El cerebro de los sordos se
adapta para oír música
Chicago, Estados Unidos. Los sordos sienten las vibraciones en la
misma región del cerebro que el resto de las personas usan para oír,
lo que permite explicar por qué disfrutan de la música personas que
no poseen capacidad auditiva, afirma un estudio presentado ayer.
El cerebro de los sordos, según esta investigación, readapta
su estructura para suplir la deficiencia que impone la
sordera, ha señalado Dean Shibata, un profesor de radiología
de la Universidad de Washington.
Shibata, que ha realizado numerosas
investigaciones con personas sordas, ha utilizado ahora
imágenes de resonancia magnética funcional para comparar
la actividad cerebral entre sordos y personas que pueden
oír.
El estudio mediante este tipo de escáner
avanzado ha permitido comprobar que la clave radica en un área del
cerebro denominada el córtex de audición. Según ha explicado Shibata,
tanto los sordos como quienes no lo son muestran actividad en las
zonas del cerebro que procesan las vibraciones. Pero los sordos
muestran, además, una especial actividad en el córtex de la
audición, aunque ese área sólo debería entrar en funcionamiento
durante la estimulación auditiva.
“Estos hallazgos ilustran cómo la alteración
de experiencias puede afectar a la organización del cerebro”, ha
dicho Dean Shibata. El radiólogo, que realizó sus investigaciones
mientras trabajaba en la Escuela de Medicina de la Universidad de
Rochester, en Nueva York, asegura que “el cerebro es increíblemente
adaptable”.
“En alguien que es sordo, el cerebro en
formación se aprovecha de un espacio valioso para procesar las
vibraciones y así usa el mismo lugar que debería ser utilizado, de
otro modo, para procesar los sonidos”, ha explicado.
Para comprobar sus ideas, el radiólogo realizó
pruebas mediante imágenes de resonancia magnética funcional a 10
voluntarios sordos y a otras 11 personas con audición normal. Todos
ellos fueron sometidos de modo voluntario a pruebas de escáner
mientras sostenían en sus manos dispositivos que emitían vibraciones
intermitentes. Entre los sordos, el escáner registró una importante
actividad en el cerebro, en la zona conocida como córtex de la
audición, un área que tiene el tamaño de una pelota de golf. Sin
embargo, pese a que las vibraciones recibidas en la mano eran las
mismas, las personas con audición normal no mostraron ninguna
actividad en ese área. Para Dean Shibata, esto significa que el
cerebro de los sordos ha aprovechado para procesar las vibraciones
un área dejada libre por los estímulos auditivos, ya que no pueden
ser utilizados. En su opinión, esto explica por qué los sordos
pueden disfrutar en los conciertos de música y por qué algunos de
ellos pueden llegar a ser grandes intérpretes.
* Extraído del diario La Voz del
Interior (Córdoba) del miércoles 28/11/01