La acción
de la música es una eficaz terapia que actúa sobre el sistema nervioso y en las
crisis emocionales, aumentando o disminuyendo las secreciones glandulares,
activando (o disminuyendo) la circulación de la sangre y, por consiguiente,
regulando la tensión arterial.
La música
influye en nuestra mente y en nuestro organismo mediante la creación de
emociones. Cualquier pieza musical puede influir ya sea de manera negativa o
positiva, tanto puede causarnos depresión, angustia, estrés, ansiedad o ira,
como puede relajarnos, causarnos alegría o equilibrio psíquico.
No hace
falta saber de música para saber como influye cualquier pieza en nuestro
organismo, basta con sentir que tipo de emociones despierta en nosotros. Las
emociones negativas liberan sustancias químicas en nuestro organismo que
obstaculizan su funcionamiento, las emociones positivas liberan sustancias
positivas que colaboran a su buen funcionamiento.
La música
actúa dentro de nosotros, de nuestra mente por medio de vibraciones naturales
que participan en cualquier tipo de materia. En este caso, estas vibraciones se
filtran en nuestra mente y a su vez ésta envía la orden a afectando a nuestro
organismo.
De esta
manera, tenemos que la música puede curar daños como desequilibrios nerviosos,
influye sobre el corazón y los pulmones, y más allá de cualquier enfermedad,
también actúa positivamente sobre casos de alcoholismo, tabaquismo, drogas y
hasta la prevención de suicidios.
La música
posee las cualidades de una droga, positivamente hablando, ya que tiene la
capacidad de estimular o reprimir funciones del organismo. Al mismo tiempo, la
música dispone de un tipo de lenguaje que es imposible convertir en palabras. Es
un lenguaje único que solamente se puede interpretar por medio de la energía y
la vibración, si nosotros no tenemos este conocimiento en conciencia, nuestra
mente y nuestro cuerpo si, nuestro espíritu también, así que basta una pieza
musical para que mente, cuerpo y espíritu actúen solos.
Por eso,
más allá del misticismo y la espiritualidad, se encuentra la ciencia, la cual a
adoptado a la música como una forma de curación en los tratamientos de
psicoterapia moderna.
Los cuatro
tratamientos más utilizados en la terapéutica musical son:
La
audición pasiva
La audición activa
La interpretación
La labor creadora
El
principal valor terapéutico de la musicoterapia reside en su influencia sobre
las distintas emociones. También ejerce efectos sobre el metabolismo, la presión
el pulso y el volumen sanguíneo, la energía muscular, la respiración y las
secreciones internas.
La terapia
musical puede utilizarse para despertar la atención y prolongar la duración de
la misma, así como para estimular las facultades de asociación y la potencia
imaginativa.
También es
excelente para producir escapes socialmente aceptables, asimismo, influye en la
persona estimulando la confianza en sí misma
La música
añade ayuda a superar depresiones psíquicas, aliviar el insomnio y la tensión
nerviosa y sobre todo, desvía la atención del paciente a disminuir su angustia.
La música
nos permite despertar el sentido de unidad, de integración social, ayudándonos a
comprender y aceptar las ideas ajenas.
Pero la
música es mucho más que una terapia, la música consigue lo que difícilmente se
consigue por medio directo de la ciencia o las religiones, la música eleva el
nivel emocional de la mente humana, proyectándola al infinito.
Este tipo
de terapia también tiene sus limitaciones, y no hay reglas establecidas, es
decir, una pieza musical que puede ser de beneficio para una persona, puede ser
perjudicial para otra.
La terapia
musical no tiene efectos secundarios si se aplica profesionalmente dentro de la
medicina.
Antes de iniciar con nuestra sesión de musicoterapia, es necesario que el cuerpo
tenga esta disposición, es decir, tenemos que alcanzar un cierto nivel de
relajación.
En este
proceso, la respiración juega un papel muy importante, a continuación
describiremos la forma correcta de respirar.
Una vez
terminado todo el proceso de relajación, procederemos a comprobar que todo
nuestro cuerpo esté verdaderamente relajado haciendo otras 10 respiraciones más,
largas y profundas, llenando completamente los pulmones de aire, haz una pausa
de 5 minutos y procurando que nuestra mente permanezca en blanco.
Poco a
poco vamos abandonando el estado de relajación completa, y nos vamos
incorporando nuevamente a la vida normal, inspirando la mayor cantidad posible
de aire en cada respiración.
Poco a poco vamos moviendo nuestro cuerpo, lentamente hasta llegar a un nivel
normal. |
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