como sabes, tenía más preguntas en aquella lista original, pero, en cierto modo, después de todo lo que hemos tratado parecen irrelevantes.
Sí. Pero, no obstante, me las has preguntado. Vamos a responder brevemente al resto de las preguntas, una por una. Ahora que estamos terminando el material...
¿Qué material?
El material que te he traído y te he expuesto aquí. Decía que, ahora que estamos terminado el material, tomemos esas cuestiones pendientes y tratémoslas con brevedad.
6.¿Cuál es la lección kármica que se supone que debo asimilar aquí? ¿Qué intento aprender? ¿En qué he de alcanzar la maestría?
Aquí no aprendes nada. No tienes que asimilar nada. Sólo tienes que remembrar. Es decir, re-membrar-Me.
¿En que has de alcanzar la maestría? Has de alcanzar la maestría en el propio arte de ser un maestro.
7.¿Hay algo parecido a la reencarnación ¿Cuántas vidas anteriores he tenido? ¿Qué fui en ellas? ¿Es real la “deuda kármica”?
Es difícil creer que todavía os hagáis esta pregunta. Me resulta difícil de imaginar. ¡Ha habido tantos informes, de fuentes extremadamente fidedignas, acerca de experiencias de vidas pasadas...! Algunas de estas personas han aportado descripciones sorprendentemente detalladas de los acontecimientos, y el hecho de que sus datos hayan sido totalmente comprobables ha eliminado cualquier posibilidad de que fueran inventados o de que, de algún modo, engañaran a los investigadores y a sus seres queridos.
Puesto que insistes en la exactitud, te diré que has vivido 647 vidas pasadas. Esta es la que hace 648. En ellas, has sido de todo: rey, reina, siervo; profesor, estudiante, maestro; macho, hembra; guerrero, pacifista; héroe, cobarde; asesino, salvador; sabio, loco. ¡Has sido todo eso!
No, no existe la “deuda kármica” ni nada que se le parezca; no en el sentido que tú le das en esta pregunta. Una deuda es algo que se debe pagar, que se está obligado a pagar. Vosotros no estás obligados a hacer nada.
No obstante, hay ciertas cosas que queréis hacer, que decidís experimentar. Y algunas de esas decisiones dependen de - su deseo ha sido creado por - lo que habéis experimentado anteriormente.
Esto es lo que más se puede aproximar a eso que llamáis karma.
Si el karma es el deseo innato de ser cada vez mejor, de ser cada vez mayor, de evolucionar y de crecer, y de contemplar los acontecimientos y experiencias pasados desde esta perspectiva; entonces, sí, el karma existe.
Pero no exige nada. Nada en absoluto. Eres, como has sido siempre, un ser con libre albedrío.
8.A veces tengo la sensación de ser un médium. ¿Existe algo parecido a “ser un médium”? ¿Lo soy yo? La gente que afirma que lo es ¿”pacta con el diablo”?
Sí, existe algo parecido a ser un médium. Tú lo eres. Todo el mundo lo es. No hay nadie que no posea eso que llamáis facultades extrasensoriales; lo que ocurre simplemente es que hay personas que no las utilizan.
Utilizar vuestras facultades extrasensoriales no es más que utilizar vuestro sexto sentido.
Evidentemente, eso no es “pactar con el diablo”, pues entonces Yo no os habría dado ese sentido. Y, por supuesto, no existe ningún diablo con el que pactar.
Algún día - quizás en el Libro Dos - te explicaré exactamente como funcionan la energía psíquica y las facultades extrasensoriales.
¿Va a haber un Libro Dos?
Sí. Pero primero terminemos con éste.
9.¿Es correcto ganar dinero haciendo el bien? Si yo decido realizar una obra de reconciliación en el mundo - la obra de Dios - ¿puedo hacerlo y, a la vez, disfrutar de abundancia económica? ¿O bien ambas cosas son mutuamente excluyentes?
Ya hemos tratado de eso.
