La Musicoterapia nos puede
proporcionar la curación de enfermedades a través de
nuestra propia voz ya que esta tiene una vibración
curativa real. Con la musicoterapia aquello de quien
canta su mal espanta no es solo un dicho sino una clara
realidad.
La voz es la expresión más directa de la esencia de la persona. El
sonido de la voz revela nuestro ser, nuestro estado
emocional y nuestra personalidad o individualidad. La
voz expresa nuestra originalidad, al igual que las
huellas dactilares.
Trabajar la voz puede modificar y mejorar a la
persona. La voz, que siempre ha tenido un rol importante
en los rituales de curación de todas las culturas,
representa el verdadero ser, uniendo junto con la
respiración, nuestra interioridad con todo lo que hay
fuera.
La voz es el primero, el más natural de los
instrumentos y el más asequible y poderoso.
Especialmente cierto cuando la voz se utiliza para
sanar.
Los instrumentos electrónicos pueden producir sonidos
más fuertes, con mayor amplitud y decibelios que la voz
humana, también pueden producir tonos que estén muy por
encima o muy por debajo de la capacidad del ser humano.
Sin embargo, el volumen o la potencia de sonido no
significan que sea más efectivo. Mayor no es
necesariamente mejor. Volumen más alto no significa
necesariamente más curación.
Además no debemos olvidar que el sonido producido por un
instrumento electrónico, prácticamente carece de
armónicos. Y el verdadero poder sanador de la voz está
en los armónicos.
La voz humana es una onda portadora de conciencia,
esto significa que dependiendo de donde esté situada la
conciencia de un individuo cuando crea este sonido,
llevará información a la persona que lo reciba.
Quien canta con amor, transmite amor, quien esté enojado
al producir un sonido, aunque sea un sonido agradable,
enviará enojo, y eso será percibido aunque sea de forma
sutil.
Por lo tanto la intención con la que se emite un
sonido es muy importante. El primer sentido de la
intención se refiere a la conciencia de nuestra mente.
Es importante el estado general de la persona que hace
el sonido e implica los aspectos físicos, mentales,
emocionales y espirituales de esa persona. El concepto
de intención se relaciona con el principio hermético de
que todo es mente, ya que la intención proviene de la
mente del creador del sonido. Con nuestra voz tenemos la
posibilidad de expresar el poder sagrado, místico y
curativo del sonido, redescubriendo nuestra voz como una
herramienta de salud y bienestar.
Como cura el sonido de nuestra voz
La voz humana es nuestro instrumento más poderoso
para trasmutar el dolor y el sufrimiento en un bienestar
radiante.
Los sonidos y vibraciones tienen la propiedad de
modificar las ondas cerebrales. Y dependiendo de las
ondas cerebrales, estamos más receptivos a la
auto-curación.
Las diferentes longitudes de ondas cerebrales han
sido relacionadas con diferentes estados de conciencia.
Hay 4 categorías básicas de ondas cerebrales, expresadas
en ciclos por segundo (Hercios o Hz), ésta es la forma
como se mide el sonido.
Ondas beta: de 14
a 20 Hz, son las que se encuentran en nuestro estado
normal de conciencia, despiertos.
Ondas alfa: de 8
a 13 Hz, son las de los estados de ensoñación y
meditación.
Ondas zeta: de 4
a 7 Hz, son las presentes en estados de meditación
profunda y sueño, y también en la actividad
chamanística.
Ondas delta: de
0,5 a 3 Hz, son las del sueño profundo y en estados
de meditación muy profundos.
El sonido puede utilizarse para cambiar nuestras
ondas cerebrales. El cambio de esta frecuencia produce
cambios en la conciencia, induciendo estados de sanación
espontánea y estados místicos, haciéndonos más
receptivos a la auto-sanación.
Aparte de cambiar nuestras ondas cerebrales el sonido
puede modificar el ritmo de nuestra respiración,
haciéndola más profunda, reducir el número de latidos de
nuestro corazón, equilibrar el flujo del líquido
céfaloraquídeo, recargar nuestro sistema energético,
hacer que los sistemas biológicos funcionen con más
homeostasis, calma la mente, el cuerpo y las emociones,
lo que influye positivamente en el sistema inmunitario,
el gran sanador que todos llevamos dentro.
Además tenemos el principio de resonancia que designa
la capacidad que tiene la vibración de llegar más allá,
a través de las ondas vibratorias que produce nuestra
voz y provocar una vibración más saludable en nuestro
cuerpo, mente.
Autor: María Prieto Músico, naturópata y
terapeuta de la voz y el sonido Articulista de Enbuenasmanos