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Música prenatal

Descubrimiento Científico

 

Poner atención a la música que escuchan los niños aún antes de nacer, puede enriquecer enormemente su desarrollo físico, emocional e intelectual.

  Este Programa ha sido desarrollado con el propósito de crear conciencia en los padres acerca de los beneficios que la música puede brindar.

Cuando se escucha música emerge lo más profundo de cada ser humano, con lo que favorece una sensibilidad refinada, la armonía interna y un corazón hermoso.

 Introducir al bebé par nacer, ya nacido y nuestros otros hijos, especialmente hasta los 14 años, en el mundo de la Música es un privilegio y una gran responsabilidad de los padres.

 

FUNDAMENTOS CIENTÍFICOS

El bebé por nacer

  Hasta hace relativamente poco tiempo, un bebé en gestación se consideraba un ser inexpresivo, inconsciente e incapaz de ver, oír o sentir dolor.

 Afortunadamente, hoy en día, gracias a avances tecnológicos como los ultrasonidos, los sonogramas y las fibras ópticas, por citar sólo algunos, hemos podido ver y conocer a los bebés dentro y fuera del vientre materno.

 Observaciones hechas desde la concepción hasta el nacimiento revelan un comportamiento continuo y evolutivo del bebé por nacer en niveles tales como el sensorial, motor, emocional y cognitivo. 

Estudios recientes y numerosos experimentos demuestran científicamente que aún antes de nacer, el bebé sí es capaz de VER, OÍR SENTIR e, incluso, APRENDER "in útero". Ello además de soñar, comunicar, mostrar preferencia e intereses, reír, memorizar y reaccionar con sus movimientos para expresar sus necesidades.

 Se ha comprobado que al colocar una linterna sobre el vientre materno, los futuros bebés se tapan sus ojitos, demostrando que la luz les molesta. A través de fibras ópticas, se han podido fotografiar sus expresiones de gusto al succionar una substancia dulce; o bien de disgusto, ante la que es amarga.

 Sheila Woodward, doctora en Educación Musical y Filosofía en Ia Universidad de Cape Town de Sudáfrica, en su más reciente investigación, demostró científicamente la penetración de la música en el ambiente acústico intrauterino, y la respuesta del bebé por nacer hacia el estímulo de la música. Ella comenta: "Durante el tercer trimestre, el bebé por nacer es capaz de recordar un sonido, relacionar el presente sonido con aquel que ha escuchado previamente, e interpretar su significado.

 Por estas y otras razones es que se vió la necesidad de articular una nueva disciplina en el estudio del comportamiento humano: la Psicología Pre y Prenatal, que se dedica a realizar estudios neurológicos y psicológicos del bebé por nacer y del recién nacido, cuyos especialistas se han congregado en agrupaciones tales coma la Association for Pre and Perinatal Psychology and Health y la International Music Society for Prenatal Development (IMSPD), entre otras. 

Con los hallazgos y descubrimientos obtenidos hasta a la fecha, la ciencia nos permite borrar las falsas concepciones y prejuicios que se tenían respecto de la vida intrauterina, literal comienzo de una vida individual y única.

  

 

 ¿Cuándo comienzan a oír los bebes?

  El oído de los bebés por nacer aparece a los 22 días de gestación, y obtiene su madurez estructural al quinto mes del embarazo. (Anson & Donaldson, 1973: Gerber, 1977).

 "A la veinteava semana, el mecanismo auditivo es estructuralmente comparable con el de un adulto" (Eisemberg, 1969).

 Desde ese momento, los bebés por nacer comienzan a escuchar los latidos del corazón, los movimientos intrauterinos, la voz materna y los sonidos que se encuentran en el medio ambiente, tales como voces, ruidos y música, la cual se ha comprobado que penetra al vientre materno.  

En el estudio de la Dra. Woodward participaron futuras madres con embarazos entre las 32 y 42 semanas de gestación.

 Se consideraron 3 diferentes períodos, con duración de entre 3 y 5 minutos:

 Lapso sin estimulación acústica.

