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"El poder de la intención"

de Wayne Dyer

2- Las siete caras de la intención (Segunda parte)

 
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5. La cara de la expansión.
La naturaleza elemental de la vida consiste en encontrar continuamente más expresión. Si pudiéramos fijarnos de verdad en las caras déla intención, nos quedaríamos pasmados. Supongo que una de las caras que veríamos sería la expresión en continua expansión de la fuerza de la intención. La naturaleza de este espíritu creativo funciona continuamente con el fin de expandirse. El espíritu es una fuerza de formación. Posee el principio del incremento, es decir, que la vida sigue expandiéndose para originar más vida.

La vida tal y como la conocemos tiene su origen en la intención amorfa.

 

Por consiguiente, uno de los rostros de la intención es el de algo en eterna evolución. Puede parecer una minúscula partícula en un estado de continua repetición y después de ampliación, que a continuación avanza, siempre expandiéndose y mostrándose. Eso es precisamente Io que ocurre en nuestro mundo físico. Esta quinta cara de la intención adquiere la forma de lo que la expresa. No puede ser de otra manera, porque, si su fuerza, que no deja de expandirse, no se gustara a sí misma o se sintiera desconectada, solo podría autodestruirse. Pero no funciona así. La fuerza de la intención se manifiesta como expresión de la creatividad, la bondad, la belleza y el amor en expansión.

Al establecer tu relación personal con esta cara de la intención expandes tu vida por mediación de la fuerza de la intención, que era, es y siempre será un elemento de esta intención creadora. La fuerza de la intención es la que te permite expandir y aumentar todos los aspectos de tu vida, sin excepciones.

Está en la naturaleza misma de la intención el estado de expresión continua y aumentada, y lo mismo puede aplicarse a todos nosotros.

La única condición para este movimiento hacia delante consiste en colaborar con él en todas partes y dejar que ese espíritu se exprese a través de ti, por ti y por cuantas personas te encuentres. Entonces dejarás de sentir angustia y preocupación. Confía en la cara de la expansión y haz lo que haces porque amas lo que haces y haces lo que amas. Has de saber que esos resultados expansivos y beneficiosos son las únicas posibilidades.

orn26. La cara de la abundancia ilimitada.
La sexta cara de la intención es la expresión de algo que no conoce límites, que está en todas partes al mismo tiempo y es infinitamente abundante. No se trata sólo de que sea enorme, sino de que no cesa jamás. Tú fuiste creado con este prodigioso don. Por eso tú también io compartes en la expresión de tu vida. Estás cumpliendo la ley de la abundancia.

Estos dones se te conceden libremente y a manos llenas, como se te proporcionan el aire, el sol, el agua y la atmósfera con una abundancia ilimitada.

Probablemente te enseñaron en la infancia a pensar con limitaciones. «Lo mío empieza aquí/Lo tuyo está ahí.» Así construimos barreras para señalar nuestras fronteras. Pero los exploradores de la Antigüedad nos hicieron tomar conciencia de que el mundo es potencialmente infinito. Incluso los astrónomos más antiguos cambiaron la idea de un inmenso techo en forma de bóveda que cubría la Tierra. Conocemos la existencia de galaxias cuya distancia se mide en años luz.

Los libros científicos publicados hace sólo dos años ya se han quedado anticuados. Las marcas de los deportistas que supuestamente demostraron los límites de nuestras proezas físicas se superan cada dos por tres.

Lo que significa esto es que no existen límites para nuestro potencial como personas, como entidades colectivas y como individuos. En gran medida es así porque emanamos de la abundancia ilimitada de la intención. Si la cara de la fuerza de la intención es una abundancia ilimitada, sabemos que lo mismo ocurre con nuestro potencial para manifestar y atraer cualquier cosa a nuestra vida. La cara de la abundancia no tiene límite alguno. Imagínate la inmensidad de los recursos a partir de los cuales son creados todos los objetos. Después reflexiona sobre el recurso que destaca por encima de todos los demás: tu mente y la mente colectiva de la humanidad. ¿Dónde empieza y dónde termina tu mente? ¿Cuáles son sus límites? ¿Dónde está situada? Y más importante aún, ¿dónde no está situada? ¿Nace contigo o existe antes de que seas concebido? ¿Muere contigo? ¿De qué color es? ¿Qué forma tiene? Todas las respuestas están contenidas en dos palabras: abundancia ilimitada. Tú fuiste creado por esa ilimitada abundancia.

