Por la
venerable monja
Sangye Khadro
Que
todos los seres tengan la felicidad y sus causas
Que
todos los seres estén libres del sufrimiento y de sus causas
Que
ningún ser sea separado del gozo que no tiene aflicción
Que
todos los seres vivan en ecuanimidad, libres de preferencias, apego y enojo.
CÓMO DESARROLLAR UN CORAZÓN
BONDADOSO
Introducción
¿Quieres ser feliz? ¿Quisieras tener una vida sana y
satisfactoria? Esta no es una propaganda de un nuevo y maravilloso producto para
la salud sino un estímulo para que seamos más bondadosos y amorosos.
Todos quieren ser felices y tener buena salud, pero
nadie se da cuenta que la bondad amorosa es un ingrediente esencial para
lograrlos. ¿El motivo? La bondad amorosa nos libera del estar centrados en
nosotros mismos y de nuestra importancia personal, los que perturban nuestra paz
mental. El egocentrismo es la causa de problemas tales como el odio hacia los
enemigos, la envidia por los rivales y el apego aferrado a familiares y amigos.
Si estas actitudes mentales perturbadoras no son tratadas pueden conducir
incluso a enfermedades físicas. La bondad amorosa nos ayuda a superar estos
problemas y sienta las bases para tener buenas relaciones tanto con los amigos
como con los enemigos.
Un corazón que es bondadoso y amoroso valora más a
las personas que a las cosas. En lugar de estar buscando la felicidad solamente
a través del trabajo, el conocimiento, los bienes de consumo, el sexo, los
viajes, los entretenimiento o los deportes, dedicamos más energía de nuestras
vidas a las personas. Gastamos nuestro tiempo con ellas, escuchándolas cuando
quieren hablarnos y compartiendo con ellas nuestros propios pensamientos y
sentimientos. De esa manera nuestras relaciones se hacen más cercanas y
profundas. Por otro lado, sean cuales sean los títulos que tengamos, lo ricos
que seamos o lo que sea que hayamos subido en la escala social, no podremos ser
felices de verdad si no sabemos como dar y recibir amor.
Uno podría decir, "sí, sé todo eso, quiero ser
bondadoso y amoroso pero es tan difícil". Esto es cierto, el egoísmo, el
enojo y otras emociones de este tipo surgen tan fácilmente como corre el agua
descendiendo por una colina. Pero ser una buena persona resulta tan difícil
como empujar una roca colina arriba. Bueno ¿y quién dijo que esto tuviera que
ser fácil?
La bondad amorosa es difícil pero no imposible.
Podemos cambiarnos a nosotros mismos. Cuando joven yo no sabía como entenderme
con las demás personas. Era malgeniada, actuaba egoístamente y sufría mucho
porque tenía pocos amigos. Hubiera querido ser como mis compañeras de colegio
que eran alegres, amistosas y amables, pero parecía que yo estaba condenada a
ser intratable y a estar siempre quejándome.
Más tarde descubrí el Budismo el cual no sólo decía
que debíamos ser amables, sino que también enseñaba cómo llegar a serlo. Las
enseñanzas de Buda dan a conocer un rico arreglo de métodos (diferentes tipos
de meditación, prácticas de purificación y oraciones devocionales) los cuales
pueden ser utilizados para liberarnos de actitudes negativas como la ira y el
egoísmo, desarrollando a cambio, posturas positivas como son la bondad amorosa
y la compasión. Mi experiencia me ha demostrado que estos métodos son
efectivos. No es que mi ira o mi egoísmo hayan desaparecido del todo! Ellos
siguen apareciendo, pero con mucha menos frecuencia que antes y más a menudo se
manifiesta el buen corazón.
Algunas personas nacen con abundancia de buenas
cualidades: son amables, pacíficas, respetuosas, consideradas con las demás y
se deleitan realizando buenas acciones. Ellas son así porque en sus vidas
anteriores se familiarizaron con estas cualidades. En la actualidad todos
tenemos muchas cualidades positivas pero en algunos de nosotros no están tan
desarrolladas. Esta es la razón por la cual en el Budismo nos entrenamos en
pensar y actuar de manera amable y considerada. Entre más practiquemos ser
buenas personas y ser de utilidad a los otros con mayor naturalidad surgirán
espontáneamente en nosotros estas buenas cualidades. Es como aprender a tocar
el piano, entre más practiques mejor lo tocas.