Período con estimulación acústica.

Lapso de estimulación con música.

La respuesta al estímulo de la música se expresó por la vía de un cambio en el ritmo cardíaco, provocando en los bebés un estado de atención del 87.5%.

Asímismo, existen evidencias de que hay aprendizaje auditivo y de memoria.

El bebé por nacer no nada más oye, sino que es capaz de discernir los principales componentes de la música y el lenguaje, que son el registro, la duración, la intensidad y el timbre. Asimismo, puede distinguir las voces, los ruidos, la música que escucha, así como mostrar sus preferencias.

 A través de la voz y la música que escucha, se fortalece y nutre enormemente la relación madre e hijo, a la par que se ayuda al desarrollo de las ondas cerebrales y el sistema nervioso conjunto del bebé.

 ¿Que sucede una vez que los bebés escuchan?... ¡Sienten y responden!

 Se han podido observar cambios en los patrones de respiración, movimientos de cabeza, tronco, ojos y extremidades al escuchar sonidos y voces. Así mismo, se aprecian gestos en sus expresiones faciales. Todas estas reacciones, aún antes de nacer y durante la primera infancia, llevan a concluir que hay una relación causa-efecto entre las voces y la música en los bebés.

 

  ¿El afecto prenatal es importante?

 La respuesta del bebé por nacer a la música, depende del estado "despierto o dormido" en el que se encuentre y de la relación afectiva que exista entre madre e hijo a través de la propia música.

 Los sentimientos maternos son de algún modo transferidos al bebé por nacer, esto es, mientras el bebé por nacer escucha la música, influye en su experiencia la respuesta emocional de la madre (Zimmer, 1982).

  Los más recientes descubrimientos científicos sobre los efectos de la música clásica durante la primera infancia

 Los editores de la revista Newsweek, en su edición de febrero 19 de 1996, publicaron las más recientes investigaciones científicas sobre la importancia de

la música y los efectos favorables de su experiencia en el cerebro del niño:

 "La música entrena al cerebro para obtener mejores formas de pensamiento. Si los educadores y padres se enfocaran en los descubrimientos del cerebro...

la música sería un requerimiento diario" .

 

¿Como ocurre el aprendizaje durante la primera infancia?

 El aprendizaje comienza cuando se sabe, conoce o distingue alguna actividad física, emocional o intelectual. Todo ser humano nace con un potencial para aprender. Sin embargo, sólo aquellas personas que desarrollan su potencial pueden llevar a un nivel pleno sus habilidades. Durante la infancia, es posible aprender más fácil y rápidamente, ya que el cerebro de un niño es mucho más activo que el de un adulto.

 Durante la primera infancia, el aprendizaje se traduce en conexiones cerebrales que transmiten y guardan información. Cuando un bebé viene al mundo, su cerebro es una jungla de neuronas, todas esperando a ser enlazadas en el telar de su mente. Algunas de sus neuronas ya han sido conectadas par los genes, hacia circuitos que ordenan la respiración, controlan el ritmo cardiaco, regulan la temperatura y establecen reflejos. Pero trillones de trillones de neuronas son puras, con un potencial infinito, esperando a ser enlazadas para formar circuitos; que algún día podrán ser activadas para componer canciones a realizar cálculos matemáticos. Si las neuronas se usan, se integran en los circuitos del cerebro, conectándose con otros circuitos, si no se usan, el propio sistema nervioso las cancela de modo prácticamente definitivo.

 Dichas conexiones se crean a través de la repetición y la experiencia. Dale Curves, de la Universidad de Duke, dice "Las conexiones no se forman tan sólo deseándolo: deben ser promovidas con la actividad."

Cuando se es niño, no todos los conocimientos se pueden procesar fácilmente. Por ejemplo, no es fácil enseñar a un niño de 4 años a jugar ajedrez o a desarrollar cálculos matemáticos. Sin embargo, los niños sí son capaces de procesar música, además de disfrutarla.

