El camino te llevará toda la vida. ¿Por qué hacerlo
sólo? Es bueno recorrerlo acompañado. Busca entonces al
hermano del Camino. Con él podrás recorrer la senda de
igual a igual. Cuando él esté cansado, tú deberás seguir
remando. Cuando tú duermes, él vigilará. Cuando uno
tropiece, el otro estara allí para ayudarle. Cuando uno
esté enfermo, el otro acudirá en su ayuda.
Poco a poco
los lazos se fortalecerán, y vuestros corazones se alegrarán al abrazarse de
Guerrero a Guerrero luego de cada batalla. Compartirán lo sagrado y lo profano
por igual. Compañeros de plegarias y de borracheras seréis. Cada uno con su
vida, sus amores y penurias, sumergido de lelno en la vida. Pero en medio de la
vorágine, recordarás a tu amigo y el corazón se sentirá reconfortado. Año tras
año recorrerán juntos la Senda Sagrada del Guerrero. Espalda con espalda, cien
combates serán cien victorias.
Y un día
lejano, al final de vuestras vidas, os sentareis uno al lado del otro, a
contemplar el sol ponerse en el silencioso desierto.
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