Las aplicaciones de la terapia
del sonido se vienen estudiando desde antiguo ya que hay
muchas personas y tipos de enfermedades que se pueden
beneficiar. Presos, enfermos depresivos o enfermos
terminales podrían mejorar con la terapia del sonido.
La terapia del sonido es una materia que forma parte del área de la
salud. Usada y analizada en el mundo entero. Emplea la
música, el acontecimiento sonoro y la vibración como
instrumento para comunicar y manifestar a la persona
humana. Toma en cuenta al hombre y a las vibraciones
percibidas por él desde muy temprana edad.
Está escrito que desde épocas antiguas en la historia,
se conoce el poder de la música para moderar las
emociones y la conducta. Logra ordenar el ser interno
del individuo haciendo posible la creación de una
situación útil para futuros aprendizajes.
Se ha llegado a afirmar que cada vez más se ha venido
estudiando las aplicaciones de la música en el
comportamiento y las emociones de la persona humana.
Dándose mayor relevancia a fundamentos puestos en
practica desde los inicios de las civilizaciones
orientales y que reprobados en una parte del globo, son
en el tiempo presente sacados a la luz por la
contribución de la neurociencia, neuropsicología o
psico-neuro-inmuno-endocrinología.
Según opinión experta hay diversos libros en los
cuales se muestran ciertas obras musicales con
aplicaciones para combatir algunos síntomas como la
arritmia cardiaca, estados depresivos, hiperactividad,
etc. en los que no se toma en cuenta la individualidad
del ser que recibe el tratamiento. Esto lejos de ayudar
a la ocupación musicoterapéutica, la trastorna. La
terapia del sonido está definida como un proceso
dinámico con el cual el musicoterapeuta ayuda al
paciente a alcanzar la salud utilizando acontecimientos
musicales y sus relaciones.
Pueden beneficiarse de las aplicaciones con terapia
del sonido
Los que buscan desarrollo personal.
Los que padecen trastornos emocionales.
Los que tienen discapacidades físicas o
sensoriales.
Los de la tercera edad.
Niños con problemas de aprendizaje o trastornos
del lenguaje.
Mujeres embarazadas.
Pacientes en situación terminal.
Los que se encuentran en estado de coma.
Los que padecen adicciones y los internos en las
cárceles.
A la terapia del sonido se le atribuyen las
aplicaciones o el poder de incrementar la capacidad de
comunicación, de excitar la capacidad de recibir y
diferenciar estímulos sensoriales, de excitar funciones
como la atención, memoria, orientación, reconocimiento y
creatividad, de contribuir al autoconocimiento personal,
de impulsar la autoestima y el fortalecimiento del yo.
Vínculos y disparidad de la terapia del sonido
La terapia del sonido figura ya como un ente que se
relaciona con las demás ciencias de la salud como la
Medicina, Fisioterapia, Logopedia y Terapia Ocupacional;
también en ciencias que tocan al hombre desde la
perspectiva social y cultural como la Psicología Social.
Tomando en cuenta el área musical se relaciona con la
Musicología y la Educación musical. Se puede decir que
la terapia del sonido recibe el aporte de las
disciplinas antes mencionadas, no obstante obra de modo
especial al usar el lenguaje musical con sus parámetros
como instrumento de comunicación y expresión con los
pacientes.
Se cree que en los inicios de la terapia del sonido,
la Educación Musical cumplía una labor muy importante;
puesto que en su mayoría eran pedagogos musicales los
que los empezaron a trabajar con seres discapacitados
para ayudarles a tener una mejor calidad de vida. La
literatura especializada afirmó que pedagogos como Edgar
Willems y otros desarrollaron métodos de enseñanza de
música que trasformaron los métodos tradicionales. Se
pensó que las metodologías tomaron con mayor
consideración la figura del joven alumno, lográndose por
ellas que el aprendizaje de conceptos musicales llegara
a ser una situación divertida.