 A través de su percepción auditiva, visual y sensorial, los pequeños son capaces de imprimir en su memoria las vivencias emocionales que inician el proceso de aprendizaje. Cuando estas vivencias se repiten varias veces, dan por resultado una huella en la memoria. Análogamente, los bebés asimilan, aún antes de nacer, los sentimientos maternos que, al igual que la música, son determinantes para su formación. Estas huellas de la existencia influyen en la forja ulterior de la personalidad de los niños.

De todos los descubrimientos que se han hecho en los laboratorios neurocientíficos en los últimos años, el descubrimiento de la actividad eléctrica de las células en el cerebro, que ayuda al cambio sus estructuras físicas, es una de las más impresionantes.

Las conexiones rítmicas de las neuronas (la llamada "sinapsis") no se asume como un producto que ha de ser construido, sino esencialmente como un proceso, y el principio de su entretejido se establece aún antes de nacer.

A una semana de la concepción, el cerebro muestra la configuración de una suerte de hilera filamentosa de avanzada, que camina fuera del tubo neural del embrión. No deja de resultar maravilloso el hecho de que se crean y desarrollan casi 250 000 neuronas por minuto en el cerebro del bebé durante la gestación.

Al unirse las neuronas, se forman las conexiones neuronales. Los genes determinan las rutas por las cuales habrán de viajar dichas neuronas para hacer sus conexiones.

Después del nacimiento, las señales llegan al cerebro a través de las experiencias sensoriales, para formar así una especie de huella que progresivamente se refina más y más.

 Las células del cerebro de un bebé proliferan ampliamente, haciendo conexiones que pueden formar un modelo vigente de por vida. Es ampliamente sabido, en este sentido que los primeros tres años en la vida del niño son especialmente determinantes en la vida ulterior de la persona.

Es pues la experiencia global de la infancia, la que determina que neuronas son usadas y las que se conectan a los circuitos del cerebro. Así como un programador configura los circuitos en la computadora, las experiencias que tu hijo tenga, determinarán si crecerá siendo inteligente o menos brillante, miedoso a seguro de sí mismo.

El pediatra neurobiologista Harry Chungani, de Ia Universidad del Estado Wayne, dice:

 'Las primeras experiencias son tan poderosas, que pueden cambiar completamente Ia manera de ser de una persona".

  

¿Cual es la relación entre música y lenguaje?

 Antes que las palabras, en el mundo del recién nacido hay sonidos. Cuando un bebé escucha un fonema (ba-da-) varias veces, las neuronas de su oído estimulan la formación de conexiones en la corteza auditiva del cerebro. Cuando se establecen los circuitos básicos, el bebé empieza a cambiar los sonidos por palabras.

"Entre mayor sea el número de palabras que el bebé escuche, más rápidamente empezará a hablar", afirma Janellen Huttenlocher, de Ia Universidad de Chicago.

Durante los primeras años de vida, el cerebro, transita y se continúa formando a través de una serie de cambios extraordinarios. Inmediatamente después del nacimiento, el cerebro del bebé produce trillones de conexiones entre neuronas, que son mucho más de la que en realidad puede usar en ese momento.

 Como ya lo señalábamos antes, en el curso de su proceso vital, el cerebro elimina conexiones o forma circuitos que se establecen o se desechan.

 Los expertos han llegado a la conclusión, conforme a los más recientes hallazgos, que el bebé no viene al mundo genéticamente programado o con una mente completamente en blanco, a plena merced del medio ambiente, sino que llega con algo mucho más interesante, en que el universo de sensaciones que experimenta alienta la formación de circuitos.

Cada vez que un bebé trata de tocar o acercarse, a un objeto, cada que intenta acariciar una cara o escuchar una canción de cuna, pequeños toques eléctricos recorren su cerebro, tejiendo a las neuronas entre sí y formando circuitos.

Educar a un bebé, es jugar con bloques, cuentitas, hablarle, contarle y escuchar cierta música y desarrollar un vínculo afectivo a través del amor que ayudará al desarrollo cognitivo, social y motor.