Una de las maneras más efectivas para desarrollar un
buen corazón es la contemplación de los Cuatro Pensamientos Inconmensurables,
a saber: el amor, la compasión, el gozo compasivo y la ecuanimidad. Se les
llaman "inconmensurables" porque se extienden hacia todos los seres
los cuales son incontables y porque además, cuando los desarrollamos creamos
una vasta energía positiva purificando una cantidad inmensa de energía
negativa. Son también llamados los "Cuatro Estados Sublimes" porque
al desarrollarlos en nuestras mentes nos hacen similares a los sublimes Budas, a
los Bodisatvas y a los Arhats que están por encima del apego y de la aversión.
Los cuatro pensamientos inconmensurables están expresados en la siguiente oración:
Que todos los seres tengan
la felicidad y sus causas;
Que todos los seres estén
libres del sufrimiento y de sus causas;
Que ningún ser sea
separado del gozo que no tiene aflicción
Que todos los seres vivan
en ecuanimidad, libres de preferencias, apego y enojo.
Si recitamos despacio y con sinceridad esta oración
una o varias veces en el día y reflexionamos sobre su significado, podremos
desarrollar un corazón amable hacia todos los seres. Vamos pues enseguida a
mirar, qué significan cada uno de estos Pensamientos Inconmensurables.
1.
EL AMOR INCONMENSURABLE
Que
todos los seres
tengan
la felicidad
y
sus causas
¿Cómo es que llegamos a amar a otra persona? ¿Qué
se requiere para que el amor surja en nuestro corazón? No me estoy refiriendo a
esa clase de amor en la cual caemos cuando conocemos a una persona atractiva,
simpática o sensual. Esa clase de amor podría no llegar lejos ni durar por
mucho tiempo, de hecho podría desaparecer con el primer desacuerdo!
La clase de amor que supone el Amor Inconmensurable es
el genuino sentimiento de cuidar y respetar a los demás. Deseamos que ellos
sean felices y que puedan obtener todo lo necesario para que sus vidas sean
saludables y plenas. También puede ser llamado bondad amorosa.
Son varios los factores que hacen surgir dicho amor.
Uno es darnos cuenta del papel importante que las personas desempeñan en
nuestras vidas. A manera de ejemplo, amamos a nuestros padres porque nos dieron
la vida y nos dieron el alimento, el abrigo, el amor y la protección que
nosotros necesitábamos. Ellos nos consuelan cuando nos sentimos tristes o
asustados y si estamos enfermos nos brindan sus cuidados. También amamos a
otros miembros de nuestra familia y a nuestros amigos porque con ellos
compartimos las alegrías y las tristezas de la vida. Amamos a nuestros maestros
porque de ellos aprendemos el conocimiento y las habilidades para poder vivir y
manejar los desafíos de la vida.
Pero, ¿amamos al chofer del autobús que nos lleva
todos los días al trabajo o al colegio? Ustedes podrían decir que estoy
bromeando, "no le conozco, él es un extraño!" Pero recordemos que el
amor es un sentimiento de ser amables y cuidar a los otros. Amar a alguien no
necesariamente implica tener una relación cercana. Significa que esa persona
nos importa, que apreciamos lo que ella hace por nosotros y que le deseamos
felicidad.
Son muchas las personas que contribuyen a nuestro
bienestar sin que nosotros seamos conscientes de ello. Si pensamos acerca de lo
que han hecho por nosotros, podremos sentir bondad amorosa hacia ellos. Por
ejemplo, la comida y la bebida que consumimos cada día nos llegan gracias al
esfuerzo de los campesinos, de los transportadores, de los trabajadores en las
empresas y de quienes laboran en las tiendas. Las casas, los colegios, las
oficinas, los centros comerciales y las carreteras fueron construidos por
obreros. Son muchas las personas que trabajan para proveernos de agua, luz eléctrica
y servicios públicos. Otros confeccionan nuestra ropa y hacen nuestros muebles,
los libros, la música y los cines que nos divierten, así como todos los
aparatos que simplifican nuestra vida. En síntesis, todo lo que tenemos, usamos
o gozamos, llega a nosotros por otras personas.