10.¿Es bueno el sexo? ¡Vamos, que cuál es el meollo de esta experiencia humana! ¿El objetivo del sexo es puramente la procreación, como afirman algunas religiones? ¿Es cierto que la santidad y la iluminación se obtienen mediante la negación - o transmutación - de la energía sexual? ¿Es correcto practicar el sexo sin amor? La sensación física ¿es suficiente razón para justificarlo?
¡Claro que el sexo es “bueno”! Una vez más: si Yo no quisiera que jugaras a determinados juegos, no os habría dado los juguetes. ¿Acaso les das tú a tus hijos cosas con las que no quieres que jueguen?
Juega con el sexo. ¡Juega! Es una maravillosa diversión. ¡Vaya! Si hablamos estrictamente de experiencias físicas, es precisamente la mayor diversión que podéis tener con vuestro cuerpo.
Pero ¡por el amor de Dios!, no destruyas la inocencia sexual ni el placer y la pureza de la diversión, la alegría, haciendo un mal uso del sexo. No lo utilices como instrumento de poder, o con un propósito oculto; para la gratificación del propio ego, o para ejercer la dominación; para cualquier propósito distinto de la más pura alegría y el más elevado éxtasis, dado y compartido, que es el amor, y el amor recreado, que es nueva vida. ¿Acaso no he elegido una deliciosa manera de que os multipliquéis?
Respecto a la negación, ya hemos tratado antes de ella. Nunca se ha alcanzado nada sagrado a través de la negación. Sin embargo, los deseos cambian a medida que se vislumbran realidades cada vez mayores. Por lo tanto, no resulta inusual que determinadas personas simplemente deseen menos, o ninguna, actividad sexual; o, por lo mismo, reduzcan algunas de las actividades del cuerpo. Para algunos, las actividades del alma pasan a un primer plano y se consideran, con mucho, las más placenteras.
La moraleja sería: cada uno a lo suyo, y sin juzgar a los demás.
La respuesta a la última parte de tu pregunta sería: no necesitas tener una razón para nada. Simplemente, sé la causa.
Sé la causa de tú experiencia.
Recuerda que la experiencia produce el concepto de Yo, el concepto produce creación, y la creación produce experiencia.
¿Quieres experimentarte a ti mismo como una persona que practica el sexo sin amor? ¡Adelante! Lo harás en tanto no quieras otra cosa. Y lo único que hará - que puede hacer - que abandones esta conducta, o cualquiera, es que en ti surja un nuevo pensamiento acerca de Quien Eres. Es así de sencillo; y así de complejo.
11.¿Por qué hiciste del sexo una experiencia humana tan buena, tan impresionante y tan poderosa, si todo lo que debemos hacer es apartarnos de él todo lo posible? ¿Qué pasa? En este sentido, ¿por qué todas las cosas divertidas “engordan, están prohibidas o son pecado”?
Con lo que acabo de decir, he contestado también a la última parte de esta pregunta. Todas las cosas divertidas no engordan, están prohibidas o son pecado. No obstante, vuestra vida constituye un interesante ejercicio a la hora de definir qué es o no divertido.
Para algunos, “divertido” se refiere a sensaciones del cuerpo. Para otros, “divertido” puede ser algo completamente distinto. Todo depende de quién pienses que eres y de qué estés haciendo.
Hay mucho más que decir acerca del sexo de lo que hemos dicho aquí; pero nada más importante que esto: el sexo es alegría, y muchos de vosotros habéis hecho del sexo algo totalmente diferente.
Sí, el sexo también es santo. Pero la alegría y la santidad son compatibles (en realidad, son la misma cosa), y muchos de vosotros pensáis que no lo son.
Vuestras actitudes ante el sexo constituyen un microcosmos de vuestras actitudes ante la vida. La vida debería ser alegría, celebración, y se ha convertido en una experiencia de “no tener nunca bastante”, de temor, ansiedad, envidia, rabia y tragedia. Y lo mismo puede decirse respecto al sexo.
