Has estado demasiado tiempo en este
lugar. El aire está enrarecido. Estás estancado, no fluyes.
Tu entorno ya no te aporta nada nuevo. Debes, pues, marcharte en busca
de nuevos amaneceres. Deja lo superfluo, lleva contigo sólo lo esencial.
Tu corazón, tu espíritu y tu cuerpo son suficientes.
Ordena las cosas antes de irte.
Cierra los círculos. No dejes cabos sueltos. Que tu partida sea
natural, como el migrar de las grullas en invierno. No escapes. Simplemente
abandona este lugar, esta situación. Vete. De seguro encontrarás
nuevos compañeros de viaje.
Tal vez algún día
regreses.
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