La fuerza de la intención está en todas partes, y es la que permite que todo se manifieste, aumente y provea infinitamente.

Has de saber que estás conectado con esa fuerza vital y que la compartes con todos y con todo lo que, según percibes, te falta. Ábrete a la expresión de la cara de la abundancia ilimitada y así contribuirás a crear tu vida como te gustaría que fuera. Como ocurre tantas veces, los poetas son capaces de expresar con unas cuantas palabras lo que a nosotros nos resulta tan difícil comprender. He aquí lo que nos dice Walt Whitman en «Canto a mí mismo». Al leer este poema, sustituye Dios por la cara de la abundancia infinita para hacerte una idea de lo que es la fuerza de la intención.

Oigo y contemplo a Dios en todo objeto, mas a Dios no comprendo... .

Veo algo de Dios cada hora de las veinticuatro y a cada momento, en fin, en las caras de hombres y mujeres veo a Dios, y en mi cara ante el espejo.

Encuentro cartas de Dios en la calle, todas con la firma de Dios, y las dejo donde están tiradas, pues sé que allí a donde vaya llegarán otras puntual y eternamente.

No hay que comprenderlo intelectualmente. Basta con saber silenciosamente y continuar viviendo con la conciencia de esta cara de la abundancia interminable.

orn27. La cara de la receptividad.
Así imagino yo la séptima cara, la cara receptiva de la intención. Sencillamente, es receptiva a todo. No rechaza ni a nadie ni nada.

Acoge a todos y a todo ser viviente, sin enjuiciar nada, sin conceder la fuerza de la intención a algunos mientras que se la niega a otros. Para mí, la cara receptiva de la intención significa que la naturaleza entera está a la espera de entrar en acción. Sólo se necesita estar dispuestos a reconocer y recibir. La intención no puede responderte si tú no logras reconocerla. Si ves que la casualidad y la coincidencia rigen tu vida, la mente universal de la intención no te parecerá sino una amalgama de fuerzas carentes de orden y poder.

En términos más sencillos, no ser receptivo significa negarte a tí mismo el acceso a la fuerza de la intención. Para utilizar la receptividad global de la intención has de producir en tu interior una inteligencia que iguale en afinidad a la mente universal. No solo debes ser receptivo a la orientación que se te ofrece para manifestar tus intenciones humanas, sino ser receptivo a devolver esa energía al mundo. Como he dicho tantas veces en mis discursos y en mis libros anteriores, tu tarea no consiste en decir cómo sino en decir sí: «Sí, estoy dispuesto. Sí, sé que la fuerza de la intención es universal. No se le niega a nadie». El rostro de la receptividad me sonríe, ya que lo que necesito fluye desde la Fuente hasta mí, y la Fuente es receptiva a que me conecte a ella para contribuir a crear libros, discursos, vídeos, audios y todas las demás cosas qué he tenido la suerte de añadir a mi curriculum. Al ser receptivo estoy en armonía con la fuerza de la intención, de la fuerza creativa universal, algo que funciona de muy diversas maneras. Verás que en tu vida aparecen como por arte de magia las personas adecuadas, que tu cuerpo se cura, y, si es algo que deseas, incluso descubrirás que bailas mejor, que juegas mejor a las cartas o que se te dan mejor los deportes. El campo de la intención permite que todo adquiera forma y su potencial ilimitado se incorpora a cuanto se ha manifestado incluso antes de que se expresaran los primeros dolores del parto.

En este capítulo he hablado de mi concepto de las siete caras de la intención. Son la creatividad, la bondad, el amor, la belleza, la expansión, la abundancia infinita y la receptividad hacia todo y todos podemos conectarnos con este seductor campo de la intención. A continuación presento cinco sugerencias para poner en práctica los mensajes esenciales de este capítulo.

