HASTA
LAS PLANTAS CAPTAN EL AFECTO O EL RECHAZO HUMANOS.
Dijo
el gran psicólogo William
James que
‘EL PRINCIPIO MAS PROFUNDO DEL CARACTER HUMANO ES EL ANHELO DE
SER APRECIADO”.
“Por
ejemplo, hace medio siglo, un niño de diez años trabajaba en una
fábrica de Nápoles. Anhelaba ser cantor, pero su primer maestro
lo desalentó. Le dijo que
no podría cantar jamás, que no
tenía voz, que tenía el sonido del viento en las persianas.
“Pero
su madre, una pobre campesina, le abrazó
y ensalzó
y le
dijo que
sí, que
sabía que cantaba bien, que ya notaba sus progresos; y anduvo
descalza mucho tiempo a fin de economizar
el dinero necesario para las lecciones
de música de su hijo. Los elogios
de aquella campesina, sus
palabras de aliento, cambiaron
la vida entera de aquel niño. Quizá haya oído usted hablar de
él. Se llamaba Caruso”.
Otro
ejemplo, narrado por el célebre autor Stephen
Covey: “Tengo
un amigo cuyo hijo desarrolló un ávido interés por el béisbol.
A mi amigo no le interesaba en absoluto. Pero un verano llevó al
chico a ver jugar los principales equipos de la liga. El viaje le
llevó más de seis semanas y costó mucho dinero, pero se
convirtió en un vínculo fuerte de la relación.
Al
volver, a mi amigo le preguntaron: ‘¿Tanto te gusta el béisbol?’.
‘No’, contestó él, ‘pero me gusta mucho mi hijo’.
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