Liberandonos del apego
Liberándonos, Liberamos a los Demás.
"El
que tiene apego a su vida la
perderá; y el que no está apegado a
su vida
en este mundo, la conservará para la
Vida eterna."
Evangelio de San Juán (cap.12,25)
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El
desapego no es desamor. El desapego
es sostener nuestra libertad,
permitiendo, también, ser libres a
quienes amamos. El desapego no es
abandono, por el contrario, es un
acto de amor incondicional. Quien
ama
verdaderamente, deja libre al otro.
Hay
ciertos lazos que atan, privando la
libertad, y por lo tanto impiden a
las personas su evolución como
almas. El desapego es no quedar
ligado a las
cosas materiales de la vida, sean
estas un trabajo, una relación, una
ciudad, una situación cualquiera.
Jesús
habló a los hombres acerca del
desapego, como vimos en la
transcripción de la cita del
evangelio de Juan encabezando este
texto. En
el evangelio de Lucas también se
hace referencia a las palabras de
Jesús al
respecto:
"Les
aseguro que el que haya dejado casa,
mujer, hermano, padres o hijos,
por el Reino de Dios, recibirá mucho
más en este mundo; y en el mundo
futuro, recibirá la Vide terna."
Lucas 18,29
En el
libro de Mateo encontramos estas
palabras de Jesús:
" Si
quieres ser perfecto ve, vende todo
lo que tienes y dalo a los pobres:
así tendrás un tesoro en el cielo.
Después, ven y sígueme."
Mateo 19,21
Con
estas palabras respondió Jesús a un
hombre rico que se le acercó para
preguntarle qué obras buenas debía
hacer para alcanzar la Vida eterna.
La
respuesta de Jesús obviamente se
refiere al despego.
El
desapego no significa que todos
seamos pobres y desamorados. Que
abandonemos a nuestras familias y
nos quedemos sin casas. Por el
contrario,
Dios quiere lo mejor para sus hijos.
La abundancia existe en el universo
para todos. Dios es Amor y Riqueza
en El mismo.
Sin
embargo, algunos hombres se
dedican en sus vidas a acaparar
pertenencias y afectos. Tomando
posesión de bienes y personas. Sean
estas
hijos, pareja o cualquier otro tipo
de vínculo. Esta posesividad y
control
es lo que se llama apego a las cosas
materiales de este mundo. Y muchas
veces este control y posesividad se
hace tan excesivo, que la persona no
puede mirar si no es detrás de este
cristal. Es decir, todo lo que se ve
es
mirado con los ojos calculadores de
la materia y la conveniencia.
Detrás
de esta posesividad, de objetos o
personas, se anidan generalmente el
temor y la desconfianza, ambas
características que alejan del Amor
Divino.
El amor y la confianza acercan Dios
y no lo contrario. Cuando jesús le
dice
al hombre rico que venda sus cosas y
deje a su familia para seguirlo, le
está proponiendo que se cuestione su
actitud ante la vida. Le hace tomar
conciencia de cuáles son sus
soportes. Le hace viajar dentro de
sí mismo
para que vea donde radica su fuerza.
¿Dentro o fuera de el?.
A continuación te propongo la
siguiente autoreflexión: ¿Me estoy
apoyando en
mi riqueza material, en mis
familiares, amigos, o en mi propia
riqueza
interior?
El
desapego nos propone muchas veces
grandes cambios en nuestras vidas.
Nos
trae una amplia recompensa: ascender
hacia la luz de Dios.
A
veces es necesario decir "Basta" y
hacer un corte en una etapa de
nuestra
vida, porque de otra manera
quedaríamos estancados, sin poder
continuar
nuestro proceso evolutivo personal.
El desapego no es fácil. Es otra
manera
de aprender que somos más que un
mero cuerpo físico. Es una manera de
darnos
cuenta de que tb existimos en otros
planos más sutiles, a los que poco a
poco, iremos comprendiendo a medida
que progresemos en nuestro
autoconocimiento.
El
desapego se puede aprender de
diferentes maneras, pero una de las
más
frecuentes e ineludibles es la
muerte de un ser querido. Sin
embargo, no
todos pueden lograr realizar este
aprendizaje por medio de esta
circunstancia. Lo que llamamos
"muerte", nos permite iniciarnos en
los
caminos del desapego. No podemos ver
al ser querido, y el hecho de que
este
siga existiendo en otro plano, hace
que desarrollemos un estado de amor
diferente. Podriamos hablar de amor
incondicional, por ser un amor en el
que
no contamos con el otro físicamente,
pero sin embargo, seguimos sintiendo
su
"viva" presencia y compañia.
El
amor incondicional se desarrolla con
el desapego. No es "querer", sino
"amar". "Yo quiero" expresa
pertenencia , sentido de propiedad,
control; por
lo tanto, apego. El Amor va más
allá, no tiene fronteras, es
impersonal, es
por el bien y la felicidad del otro,
no por el propio bienestar. Esa es
la
verdadera entrega. Para poder dar,
hay que estar muy entero y muy
conectado
a la fuente.
A
veces es desgarrante sentir el
desprendimiento del otro. Este corte
es
vivido la mayoría de las veces como
un gran sufrimiento, nos remueve
emociones, situaciones de abandono.
Aprender que el desapego no es
abandonar
ni ser abandonados, lleva su tiempo.
Todo aprendizaje requiere un
proceso.
Los cambios internos no se logran
por decreto.
Los
ángeles pueden ayudarnos a
cicatrizar los desgarros de nuestro
cuerpo
emocional. El desapego desata lazos,
corta cordones que nos mantienen
atados
a viejas situaciones que no nos
permitian avanzar. Cortando amarras
nos
liberamos, navegamos por el sendero
de la propia vida, con total
libertad,
hacia el próximo destino.
Aprender el desapego mientras
vivimos, nos permitirá entre otras
cosas,
hacer un pasaje más fácil cuando
abandonemos nuestro cuerpo físico,
para
pasar a otro tipo de vida.
Hay
muchas personas que luego de
desaparecidas del plano físico, no
pueden
pasar al otro plano, quedan
atrapadas en un lugar intermedio,
que no es
estar ni aqui ni allá. La tradición
las llama "almas errantes" estas
almas
desencarnadas no se dan cuenta de
que han " muerto ", y quieren seguir
participando de la vida de los "
vivos ", de los que dejaron en
este otro
plano dimensional.
Luego
de morir, y estando fuera del cuerpo
físico, muchos quieren
comunicarse con los seres vivos.
Pero no pueden , los vivos no los
oyen, no
los ven. Los " muertos " están ahí
pero nadie parece darse cuenta. Los
"
muertos " quieren consolar a quienes
los lloran y sufren, pero no siempre
logran hacerlo. Muchos " muertos "
no pueden liberarse de las ataduras
con
el plano terrenal. Sufren por sus
grandes apegos.
El
desapego permite partir hacia otro
plano más elevado, al plano de la
luz,
donde la paz es permanente y se vive
en un presente continuo de calma y
plenitud. Ese estado que describen
muchos que han vuelto de la " muerte
" ,
y han pasado por el túnel o el
portal que los lleva hasta la luz.
Las
personas muy apegadas a los planos
materiales--a su casa,trabajo,
hijos,
marido o mujer, seres
queridos--quieren seguir controlando
sus pertenencias
desde el llamado "mas allá ". Les
cuesta salir del plano físico. Por
esto,
luego de haber dejado sus cuerpos en
el pasaje llamado " muerte ",
continúan
deambulando, sin elevarse , sin
ascender, a lo que se llama " mas
alla ",
o sea , hacia la Luz.
Desconozco el autor...
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