Alrededor de los 4 meses, la corteza cerebral empieza a refinar las conexiones que se necesitan para una percepción profunda. Al año, los centros del cerebro están listos para producir uno de los momentos más mágicos de la infancia: la primera palabra, que marca el inicio del florecimiento del lenguaje. Estos niños los que han sido "bañados" con música y motivados del modo antes indicado suelen ser mejores en matemáticas y en lectura.

Cantar canciones de cuna, cantarle cuentos al bebé aún antes de nacer estimula su camienzo hacia el habla. Es una preparación verbal pues, como dice Huttenlocher: "Existe un enorme vocabulario por ser aprendido, el cual sólo puede hacerse propio gradualmente a través de la repetición de las palabras."

  

 Emociones y música

¿Se relacionan?

 

 Las líneas troncales para las circuitos que controlan las emociones se establecen antes del nacimiento. Los padres intervienen en ello de modo determinante.

Probablemente, la mayor influencia es la que el psiquiatra Daniel Stern llama "AFINACION", proceso mediante el cual los adultos que rodean a los bebés refuerzan los sentimientos internos de los niños.

Cuando se tiene contacto con un bebé a través de una sonrisa y un abrazo, si él refleja su excitación, sus circuitos de las emociones son fortalecidas.

La clave aquí es que el proceso tiene que ser repetitivo. Es el patrón de conducta el que cuenta y puede ser muy poderoso. En uno de los estudios del Dr. Stern, se refiere el caso un bebé cuya mamá nunca reafirmó el nivel de excitación con él. Ello alentó que se convirtiera en un ser extremadamente pasivo e incapaz de sentir excitación o alegría.

La experiencia también conecta con el circuito de "tranquilizar". Daniel Goleman lo describe en su libro "Inteligencia Emocional"; no es lo mismo, en definitiva, si un padre calma tranquilamente a su bebé que llora, respecto de otro que lo avienta a la cuna; o entre una madre que acaricia a su bebé cuando llora y otra que se desespera y se altera. Estas primeras respuestas son afinadas con el stress del bebé.

Entre los 10 y 18 meses, un cluster de células en la corteza cortical prefrontal está ocupada en conectarse con la región emocional.

Stress y momento difíciles constantes reactivan los circuitos emocionales.

Pero, retomando nuestro tema central, la música tiene la capacidad de transformar las emociones convirtiéndolas en amor y momentos de alegría y ternura, contribuyendo al desarrollo armónico del pequeño.

 

 ¿Que sucede al escuchar música?

 Howard Gardner, autor de la teoría de las inteligencias múltiples, dice que existen seis inteligencias humanas que están relacionadas con las áreas del cerebro y sus procesos. Una de estas inteligencias - la pertinente al tema que desarrollamos - es la así llamada por él inteligencia musical, en que la percepción auditiva del bebé es la primera constatación de que existe algo más allá de él, con la cual se relaciona.

La música estimula el desarrollo del cerebro y su estructura razonable, en tanto facilita el establecimiento de Ia red neuronal que permite mejorar la función cerebral. Plato afirma que "La música es el instrumento más potente que ningún otro para la educación."

Ahora los científicos saben por qué la música entrena al cerebro para aumentar y mejorar las formas del pensamiento.

Asimismo, entre más temprano sea el entrenamiento musical es mucho mejor para estimular las habilidades de pensamiento en sus hijos.

Los niños son capaces de aprender más cuando son chicos; obviamente, todos continuamos aprendiendo durante el resto de nuestra vida, pero las "ventanas para el aprendizaje" se mantienen en condiciones óptimas aproximadamente, hasta el lapso comprendiendo entre los 10 a 14 años. Son cerebros jóvenes para procesar información.

 

¿Cuáles son los beneficios?

 El recién nacido, al escuchar la música que escuchó prenatalmenle, come más, duerme más, y llora menos.

 Y ello no porque los bebés hayan tenido un trato especial, sino, porque se crearon vínculos afectivos poderosos y positivos, a través del amor y la música.