 

Cinco consejos para poner en práctica las ideas de este capítulo

1. Visualiza la fuerza de la intención. Invita a tu visualización del campo de la energía, que es la fuerza de la intención, a que aparezca en tu mente. Sé receptivo a lo que aparece mientras visualizas tu concepto de este campo de energía. Aun sabiendo que es invisible, cierra los ojos y ve las imágenes que recibes. Recita las siete palabras que representan las siete caras de la intención: creatividad, bondad, amor, belleza, expansión, abundancia y receptividad. Memoriza esas siete palabras y sírvete de ellas para armonizar con la fuerza de la intención mientras la visualizas. Recuerda que cuando te sientes o te comportas en contradicción con las siete caras de la intención te desconectas de la fuerza de la intención. Deja que las siete palabras decoren tu visualización de la fuerza de la intención y notarás un cambio de perspectiva en cuanto recuperes la conexión con ella.

2. Refleja. Un espejo refleja sin distorsiones ni enjuiciamientos. Imagínate como un espejo y refleja lo que llega a tu vida sin juicios de valor ni opiniones. Mantente independiente de cuantos lleguen a tu vída, no exigiendo que se queden, se vayan o aparezcan a tu antojo. Desiste de juzgarte a ti misino y a los demás por ser demasiado gordo, demasiado alto, demasiado rico.., demasiado lo que sea. Si la fuerza de la intención te acepta y te refleja sin juicios ni compromisos, intenta tú ser igual con lo que aparece en tu vída. Sé como un espejo.

3. Espera la belleza. Esta sugerencia supone que esperes la llegada a tu vida de la bondad y el amor junto con la belleza amando profundamente, a ti mismo y lo que te rodea, y mostrando veneración por la vida entera. Siempre hay algo bello que puedes experimentar, estés donde estés. Mira a tu alrededor en este mismo momento y elige la belleza como centro, algo que es completamente distinto de la atención que normalmente prestas a tantas maneras de sentirte herido, enfadado u ofendido. Esperar la belleza te ayuda a percibir la fuerza de la intención en tu vida.

4. Medita sobre la valoración. Aprecia la energía que compartes con todos los seres vivos ahora y en el futuro, e incluso con los que han existido antes que tú. Siente la oleada de esa fuerza vital que te permite pensar, dormir, moverte, digerir e incluso meditar. La fuerza de la intención responde a la estima que le demuestras. La fuerza vital que existe en tu cuerpo es clave para lo que deseas. Al estimar tu fuerza vital como representación de la fuerza de la intención te recorre una oleada de decisión y saber. La sabiduría de tu alma al responder a tu meditación sobre la estima asume el mando y sabe qué pasos hay que dar.

5. Disipa la duda. Cuando se disipa la duda, florece la abundancia y todo es posible. Todos tendemos a utilizar nuestros pensamientos para crear el mundo que elegimos. Si dudas de tu capacidad para crear la vida que te propones rechazas la fuerza de la intención. Incluso cuando nada parece indicar que estés logrando lo que deseas en tu vida, niégate a albergar dudas. Recuerda que la correa del trolebús de la intención te está esperando para que flotes y te dejes llevar. En palabras de Shakespeare: «Las dudas son traidoras y nos hacen perder el bien que podríamos obtener por el temor a intentarlo». Y Ra mana Maharshi observa lo siguiente: «Las dudas surgen debido a la falta de entrega». Muy bien podría suceder que decidieras dudar de lo que te dicen los demás o de lo que experimentas con tus sentidos, pero debes disipar las dudas cuando se trata de saber que hay una fuerza universal de la intención que te proyectó y te trajo aquí. No dudes de que fuiste creado de un campo de energía al que siempre tienes acceso.

En el siguiente capítulo expondré unos métodos, que quizá parezcan un tanto insólitos, para perfeccionar el vínculo de conexión entre la persona y ese fascinante campo de energía que llamamos «intención».

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"El poder de la intención"

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