Habéis reprimido el sexo, igual que habéis reprimido la vida, en lugar de verlo como la plena expresión del Yo, como entrega y alegría.
Habéis deshonrado el sexo, como habéis deshonrado la vida, calificándolo de malo y de cruel, en lugar de verlo como el más alto don y el mayor placer.
Antes de que protestes y me digas que no habéis deshonrado la vida, fíjate en vuestras actitudes colectivas respecto a ella. Cuatro de cada cinco personas en todo el mundo consideran la vida como una desgracia, una tribulación, un período de prueba, una deuda kármica que se debe pagar, una escuela dónde hay que aprender duras lecciones, y, en general, una experiencia que se debe soportar mientras se espera la verdadera alegría, la que viene después de la muerte.
Es deshonrar la vida el que tantos de vosotros penséis de ese modo. Resulta, pues, poco sorprendente que hagáis extensiva esta deshonra al propio acto que crea la vida.
La energía que subyace al sexo es la misma energía que subyace a la vida, ¡que es la vida! El sentimiento de atracción y el deseo - intenso y, a menudo urgente - de acercarse unos a otros, de hacerse uno, constituye la dinámica esencial de todo lo que vive. Lo he incorporado a todo. Es innato, inherente, interno a Todo lo que Es.
Los códigos morales, las constricciones religiosas, los tabúes sociales y las convenciones emocionales que habéis establecido en torno al sexo (y, por cierto, también en torno al amor y todo lo relativo a la vida) han hecho que para vosotros resulta prácticamente imposible celebrar vuestro ser.
Desde el principio de los tiempos, todo hombre a deseado siempre amar y ser amado. Y desde el principio de los tiempos, el hombre a hecho todo lo que estaba en su mano para que eso resultara imposible. El sexo constituye una extraordinaria expresión de amor; de amor a otro, de amor a Sí mismo, de amor a la vida. ¡Deberíais, pues, amarlo! (Y lo hacéis; pero no podéis decirle a nadie que lo hacéis; no os atrevéis a demostrar cuanto lo amáis, pues os llamarían pervertidos. Sin embargo, es esta idea la que lo constituye una perversión.)
En nuestro próximo libro, consideraremos el sexo con mucho mayor detalle; exploraremos con más detenimiento su dinámica, puesto que se trata de una experiencia y de una cuestión con implicaciones dramáticas a escala global.
Por ahora - y en tu caso -, simplemente debes saber esto: Yo no os he dado nada que sea deshonroso; y menos vuestro propio cuerpo y sus funciones. No hay ninguna necesidad de ocultar vuestro cuerpo ni sus funciones; ni vuestro amor a ellas, y a los demás.
Vuestros programas de televisión no tienen ningún problema en mostrar la violencia desnuda, pero en cambio no se atreven a mostrar el amor desnudo. Toda vuestra sociedad refleja esta escala de valores.
12.¿Hay seres vivos en otros planetas? ¿Nos han visitado? ¿Nos están observando? ¿Veremos alguna evidencia irrefutable e indiscutible - de vida extraterrestre durante nuestra vida? ¿Cada forma de vida tiene su propio Dios? ¿Y Tú eres el Dios de todas ellas?
Sí a la primera parte. Sí a la segunda. Sí a la tercera. No puedo contestar a la cuarta, puesto que ello requeriría que Yo predijera el futuro; y eso es algo que no voy a hacer.
No obstante, hablaremos mucho más acerca de eso llamado el futuro en el Libro Dos; y hablaremos de la vida extraterrestre y de la(s) naturaleza(s) de Dios en el Libro Tres.
¡Ah!, pero ¿va a haber también un Libro Tres?
Permíteme que esboce el plan.
El Libro Uno tiene que contener verdades básicas, conocimientos primarios, y tratar de cuestiones personales esenciales.
El Libro Dos debe contener verdades de mucho mayor alcance, conocimientos mucho más importantes, y tratar de asuntos mundiales.