La música creada y seleccionada cuidadosamente, promueve la inteligencia musical, tiene un efecto de tranquilidad, proporciona a los pequeños la oportunidad de aprender música. La formación de su personalidad empieza a desarrollarse alrededor de bellas melodías, ayudando a desarrollar su creatividad, concentración y coordinación.

Enriquecer a los bebés a través de lo que escuchan, es tarea de los padres: ¿por qué no brindarles y ofrecerles lo mejor, con amor y conciencia?

La buena música ayuda a su hijo a potenciar su memoria, aumenta su coordinación, creatividad y concentración, incrementa la habilidad matemática, acelera el aprendizaje de idiomas, desarrolla el razonamiento y el gusto para la música, enriquece las emociones, transformando en alegría los sentimientos negativos del corazón, llevándolo a encontrar sus propios valores y fortaleciendo sus relaciones interpersonales y familiares.

Al escuchar música se estimula el sistema nervioso, pues el aprendizaje auditivo, rítmico y musical, se apoya el crecimiento y la inteligencia, auspiciando la asociación de sensaciones de placer y seguridad. Todo esto, insisto, se ha comprobado científicamente.

Las principales características de la música: el tono, el timbre, la intensidad y el ritmo se encuentran en el lenguaje oral. Por esto, la música prepara al oído, la voz y el cuerpo del niño a escuchar, integrar, aprender y vocalizar.

La música brinda a los bebés amor y atención, creando de modo natural un estado de relajación alerta, creando una atmósfera de apertura para dar y tomar en las futuras relaciones, además de proporcionarle la oportunidad de aprender música. Esta fina educación trae a los niños bienestar, enriquecimiento interior y una gran felicidad.

 La combinación de sonidos, ritmos y armonías, los hacen sentir tranquilos e intensificar el contacto físico y emocional entre los padres y su bebé e hijos de otras edades.

 Gordon Shaw, de la Universidad Irvine en California, dijo: "Al escuchar música clásica, los niños se estimulan, ejercitan neuronas corticales y fortalecen los circuitos usados para las matemáticas. La música estimula los patrones cerebrales inherentes y refuerza las tareas de razonamiento complejo". Shaw y Rauscher dieron a 19 preescolares clases diarias de piano y canto. Después de 8 meses, los investigadores comprobaron que los niños mejoraron sustantivamente en sus razonamientos, comparados con los niños que no tomarón las clases de música, al demostrar mayor habilidad en rompecabezas, dibujo de figuras geométricas y en el copiado de patrones de dos bloques de colores.

Mientras más temprano es expuesto al niño al lenguaje musical, mayor es el aprendizaje hacia las formas de razonamiento, las matemáticas, el lenguaje y el fortalecimiento de las emociones.

   

  ¿Que música escuchar?

  

Cada bebé responde al estilo de la música a la que se le expuso durante Ia vida intrauterina repetidamente. Esto depende de los gustos y de Ia cultura musical materna. Sin embargo, me permitiré recomendar cantar Canciones de Cuna, en particular aquellas que te permitan expresar más fielmente tu amor anhelos y deseos. 

Cantarle al bebé regularmente para acompañar las actividades familiares, es un rito que aumenta la tranquilidad, constituye una preparación óptima para su etapa verbal y fortalece los vínculos familiares.

 Nuestra experiencia nos indica conveniente e importante escuchar creaciones del tipo de Cuerdas de Amor, Amnios, La Magia de Mozart, Las Maravillas de Vivaldi, El Encanto de Beethoven , Lo GLorioso de Bach, La Pasión de Shubert, La Belleza de Tchaikousky, Flauta o Cuerdas con sonidos de naturaleza.

 Esta música, incluída en nuestra colección, ha sido seleccionada cuidadosamente para que contenga el tiempo y el carácter que se aproxima al ritmo cardíaco de un adulto tranquilo.

Los bebés per nacer y los pequeños no necesitan ningún tipo de música especial compuesta para ellos. Lo que sí merecen, dentro de lo posible, es lo mejor, lo auténtico. Si te gusta Mozart, oye la música auténtica de Mozart; si te gustan Los Beatles, oye la música original del grupo inglés.

