Un verdadero Guerrero está
siempre vigilante, siempre alerta, al acecho. Debes mantener tus ojos bien
abiertos para poder mirar a tu interior. Vigila que tu corazón esté
siempre limpio, libre y liviano. Observa el rumbo que está tomando
tu vida en este momento. ¿Vas a dónde quieres? ¿O
simplemente eres arrastrado? ¿Cuánto de ti has entregado?
¿Cuánto has transado? ¿En qué cosas impórtantes
has claudicado? ¿Qué sentido tiene lo que estás viviendo
ahora? ¿De qué manera se relacionan con el pasado? ¿Cuáles
serán las consecuencias en el futuro? ¿Sigues manteniendo
la dignidad de todo Guerrero? ¿Es tu corazón aún tierno y bondadoso? ¿Es tu espíritu
tan gélido como para saltar al vacío?
Un parpadeo basta. Y estarás
a miles de millas de tu hogar . ¿Eres feliz?
Un Guerrero siempre se mantiene vigilante. Un Guerrero
siempre mantiene los ojos abiertos.