Otros seres nos son también importantes desde el punto
de vista de nuestro desarrollo espiritual. ¿Cómo podemos practicar la ética
(dejar de matar, robar, etc.) sin la existencia de seres a quienes podríamos
matar o robar? ¿Cómo cultivar la generosidad si no hubiesen personas
necesitadas? Incluso los enemigos son importantes porque incitan nuestra ira dándonos
así la oportunidad de trabajar la paciencia, una de las más valiosas
cualidades del sendero espiritual. Estas ideas provienen de una meditación
conocida como, "Recordando la Bondad de los Demás" y ésta es uno de
los mejores métodos para desarrollar el amor inconmensurable.
Otro lugar que da lugar al amor inconmensurable, es
darnos cuenta que todos los seres son lo mismo, en cuanto que quieren la
felicidad y no quieren el sufrimiento. Para esto existe una meditación llamada
"La igualdad de uno y los demás". Uno piensa, "de la misma
manera como yo quiero permanecer vivo y ser feliz, igualmente todos los otros
quieren lo mismo. Así como yo no deseo tener dolor ni tener problemas, nadie
tampoco quiere tenerlos". Este pensamiento puede utilizarse para superar el
miedo o la aversión hacia personas que nos parecen extrañas o que se compartan
mal. Nos ayuda a comprender que en esencia, ellos son tal cual como somos
nosotros.
Más aún, todo ser tiene la naturaleza del Buda, el
potencial para ser libre e iluminarse. Incluso aquellos que no viven éticamente
y hacen muchas acciones malas tienen un naturaleza pura y buena y les llegará
el día (tal vez luego de muchas vidas) en que obtendrán la iluminación. Si
podemos aceptar esas ideas y las mantenemos presentes siempre que nos
encontremos a otro ser viviente, entonces en lugar de sentir, "tú eres
diferente a mí" sentiremos "tú eres como yo soy" y la bondad
amorosa emergerá en forma natural.
El amor también incluye desear que todos tengan las
causas de la felicidad. Esto significa que deseamos que ellos cultiven actitudes
sanas y positivas y un comportamiento acorde. Si les damos dinero, comida y
somos amables, éstos satisfarán sus necesidades del momento, pero no asegurarán
su felicidad futura. Una persona podrá tener aquí y ahora, todo lo que
necesita para ser feliz, pero si no vive en forma ética y a cambio actúa haciéndose
daño a sí mismo y a los demás, lo que le esperará en el futuro será
sufrimiento y ausencia de felicidad. De allí que también necesitemos ayudar a
las personas para que creen las causas de la felicidad y eviten las causas del
sufrimiento.
El amor que desarrollamos debe ser puro y libre de egoísmo,
sin que esperemos nada a cambio. El amor puro es similar al amor que una madre
siente por su hijo. Cuando el niño es joven la madre se siente feliz de poder
ayudarle en todas sus necesidades aun cuando el niño no pueda darle mucho a
cambio. Por otro lado, si amamos a las personas sólo mientras ellas son amables
con nosotros, pero dejamos de amarlas cuando dejamos de obtener lo que queremos,
nuestro amor no será puro sino que estará mezclado de apego y egoísmo. Este
amor se llama "amor condicionado" porque supone exigencias y
expectativas. Entre menos centrados estamos en nosotros mismos, más puro e
incondicional será nuestro amor.
El amor puro también trasciende barreras. No está
bien pensar, "amo a mis hijos pero no a los otros niños" como
tampoco, "amo a la gente de mi país pero no a los de otros". No será
bueno pensar, "soy un budista y por consiguiente amo a los budistas mas no
a los cristianos o a los musulmanes" como tampoco, "seré amable con
los humanos pero no con los animales ni los insectos". Amar y ayudar sólo
a los de nuestra raza, religión, sexo o país es limitarnos. Si le negamos así
sea a un solo ser nuestro amor, este no se ha desarrollado del todo, no es
inconmensurable amor.
Nos puede preocupar que tengamos suficiente amor para
nuestra familia y amigos pero no tenerlo para cada uno de los seres vivientes!