Acercamiento histórico de la terapia del sonido
Actualmente se acepta que en el inicio de varias
culturas la música fue usada como instrumento
terapéutico ya que tenía muchas aplicaciones. Se da por
cierto que en textos antiguos de ciertas religiones, y
en la tradición oral de varias tribus americanas,
australianas, asiáticas y africanas se hallaron citas
sobre el empleo del ritmo y ciertas canciones o formas
musicales para lograr la inactividad de ciertos agentes
a los que se les atribuía la capacidad de enfermar a
personas.
Está aseverado que un intento de sistematización
comenzó a producirse después de la Segunda Guerra
Mundial cuando la cantidad de discapacitados aumenta en
los países europeos y en América. Las primeras
observaciones de una mejoría en pacientes con
acompañamiento musical la efectuaron los primeros
terapistas ocupacionales y los fisioterapeutas. Se dijo
que en los años 70 se instauran carreras universitarias
en Argentina y Brasil siguiendo el modelo de naciones
con alto desarrollo como EEUU y gran Bretaña. En los
ochenta la musicoterapia es vista en varias naciones del
globo igual a una disciplina fundamental en el
tratamiento de individuos con alguna enfermedad.
Elementos de la Música como Órgano Terapéutico
Según fuente especializada los musicoterapeutas
trabajan fundamentalmente con resonancias físicas y
emocionales que se producen en una persona. La música
produce además un vínculo entre el musicoterapeuta y el
paciente, por lo tanto la resonancia llega a ser además
de acústica, psicológica y social.
Se afirma que la terapia del sonido tenía más énfasis
en la música y actualmente se sabe que es mucho más que
solo música lo que causa la acción terapéutica en el ser
humano. No obstante, existen exámenes neurológicos que
apoyan el hecho que la música cumple una labor concreta
en la existencia psíquica de la persona humana.
Se considera que la terapia del sonido activa, entre
otras aplicaciones, contribuye a la comunicación y
manifestación de estados conflictivos de una persona que
está padeciendo cierta perturbación, facilitándole un
superior estado de ánimo y bienestar total. Teniendo en
cuenta las teorías de evolución psicológica del ente
humano cabe describir sobre los varios instrumentos
musicales que son extensión de gestos motores humanos:
gestos que diariamente se realizan con sentido
estereotipado se pueden transformar en adquisiciones
motoras con objetivo de comunicación e intercambio.
El niño y después el adulto en el juego musical
incorpora gestos básicos sonoros
Sacudir:
campanillas, sonajas. etc.
Golpear:
tambores, con parche de cuero.
Entrechocar:
manos, claves, castañuelas.
Rasgar: parches,
cuerdas, superficiales rugosas o lisas.
Pulsar: teclas,
botones cuerdas.
Apretar: chifles.
Soplar: flautas,
silbatos, etc.
Aspirar: sirenas,
armónicas y similares.
Prender:
percutores de varios calibres.
También el niño:
Grita: buscando atención de un adulto
actuando contra una situación que no consigue
dominar.
Regurgita: como
autoestimulación como manifestación de desagrado.
Gime: como
autoestimulación, como expresión de un dolor.
Habla: a veces de
forma rítmica o melódica.
Canturrea:
reproduciendo parte de canciones o elementos
publicitarios.
Rechina: por
bruxismo.
Chasquea: por
autoestimulación vocal.
Los aspectos no verbales de la comunicación son
tomados como instrumentos de trabajo de los
musicoterapeutas y se afirma que en ese momento es
cuando ellos pueden evaluar con más precisión las
funciones comunicacionales o la carencia que presentan
sus pacientes.
Existe el fundamento de que desde la terapia del
sonido se evalúa como la persona humana se relaciona con
el sonido y parámetros, como logra expresarse
motrizmente y como utiliza su voz pudiendo imitar
acciones sonoras o del cuerpo. Se podría evaluar etapas
del desarrollo evolutivo a partir del gesto sonoro que
tiene una persona y partir del uso se esté dando a un
instrumento en una sesión musicoterapéutica.
También en una persona adulta perturbada se podría
ver el nivel de bloqueo o de compromiso que existe en
sus movimientos, así como emociones reprimidas
manifestadas de una forma distorsionada.
Autor: Carlos Balarín Musicoterapeuta Articulista de Enbuenasmanos