Trataremos
en primer término sobre aquellos mecanismos sensorios que hacen factible la
telepatía y que todos los seres humanos poseen. Que, en segundo término,
hablaríamos sobre los motivos que los MAESTROS CÓSMICOS tienen para
comunicarse con los seres terrestres y que, en tercer punto, veríamos cómo
deben ser utilizados los mensajes recibidos por telepatía y cuál es su función
en el desarrollo de la humanidad. Empecemos, pues, hablando de aquello que los
seres humanos tienen proveído en sus diferentes vehículos para el uso
correcto de la telepatía.
En primer término aclararé el uso de la palabra vehículo. El ser humano es
ESENCIA DIVINA, una extensión de DIOS trabajando en el plano tridimensional,
una corriente de vida como diríamos en los términos de Alice Bailey.
Corriente de Vida implica un continuo de conciencia, un continuo de energía
que fluye desde el centro mismo de la creación, hasta los rincones más
apartados de manifestación. Rincones más apartados no significa lugares
distantes en espacio, significa lugares distantes en dimensiones de vibración.
El Universo no sólo es infinito en espacio y en tiempo, sino en vibración y
conciencia. Cuando hablemos de vehículo nos referimos al cuerpo de
manifestación de esa conciencia asociada a la Corriente de Vida que utiliza
en sus diferentes manifestaciones, en las diferentes dimensiones en que se
mueve. Explicado en palabras simples, diremos: Vehículo es el cuerpo a través
del cual trabaja el alma, el alma es el vehículo a través del cual trabaja
la conciencia, y la conciencia es el vehículo a través del cual trabaja la
Esencia Espiritual, y esta Esencia Espiritual no es otra que el Espíritu
Santo, manifestación Pura y Perfecta del DIOS CREADOR, no es otro que la
manifestación visible de eso que no tiene nombre.
Ahora bien, todos los seres poseen su Corriente de Vida que los enlaza a ese
GRAN SER que no tiene nombre. En estas Corrientes de Vida, en estos hilos, si
se pueden llamar de esta forma, están precisamente los mecanismos a través
de los cuales puede ser efectuada la telepatía y todas las diferentes formas
de percepción que el ser humano tiene. En los planos más materiales y
cercanos a este tridimensional, la telepatía es la facultad que tienen los
seres humanos de comunicarse por otras vías, no precisamente materiales, no a
través de lenguajes, no a través de las señas, no a través de los signos,
sino más bien a través de las mentes, o bien a través de los plexos
solares, o bien a través de las almas o de los espíritus.
Entendemos por alma, la conciencia humana viajando en su propio cuerpo de
manifestación y evolucionando a través de las diferentes encarnaciones en
diferentes cuerpos físicos. Entendemos por espíritu esa conciencia superior,
ahora conocido por muchos como la AMADA PRESENCIA. El término es similar en
la manera como vamos a manejarlo a lo largo de estas páginas.
Por otra parte, la telepatía puede ser en diferentes niveles: Telepatía
emocional, cuando el ser humano experimenta las mismas emociones que el resto
de sus congéneres, que en todo caso, sería el contacto con el inconsciente
colectivo; o bien, cuando el ser humano siente lo mismo que otra persona, en
todo caso sería una conexión entre dos seres, una pareja, madre e hijo, etc.
En esos casos, el contacto viene a través de los plexos solares.
Tenemos también la telepatía que se trabaja de mente a mente tal como la que
estamos en estos momentos practicando y existe también la telepatía entre un
grupo y un ser, entre un grupo y otro grupo, tal como la que ustedes realizan
en su trabajo sobre el Quinto Rayo.
Quiero terminar esta primera sesión simplemente informando que la telepatía
es algo que todos los seres humanos pueden tener, gracias al trabajo activo y
consciente del chakra coronario, a través del cual bajan estas irradiaciones.
Purificar el chakra coronario liberándolo de todas aquellas energías que
tienen que ver con las falsas concepciones de la vida y de la realidad humana,
es una de las tareas más importantes que todo estudiante de la verdad debiera
tener presente.