Si trato de amarlos a todo quedaré exhausto! Pero no es necesario que nos
preocupemos al respecto. El amor es una energía inagotable. Aprender a ser más
amoroso es como descubrir en nosotros una fuente inagotable: no importa cuanto
amor demos siempre brotará más. Son nuestro egoísmo y nuestra limitadas
formas de pensar las que constriñen el flujo del amor. En la medida en que los
vayamos disminuyendo nuestra habilidad para amar aumentará.
También debemos cuidarnos y evitar la situación
opuesta: desarrollar la bondad amorosa hacia todos los seres y pasar por alto a
los que tenemos cerca. A veces sucede que tenemos una meditación muy calmada
sobre el amor hacia todos los seres pero tan pronto terminamos de meditar
tratamos con rudeza a nuestros familiares, amigos o colegas. Para desarrollar
nuestra práctica del amor en forma apropiada debemos comenzar con las personas
con quienes vivimos y con quienes compartimos diariamente. Gradualmente iremos
extendiéndonos a otro seres a lo largo y ancho del planeta, a seres de otros
reinos y de galaxias distantes!
2. LA COMPASION INCONMENSURABLE
Que
todos los seres
estén
libres del sufrimiento
y
de sus causas
La compasión y el amor difieren levemente. El amor
quiere que los otros seres sean felices mientras que la compasión quiere que
los demás no tengan dolor, ni problemas ni desdicha. El amor proviene de
apreciar la bondad de los otros o simplemente de respetarlos como nuestros
semejantes, mientras que la compasión proviene de darnos cuenta de su
sufrimiento. Las bases de nuestra compasión son nuestras propias experiencias
de sufrimiento. Sabemos qué es estar enfermo o sentir dolor; estar solo o que
hayan herido nuestros sentimientos con un comentario duro; o también sentir
temor a lo desconocido o estar en duelo por la muerte de un ser amado. Cuando más
tarde, nos enteramos que otras personas están viviendo los mismo, se abre
nuestro corazón con un sentimiento de empatía y un deseo de ayudar. Esto es la
compasión.
Debemos establecer la diferencia entre la compasión
verdadera y la "compasión idiota". A veces reaccionamos
exageradamente en forma emocional al ver el sufrimiento. Nos embargamos tanto
que lloramos sin cesar, nos desmayamos o nos horrorizamos y salimos corriendo.
Nuestro corazón puede haber sido tocado por la compasión, pero nuestras
emociones están tan fuera de nuestro control que no podemos hacer nada para
ayudar. En otras ocasiones podríamos hacer algo al respecto, pero dado que no
tenemos una comprensión correcta del problema o de la persona que lo está
viviendo, nuestra "ayuda" sólo empeora las cosas. Estos son ejemplos
de la "compasión idiota".
La compasión verdadera balancea la preocupación
amorosa con la sabiduría clara. Esta sabiduría nos permite permanecer en calma
y pensar con claridad cuál es la mejor forma de ayudar sin que seamos abrumados
por nuestras emociones. Por ejemplo, si de repente se enferma algún familiar o
tiene un accidente, necesitamos actuar rápidamente y con objetividad para poder
aliviar su sufrimiento, sin que caigamos en nuestros propios temores, ansiedad o
angustia.
Cuando se nos presenta la oportunidad de ayudar a
alguien que está sufriendo mentalmente, necesitaremos todavía más sabiduría
y habilidad. Digamos por ejemplo, que un amigo viene a nosotros contrariado
porque su novia le ha rechazado. Compasivos, le escuchamos su sufrimiento y su
enojo, simpatizamos con él y le ofrecemos palabras amables de consuelo. Pero no
estaría bien pensar que vamos a resolver el problema por él, o que nos
enojemos o que nos deprimamos tal cual él lo está. En cambio hemos de utilizar
nuestra sabiduría y nuestros medios hábiles para que pueda arreglar sus
problemas. Por ejemplo, podríamos explicarle que no sirve para nada enojarse y
estar con ganas de vengarse y que estas actitudes sólo van a aumentar su
sufrimiento. El puede intentar arreglar las cosas con su novia, pero si ve que
es inevitable el rompimiento es mejor para él que acepte lo sucedido, que
perdone, olvide y siga adelante con su vida. Durante nuestra conversación
debemos tratar de estar calmados, mostrarle nuestro interés escuchándole con
atención, evitar darle sermones o consejos no pedidos y pensar con claridad
cual es la mejor forma para ayudarle a que él encuentre la mejor solución para
su problema. Si así podemos balancear compasión con sabiduría se sentirá
mejor y podremos salir de allí sin llevar a cuestas su problema.