Se ha comprobado que inmediatamente después del nacimiento, la música y las voces escuchadas prenatalmente, tienen un efecto "mágico" en los bebés, ya que dichos sonidos y voces quedaron impresos en su memoria y, al escucharla nuevamente, son asociados con sensaciones de placer.

 

  Conclusiones

 

 Lo que bien empieza, bien continúa: es importante contar con el mejor de los principios, pues tenemos más oportunidad de promover el aprendizaje.

Los padres son el primer cerebro y los más importantes maestros.

Bruce Perry de Baylor, de Ia Universidad de Medicina en Houston, afirma: "Es tarea de los padres establecer el circuito neuronal en los hijos."

 Espero que MUSICA PRENATAL haya logrado reafirmar en usted la importancia de su papel como padre, maestro y amigo de sus hijos para, yendo de la mano con ellos, ennoblecer y multiplicar aún más los momentos de ternura y alegría al arrullar al bebe y a los pequeños, al hablar con ellos, al escuchar música clásica y, sobre todo, al demostrarse mutuamente amor.

Cada canción de cuna, cada caricia, cada masaje, cada plática, lleva a tu bebé, a tus niños a desarrollar un camino neuronal, formando la red que algún día posibilitará Ia creación de una obra de arte, en la manifestación de talento para realizar las actividades de mayor preferencia, a en la cristalización del gran don de hacer y tener amigos.

Al escuchar música, emerge lo mejor y más profundo del ser humano, creando armonía sensibilidad, apertura hacía los sentimientos, tranquilidad y, sobre todo, un corazón hermoso.

Aprender música es escucharla, desde antes de nacer aún, para que se imprima en la memoria de cada persona y siembre el gusto y el deseo hacia ella, que sin duda debe ser el primer paso hacia un aprendizaje sustentado, sustentable y gratificante, ya lo decía el gran Berlioz:

 "El amor y la música son las dos alas de Ia vida".

 Ambas, sin duda, cimientos fundamentales para crear, seres humanos felices, confiados y seguros

 Renée Guindi,

Directora del Centro de Música "In Utero"

  

 Instrucciones de uso para escuchar nuestra colecciones

 Escuche la música contenida en esta pieza, al menos, durante 10 minutos diarios.

 

Busque un momento durante el día, en el que su hijo no esta cansado o con hambre, escuche este disco mientra lo acaricia o lo abraza lo que desarrolla las habilidades del pensamiento es la frecuencia y constancia. El contacto físico le brindará confianza y seguridad.

 Génere un ambiente cálido y de relajación.

Al escuchar los hermoso sonidos , con el fluir de las grandes aguas, el medio ambiente se enriquece de música creando un estado de relajación alerta de modo natural.

  

Relaciónese con su bebé a través de los sentidos.

 Al verlo a los ojos, darle un masaje, arrullarlo, platicar y contar cuentos, formará un vínculo afectivo a través de experiencias sensoriales y, con él, las conexiones cerebrales que se producirán como consecuencia.

  

Para los grandes pequeños

 Se sugiere también escuchar música clásica mientras hace la tarea, al realizar actividades manuales, al jugar o en deplazamientos en el coche.

  

Disfrute la música.

 La música debe ser asociada con momentos de placer, no de obligación; el gusto musical se desarrolla con el tiempo; mientras más se escucha, más sé disfruta.

 

Demuestre su amor al ritmo de la música. 

 Cultura musical.

 Para desarrollar una cultura musical razonable, es importante mencionar el nombre del instrumento o compositor que se escucha.

Por ejemplo:

"iQué bonitos son los sonidos del piano, flauta o cuerdas!;

¡Esta es música de Vivaldi, Mozart o Beethoven!

  Música Prenatal
Taine No.244 Col. Polanco
Tels.: (52) 52 55 22 31, (52) 52 55 35 24
Lada sin costo: 01 800 713 5316
Email: prenatal@musicaprenatal.com.mx

 

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