web
analytics
Estadísticas
 
 
 

MANOS QUE CURAN

QUINTA  PARTE

CURACIÓN ESPIRITUAL

 

Introduccion


SU CAMPO ENERGÉTICO ES SU INSTRUMENTO
 


BARBARA ANN BRENNAN

 


“Haráis milagros todavía mayores que éstos”. Jesús

Introducción
SU CAMPO ENERGÉTICO ES SU INSTRUMENTO

Ahora que ya tenemos una idea formada sobre lo que es la curación desde los niveles personal, humano, cien- tífico y espiritual, procedamos a explorar las diversas técnica- curativas que he podido conocer a través de mis largos años de práctica.
Como ya se ha dicho, la curación empieza por uno mismo.

El primer requisito previo de cualquier sanador es elcuidado de su propia persona. Si se dedica a la curación y no se cuida a sí mismo, probablemente enfermará con mayor rapidez que en cualquier otra circuns tancia.

 

Ello es debido a que la curación requiere una enorme cantidad de trabajo procedente del propio campo energético, además de la importancia que tiene para la vida
de uno. Lo que quiero decir con esto es que además de mantenerle sano y equilibrado, su campo será utilizado como conducto para las energías curadoras que necesiten otros. Puede que su campo no precise ne- cesariamente las energías que transmitirá usted, pero deberá transmitirlas de todos modos. Para que pueda transmitir a la frecuencia requerida para la curación, es necesario que el campo vibre en dicha frecuencia, o en una armónica. Así, para poder proporcionar la curación, usted tendrá que activar su campo como si fuera una montaña rusa; deberá variar constantemente su frecuencia vibratoria. Tendrá que transmitir continuamente distintas intensidades de luz. Esto le afectará. Será bueno en el sentido de que acelerará su propio proceso de evolución, porque los cambios de frecuencia e intensidad romperán sus pautas normales de retención y li- berarán los bloques de su campo. Puede quedar agotado si no se mantiene usted en condiciones óptimas. Al curar, usted no genera la energía que transmite, sino que, en principio, debe elevar su frecuencia hasta la que necesite el paciente, para atrapar así la energía procedente del campo energético universal. Esto se denomina inducción armónica y exige un alto grado de energía y enfoque. Tan pronto como su tensión energética sea más elevada que la del paciente empezará a transmitirla. Sin embargo, si intenta curar estando muy cansado, la tensión que pueda producir será más débil que la del paciente. La corriente fluye desde la tensión alta a la baja, por lo que usted podría recoger energías negativas patológicas de sus pacientes. Si usted goza de buena salud, su sistema las despejará energizándolas o repeliéndolas. Si se encuentra agotado, puede que le cueste más tiempo deshacerse de las bajas energías que ha recogido. Si previamente tiene tendencia hacia una enfermedad determinada, puede que ello empeore su propio estado. Por otra parte, si se cuida a sí mismo, la curación de alguien que tenga esa misma enfermedad hacia la que atiende usted puede ser de gran ayuda para que aprenda a generar las frecuencias necesarias para su autocuración.
En uno de los estudios realizados por Hiroshi Motoyama se medía la fuerza de las líneas de acupuntura de un especialista en esta técnica y de su paciente antes y después de la sesión de curación. En muchos casos, las líneas del sanador correspondientes a un órgano determinado eran bajas después de la curación, aunque re- cuperaban su fuerza original transcurridas unas horas. Motoyama demostró también que, por lo general, el meridiano del corazón del sanador era más fuerte después de la sesión de curación, lo que indica que siempre
se empleaba en ésta el chakra cardiaco, como se ex pondrá en los capítulos que siguen.

En la próxima sección me propongo describir las téc nicas curativas para las distintas capas del aura, presentar algunos ejemplos de curaciones y explicar de la forma más detallada posible las técnicas que han de aplicarse
a la autocuración del sanador.
 

 

 El Místico en tus favoritos  El Místico como tu página de Inicio  
 
 

 
 

 
         
         
       
       
       
Conferencias Místicas