Es más fácil que sintamos compasión hacia unos que
hacia otros. Esto se debe sólo a que nuestra idea de cómo sufren los seres es
limitada. Por ejemplo, sentimos compasión natural al ver un mendigo o a una
persona incapacitada pero si a quien vemos es a una señora muy bien vestida
manejando un Mercedes lo que seguramente sentiremos será envidia y no compasión.
Esto sucede porque no nos damos cuenta que ella también sufre. A nivel físico
ella tiene un cuerpo que experimenta hambre, sed, calor, frío y cansancio; ella
se enferma, envejece y algún día morirá. A nivel mental es probable que tenga
más sufrimiento que alguien que es pobre. Tiene que preocuparse por como
mantener su dinero, su posición y su encantadora imagen. Es posible también
que tenga problemas con su marido, con su novio, con sus padres o con otros
miembros de su familia. Quizás tenga un jefe malgeniado o empleados que no
colaboran y rivales celosos tratando de hacerle daño. ¿Sería sabio que envidiásemos
a una persona así? Más aún, esta señora, como nos pasa a todos nosotros, está
atrapada en el ciclo de la muerte y el renacimiento. La compasión desea no sólo
que todo los seres se liberen del sufrimiento sino también de las causas del
mismo, es decir, el karma y las actitudes perturbadoras que nos mantienen en
este ciclo, el samsara.
Si queremos envidiar a alguno, ¿por qué no enviar más
bien a los Budas y a los Arhats que están libres de la muerte y del
renacimiento, libres de todo el sufrimiento y de sus causas? Todos los demás
tienen problemas, incluso los más ricos, incluso los seres de los reinos
celestiales más altos y por dicha razón todos merecen nuestra compasión.
La compasión hace que dejemos de dañar a otros.
Cuando vemos una cucaracha en la cocina nuestro primer impulso será estriparla.
Pero detengamos y pensemos, "este es un ser viviente que dado su karma poco
afortunado ha nacido en el cuerpo de una cucaracha, viviendo en lugares sucios,
comiendo basura y tratando de evitar ser aplastada de un zapatazo o de ser
aniquilada con un insecticida. Ella quiere permanecer viva tanto como yo lo
deseo. Además, yo podría ser como ella en mi próxima vida". Con esta
comprensión es más posible que la dejemos vivir. Si no la queremos en nuestra
cocina, atrapémosla en una vasija y saquémosla de la casa.
¿Cómo poder sentir compasión por alguien que nos
hace daño a nosotros o que daña a alguien a quien nosotros amamos? La compasión
requiere que comprendamos la situación en que se encuentran los demás. Nos
pide que nos pongamos en los zapatos de los otros, ¿qué está pensando?, ¿qué
está sintiendo?, ¿qué hace que se comporte de esa manera? Al hacerlo así,
con nuestro corazón abierto, veremos que la otra persona es infeliz, que no
controla su mente sino que está siendo dominada por sus propios engaños los
que sólo le causan sufrimiento. Esto nos ayudará a comprender que es más
apropiado responder con paciencia serena y no con ira y deseo de vengarse.
Ser compasivos no significa que tengamos que ser
pasivos o débiles y decir, "sí" siempre que nos pidan algo o que nos
pidan que hagamos algo. Si sentimos que lo que nos piden es irrazonable, que no
lo podremos realizar, o si vemos que la persona quiere utilizarnos para sus
propios fines egoístas estará bien decir "no". De igual manera estará
bien que respondamos en voz alta o que tomemos alguna acción en contra cuando
nos hacen daño a nosotros o a otros, siempre y cuando lo hagamos con compasión
y no con ira o agresión.
