La entonación puede ser una
herramienta extraordinaria de alivio del dolor. El
sonido nos ayuda a calmar el dolor físico, e incluye el
dolor emocional. Los pacientes, con la entonación, están
más tranquilos, de mejor humor y se recuperan mucho
antes.
La entonación es hacer sonidos vocálicos con el propósito de
equilibrarnos. Todo el mundo practica la entonación de
forma espontánea.
Ya el primer hombre prehistórico utilizó la entonación
al golpearse la mano y espontánea e instintivamente
emitió un sonido.
Cuando estamos cansados nos entonamos bostezando, cuando
sentimos dolor nos entonamos con un grito o un gemido;
la tristeza se expresa con el llanto y la felicidad con
la risa.
La entonación utiliza los sonidos no verbales para
aumentar el flujo de respiración, equilibrar la energía,
liberar la emoción, resolver un trauma pasado y
armonizar el sistema cuerpo-mente. Consiguiéndose con
todo ello una liberación de la tensión y el estrés y por
tanto una mejora de la salud.
El sentirnos libres de hacer sonidos es una parte
integrante del funcionamiento saludable. Los sonidos
plenamente expresados son mecanismos compensatorios.
Un supuesto básico de la entonación es que la libertad
de emitir sonidos está directamente relacionada con la
libertad de expresión en otras áreas de la vida.
En la entonación no hay juicios, errores, reglas, ni
bueno ni malo. Es cuestión de dejar libre el cuerpo y
dejar que surjan los sonidos.
Explorar sonidos en grupo es una ocasión excelente
para escuchar y aprender nuevas posibilidades de
entonación.
El vidente estadounidense Edgar Cayce hablaba de la
importancia de cantar, y fue él quien predijo que la
música sería la medicina del futuro. El llamaba "verter
el alma" al hecho de cantar.
Nuestra sabiduría popular, dice "Quien canta sus males
espanta". Cantar las tristezas aligera el alma.
La voz humana es nuestro instrumento más poderoso para
transmutar el dolor y el sufrimiento en un bienestar
radiante.
Precisamente el primer efecto de la entonación y de
la terapia vibracional con sonido es una relajación del
sistema nervioso, un aquietamiento de la mente, el poder
sentir serenidad y paz interior, tranquilizando las
emociones, calmando el estrés.
La entonación en la musicoterapia disminuye el
estrés y calma
En el Hospital Saint Agnes de Baltimore, los enfermos
de la unidad de cuidados intensivos escuchan música
clásica. "Media hora de música clásica ha producido el
mismo efecto que diez miligramos de Valium" según el
doctor Raymond Bahr, director de la unidad coronaria.
La música regula las hormonas del estrés. Los
anestesiólogos informan que el nivel de hormonas del
estrés en la sangre baja de forma importante en las
personas que escuchan música relajante y en algunos
casos elimina la necesidad de medicamentos.
El Dr. Paul Robertson cita estudios que demuestran que
los enfermos que oyen música tranquilizadora durante
quince minutos necesitan menos dosis de sedantes y menos
anestesia para operaciones muchas veces muy dolorosas.
En el centro médico de la Universidad de
Massachussets en Worcester, se alienta a los enfermos a
escuchar música tranquilizadora y a realizar ejercicios
de relajación y meditación en lugar de tranquilizantes y
otros fármacos que alteran el estado anímico.
Se han hecho muchos estudios que demuestran que las
personas anestesiadas continúan oyendo, aunque estén
inconscientes. Los fármacos anestésicos no afectan a las
fibras auditivas, de modo que éstas continúan
transmitiendo el sonido.
Autor: María Prieto Músico, naturópata y
terapeuta de la voz y el sonido Articulista de Enbuenasmanos