Expliqué en la sesión anterior que la personalidad juega un papel importantísimo
en toda práctica telepática. La personalidad es otro vehículo a través del
cual se manifiesta el alma en evolución, pero la personalidad es efímera tal
como lo es el cuerpo físico. La personalidad es transitoria, porque está
formada de los elementos que cada ser tomó durante su crecimiento físico. La
personalidad siendo un vehículo hasta cierto punto independiente del alma,
busca también su campo de manifestación, y siendo la telepatía por el
momento exclusiva de algunos cuantos, la personalidad no dudaría ni por un
momento en utilizar todos sus artificios para simular una facultad de que
carece. La personalidad tiene carencias porque se alimenta de todo aquello que
está fuera del ser humano.
Mediten en esto: Si el Alma se forma de las experiencias que la conciencia
vive en esta tridimensión, la personalidad lo hace de las mismas experiencias
que se reciben en esta tridimensión. Sin embargo, mientras el alma está
formada a la luz del espíritu, la personalidad lo hace a la luz del organismo
físico. Así pues, el alma es al espíritu lo que la personalidad es al
cuerpo.
Mediten en esto y que mis palabras sirvan para aclarar los conceptos que en
otros tiempos han sido dejados inconclusos.
La telepatía en la evolución humana
Deseo explicar ahora cómo es que la telepatía ha venido desarrollándose
como parte de la evolución humana. Deben saber que, en un principio, cuando
el hombre todavía pertenecía a los reinos inferiores de la naturaleza,
cuando aún la evolución no le había proveído de un órgano capaz de
expresarse de manera tan clara y con una riqueza de sonidos que hiciera
posible la creación de un lenguaje, el hombre se comunicaba mediante gruñidos
y movimientos de su cuerpo.
Sin embargo, a la necesidad sigue el desarrollo. Es preciso antes tener una
necesidad imperiosa de manifestar algo, para que el desarrollo evolutivo pueda
manifestarse en cambios morfológicos que den lugar a eso que se necesita. Así
pues, la voz fue el resultado lógico y consecuente de la necesidad de expresión
de un ser que era más grande que el vehículo que lo portaba.
Sin embargo, el hombre en su ser interior sigue siendo aún más grande que
ese vehículo que utiliza en el plano tridimensional. Es por eso que la
necesidad de expresión no está aún satisfecha del todo con el lenguaje común
que se habla en el planeta. El espíritu del hombre ha venido presionando a su
vehículo terrestre para que desarrolle un mecanismo nuevo de comunicación, y
es gracias a este hecho, que la telepatía ha venido desarrollándose mediante
la activación de ciertas glándulas que se encuentran en el cerebro. En esta
activación se mueven corrientes energéticas que van desde el mundo astral o
de las emociones, desde el mundo mental o de las ideas, hasta el vehículo físico,
de tal forma que estas corrientes energéticas, van moldeando al que será su
futuro cuerpo de manifestación.
La glándula pineal quien será la responsable de esta comunicación, ha
venido cambiando, mutando, a través de las últimas generaciones terrestres,
gracias a la presión que están ejerciendo las corrientes energéticas que el
espíritu del hombre ha puesto en funcionamiento. Será a través de esta glándula
como vaya despertándose ese nuevo mecanismo de expresión humana.
Por otra parte el lenguaje deberá ir cambiando para dar lugar a nuevos términos
y vocablos que puedan expresar correctamente las experiencias espirituales,
experiencias que van más allá de los términos limitantes del tiempo y
espacio, experiencias que tienen que ver con sensaciones aún no conocidas en
la Tierra, desde colores, sonidos y aromas, hasta percepciones de realidades
distintas de las que normalmente se conocen en estos planos de actividad física.
Una pregunta flota en el ambiente: ¿Cómo poder desarrollar de manera
acelerada esta glándula para que así la telepatía pueda ser del dominio público
lo antes posible? Y la respuesta es simple. No hay razón para acelerar algo
que de por sí ya trae un tiempo para manifestarse.
Si los hombres tuvieran en este momento el dominio completo de la telepatía
¿qué harían? En primer término, los seres humanos están muy poco
preparados para conocer la realidad de los pensamientos ajenos. En términos
generales, los pensamientos propios de cada persona son totalmente observados
de manera consciente por ella misma y si estos mismos pensamientos los fueran
a captar otras personas, sería tal su sorpresa y su choque emocional, que
seguramente sus actividades se verían seriamente perturbadas afectando sus
relaciones con la gente que la rodea.