Si pensamos que una actitud compasiva no vengativa es
un signo de debilidad, pensemos que algunas de las grandes figuras espirituales
del pasado nos mostraron lo contrario con su ejemplo. Es el caso de Shakyamuni
Buda quien con su bondad amorosa superó las fuerzas negativas que trataban de
perturbarle el día de su iluminación. Jesucristo lleno de compasión perdonó
a los hombres que le habían torturado y asesinado. Mahatma Gandhi y sus
seguidores, ganaron la independencia de la India con actividades no violentas aún
a riesgo de ser asesinados o de ser llevados a prisión. Ellos nos mostraron con
sus actos, que enfrentar el daño y la injusticia con una no violencia
compasiva, es mucho más noble y valiente que devolver con pelea.
3. EL GOZO INCONMENSURABLE
Que
ningún ser
sea
separado del gozo
carente
de aflicción
El gozo inconmensurable es desearle a todos los seres
que tengan la felicidad pura no sólo en esta vida sino también en el futuro.
Deseamos que mientras estén en la existencia cíclica tengan renacimiento en
estados afortunados como humanos, como devas (seres celestiales) o en reinos
puros. Más allá de esto, anhelamos que ellos obtengan la paz y la felicidad
sublimes de la liberación, nunca más teniendo que sufrir la muerte y el
renacimiento. Para poder obtener esto, ellos tienen necesariamente que seguir el
Sendero de la Liberación consistente en la ética, la concentración y la
sabiduría. De allí que deseemos que todos los seres aprendan, comprendan y
practiquen el Dharma, el Sendero.
Gozo significa también deleitarse con los éxitos de
los demás, con sus cualidades y sus acciones positivas. Por ejemplo,
participamos de la felicidad de amigos y familiares cuando aprueban sus exámenes,
ganan competencias, son promovidos en el trabajo o les nace un hijo. También
admiramos aquellos que trabajan fuertemente para ayudar a los demás o a quienes
avanzan en su práctica espiritual. Esta actitud se conoce como el
"regocijo" y es el mejor antídoto contra la envidia.
La envidia (celos) es un sentimiento muy doloroso que
nos pone tensos y nos cierra a los demás. No podemos estar felices cuando
sentimos envidia. Por otro lado, regocijarse es un bello sentimiento de
participación con la alegría y el éxito de los otros. Nos acerca a ellos.
Mientras que los otros celebran los celos nos destruyen, nos hacen sentirnos
miserables; pueden llevarnos a actuar de manera infantil atrayendo hacia
nosotros la crítica en lugar del respeto que buscamos.
¿Cómo podemos superar nuestros celos? Podemos razonar
con nosotros mismos pensando de la siguiente manera: "todo lo que sucede es
debido a causas y a condiciones. Si a fulanito de tal le fue mejor en el examen
o en la prueba, fue quizás porque estaba mejor preparado o fue más
disciplinado. Pudo ser también que tiene una mayor habilidad natural lo cual se
debe a karma de vidas pasadas. Él antes debió haber creado las causas para su
éxito de ahora".
El karma es el causante de las diferencias en
inteligencia, belleza, salud, talento y personalidad. Si nos hacen falta ciertas
cualidades es porque fallamos al no poder cultivarlas en vidas pasadas. Sentir
envidia no cambiará nada. Pero si podemos aceptarnos a nosotros mismos con
nuestras faltas y limitaciones y luego nos dedicamos a trabajar por el auto
mejoramiento, las cosas cambiarán para nuestro bien. De hecho, regocijarse nos
ayuda para que dicho cambio se dé. Apreciar las buenas cualidades y acciones de
los otros es motivarnos a ser como ellos. Cuando sentimos, "qué
maravilloso si yo pudiese hacer lo que él está haciendo" mentalmente nos
estamos encaminando hacia dicha dirección. Pero todavía hay más, el regocijo
es una actitud positiva que siembra semillas buenas en la mente y eso es
precisamente lo que necesitamos para ganar cualidades y éxito en el futuro.
4.
LA ECUANIMIDAD INCONMENSURABLE
Que
todos los seres
vivan
en la ecuanimidad,
libres
de preferencias,
apego
y enojo.
La ecuanimidad es una actitud que implica sentir un
respeto y una preocupación iguales hacia cada uno de los seres,
independientemente de la relación que ellos tengan con nosotros. Con esta oración
deseamos que todos los seres desarrollen este estado de ecuanimidad, pero
hablando en términos prácticos, tenemos que empezar por lograrlo en nosotros
mismos. Esto requiere que vayamos superando en forma gradual las tres actitudes
que corren en sentido contrario a la ecuanimidad y que son: el apego posesivo,
la indiferencia que no toma en cuenta, y el enojo y el deseo de hacer daño.