El Libro Tres tiene que contener las mayores verdades que seáis capaces de entender, y tratar de cuestiones universales, cuestiones relacionadas con todos los seres del universo.
Ya veo. ¿Es un orden?
No. Si preguntas eso es que no has entendido nada de lo que hay en este libro.
Tú has elegido realizar esta obra; y has sido elegido. El círculo está completo. ¿Lo entiendes?
Sí.
13.¿Se realizará alguna vez la utopía en el planeta Tierra? ¿Se mostrará alguna vez Dios a las gentes de la Tierra, como prometió? ¿Habrá algo parecido a la Segunda Venida? ¿Habrá alguna vez un Fin del Mundo, o un apocalipsis, tal como lo profetiza la Biblia? ¿Hay una religión que sea la verdadera? Y si es así, ¿Cuál de ellas?
Todo eso por sí sólo constituye un libro, y la mayor parte será tratado en el Volumen Tres. He preferido que este volumen inicial se limitara a asuntos más personales, a cuestiones más prácticas. En posteriores entregas pasaré a ocuparme de cuestiones con implicaciones a escala mundial y universal.
¿Ya esta? ¿Es todo de momento? ¿Ya no vamos a hablar más aquí?
¿Ya me hechas de menos?
¡Pues sí, porque lo hemos pasado bien! ¿Lo dejamos aquí?
Necesitas un pequeño descanso. Y tus lectores también. Aquí hay mucho que asimilar; mucho contra lo que luchar; mucho sobre lo que meditar. Tómate tu tiempo. Reflexiona; medita sobre ello.
No te sientas abandonado. Yo siempre estoy contigo. Si tienes preguntas que hacerme, preguntas cotidianas - como sé que tienes ahora mismo -, y quieres continuar, ten en cuenta que puedes acudir a Mí para que te conteste. No es necesario que sea en forma de libro.
No es este el único modo en que Yo te hablo. Escúchame en la verdad de tu alma. Escúchame en los sentimientos de tu corazón. Escúchame en el silencio de tu mente.
Óyeme en todas partes. Cada vez que tengas una pregunta, simplemente debes saber que ya la he contestado. Luego abre los ojos a tu mundo. Mi respuesta puede hallarse en un artículo ya publicado; en el sermón ya escrito y a punto de ser pronunciado; en la película que se está rodando; en la canción que ayer se acabó de componer; en las palabras que está a punto de decir un ser querido; en el corazón de un nuevo amigo que estamos a punto de hacer.
Mi Verdad está en el susurro del viento, en el murmullo del arroyo, en el estampido del trueno, en el tamborileo de la lluvia.
Es el tacto de la tierra, la fragancia del lirio, el calor del sol, la atracción de la luna.
Mi Verdad - y tu más segura ayuda en los momentos de necesidad - es tan sobrecogedora como el cielo nocturno, y tan simple e incontrovertiblemente confiada como el balbuceo de un niño.
Es tan potente como el latido del corazón, y tan silenciosa como el aliento contenido en unión conmigo.
No te dejaré, no puedo dejarte, puesto que eres Mi creación y Mi producto, Mi hija y Mi hijo, Mi propósito y...
Yo mismo.
Acude a mí, pues, cada vez y en cualquier circunstancia en que te alejes de la paz que Yo soy.
Yo estaré ahí.
Con la Verdad.
Y la Luz.
Y el Amor.
FIN DEL LIBRO
CONVERSACIONES CON DIOS 1
NEALE DONALD WALSH
ANÁLISIS HECHO POR: JORGE SALAMA
En este primer volumen comienzan a revelarse verdades y reflexiones muchas de ellas conocidas por la mayoría de nosotros, pero lamentablemente, muy poco puestas en práctica en la vida cotidiana.
Y algunas de ellas sorprendentes, pero sencillas en su análisis. Y buscando en la parte lógica de nuestro cerebro mundano, entendibles.