La realidad interior, la realidad de los pensamientos humanos es algo que no
se vive de manera consciente, porque la conciencia del hombre se encuentra
deambulando entre diferentes estados, entre diferentes niveles y su mente
trabaja hasta cierto punto de manera inconsciente y, podríamos decir, a
escondidas de la conciencia.
Sin embargo, en las nuevas generaciones, en los niños que ahora están
apareciendo en la Tierra, dichas glándulas vienen con cambios ligeros pero ya
perceptibles, que harán posible la manifestación telepática a edades muy
tempranas. Así pues, no se asombren si de pronto sus niños empiezan a tener
dotes desconocidos en ustedes.
La telepatía irá siendo del dominio público a medida que la humanidad la
vaya necesitando. Por lo pronto, el trabajo continuo sobre un nuevo lenguaje
de expresión, sobre nuevos términos, sobre nuevos conceptos, sobre nuevas
palabras que nos acerquen a la realidad espiritual, debe ser tarea común y
prioritaria para todos ustedes. Cuando el ser humano se despegó del plano
tridimensional e hizo conciencia de sus estados emocionales, inventó palabras
tales como felicidad, tristeza, amor y conciencia; palabras que no pueden ser
asociadas a cosas objetivas, concretas, que, sin embargo, dan una idea hasta
cierto punto generalizada, de algo que es subjetivo pero común a todos y que
forma parte de esa realidad interior espiritual del hombre.
Pero démonos cuenta, que con diez o veinte términos no podremos describir ni
comunicar experiencias acerca de un mundo que es infinitamente más vasto que
este tridimensional en que se mueven. Así pues, trabajar en la modificación
del lenguaje, en la creación de nuevos mecanismos de expresión, debe ser una
tarea constante para todos ustedes.
Por otra parte, no únicamente el hombre está en la búsqueda continua de
nuevos mecanismos de comunicación, en el reino animal se vienen desarrollando
igualmente estos mecanismos para transformarlos y hacerlos más eficientes en
la tarea de la sobrevivencia. Las abejas y los delfines son símbolos inequívocos
de la gran complejidad que sus lenguajes o medios de comunicación han logrado
alcanzar. El vuelo de las abejas y la riqueza en sonidos y distintos matices
que tienen la voz de los delfines, ha permitido al hombre conocer que no es el
único que posee medios de comunicación efectivos.
Sin embargo, no son únicamente estas dos especies las que manifiestan tal
complejidad en su mecanismo de comunicación, los hay también en las
hormigas, los hay también entre los perros y los gatos, los hay entre las
aves, los hay entre los peces, los hay en muchas especies migratorias y entre
las mariposas. Cada especie ha desarrollado un cierto mecanismo de comunicación
y hemos de encontrar en los próximos años cambios en éstos, tan marcados,
que la misma raza humana se maravillará de todo esto que verá acontecer en
muy pocos años.
La tarea de este tiempo pide a los iniciados, a los aspirantes y a los discípulos
en general, un trabajo muy importante. En estos tiempos es preciso establecer
el contacto con el inconsciente colectivo de la humanidad. La telepatía se da
en sus primeras etapas, entre el consciente individual y el inconsciente
colectivo. Bastan unas cuantas horas de meditación para que el ser empiece a
captar las necesidades que privan en este inconsciente colectivo. Es preciso
entonces, una vez contactado este inconsciente, sembrarlo de amor, sembrarlo
de todas aquellas emociones positivas que puedan equilibrar las energías que
actualmente se encuentran en desorden.
La telepatía es pues, un mecanismo de alta utilidad para el momento actual.
En principio ese inconsciente colectivo se nutre de todas las emociones y de
todos los pensamientos que el conjunto de seres humanos están continuamente
emitiendo. Este conglomerado de emociones e ideas forma en sí mismo una gran
conciencia y esa conciencia hasta cierto punto, puede dirigir los destinos de
la humanidad.