Una de las mejores maneras de superar el apego posesivo
hacia los que amamos es reflexionar acerca de la no permanencia; todo cambia,
nada permanece por siempre. Algún día la muerte nos separará de aquellos que
amamos. La separación puede darse incluso antes de la muerte cuando por
ejemplo, nos vemos forzados a irnos y vivir en el extranjero o cuando tenemos
una pelea y terminamos uno y otro odiándonos.
Entre más apegados estemos, más dolor y tensión
sufriremos cuando se dé la separación. Por esto es sabio dejar el apego lo
cual no significa dejar de amar! Podemos amar a las personas sin estar apegados
a ellas, si vivimos con la conciencia de nuestra inevitable separación. Podemos
quererles y cuidarles en el presente, pero al mismo tiempo podemos estar
preparados para despedirnos de ellas cuando el momento llegue.
Para superar la indiferencia que no toma en cuenta a
los extraños (aquellos que no son nuestros amigos ni nuestros enemigos) podemos
meditar en las mismas meditaciones utilizadas para generar el gozo
inconmensurable como son pensar en la bondad de los otros. Podríamos
considerarlo así: "sin los demás no tendríamos comida, ni vestido, ni
abrigo ni servicios públicos. Sin los otros no podríamos desarrollar la ética,
la generosidad, la paciencia y las demás cualidades positivas necesarias para
el crecimiento espiritual. Sin los demás mi vida estaría vacía y carente de
sentido".
Es también bueno reflexionar que el extraño no tiene
que seguir siéndolo siempre. Cuando un desconocido nos ayuda o nos rescata de
un peligro se convierte en amigo para toda la vida.
Para superar la ira y el deseo de hacer daño a los
enemigos (el enemigo es alguien que nos daña o alguien que no nos gusta)
podremos reflexionar en las posibles causas y condiciones del daño que nos están
haciendo, "¿habré hecho algo para provocarle? ¿Será algún defecto en
mi personalidad que a él le disgusta? Quizás le hice daño en mi vida pasada y
ahora él me lo está devolviendo. Tal vez su mente esté siendo dominado por
los engaños y en lugar de ayudar sólo pueda actuar de esta forma. Eso, también
me pasa a mí, luego debo comprender lo que está sintiendo. Estará sufriendo
mucho y en el futuro sufrirá aún más debido al mal karma que está creando
ahora". Pensando así podremos generar compasión y aceptar tolerantemente
a nuestros enemigos.
Otra forma de desarrollar ecuanimidad es recordarnos
que nuestras relaciones actuales no durarán por siempre. De una vida a otra
vida un amigo puede volverse un enemigo, un enemigo un amigo y un extraño
cualquiera de estos dos. Incluso en esta vida nuestras relaciones pueden dar un
giro de 180 grados. Esto sucede porque nuestras mentes están poseídas por el
apego egoísta, por el enojo y por la indiferencia en lugar de por la
ecuanimidad. El darnos cuenta de esto nos lleva a generar un fuerte deseo para
que tanto nosotros como los demás vivamos en ecuanimidad.
Conclusión
Nuestra última palabra de consejo es: no olvides tener
bondad amorosa para contigo. Tú también eres un ser viviente que merece y
necesita amor y compasión. De hecho, no podrás amar de verdad a los demás
hasta que aprendas a amarte a ti mismo. Esto no significa ser egoísta ni
egotista. Significa ser un amigo de ti mismo, aceptándote como eres, con tus
faltas y tus limitaciones, sabiendo que puedes cambiar y progresar.
No sirve de nada odiarnos a nosotros porque no somos de
la manera que quisiésemos ser, como tampoco sirve golpearnos la cabeza contra
las paredes cada vez que cometemos un error. Hacer esto sólo le añade más
problemas a los que ya existen allí y no nos ayuda a mejorar. Pero si tenemos
un buen corazón hacia nosotros esto alivia el dolor de los errores y las
faltas, genera el espacio en el cual podremos crecer y sienta unas buenas bases
para las relaciones amorosas con los demás.
Sangye
Khadro |
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