Neale Donald Walsch – Conversaciones con Dios – Libro 2 – Capitulo 16

Conversaciones con Dios – Libro 2 – Capitulo 16
Neale Donald Walsch
Neale Donald Walsch – Conversaciones con Dios – Libro 2 – Capitulo 16
La mayoría de las personas ocultan las cosas de las cuales se avergüenzan o no quieren que otros las conozcan. Ésa es la razón por la cual la mayoría oculta su sexualidad, y casi todos ocultan su dinero. Es decir, no son abiertos respecto a estas cuestiones. Consideran su dinero como un asunto muy privado. Y ahí radica el problema.
Si cada una de las personas supieran todo lo relacionado con la situación económica de los demás, habría una sublevación en el país y en el planeta, que no tendría semejanza con nada que se haya visto. Y como secuela de eso habría justicia y equidad, honestidad y verdad en beneficio de lo prioritario en la conducción de los asuntos humanos.
Por ahora, no es posible introducir al mercado la justicia o la equidad, o el bien común, dada la facilidad con que se oculta el dinero. En realidad, se le puede tomar y ocultar físicamente. Asimismo, hay toda suerte de medios por los cuales los contadores creativos pueden maniobrar para que se “oculte” o “desaparezca” el dinero de las empresas y las personas.
Puesto que el dinero se puede esconder, no hay forma de que nadie conozca exactamente cuánto tiene otra persona o qué hace con él. Esto propicia que exista una plétora de inequidad. Por no hablar de juegos dobles. Las corporaciones, por ejemplo, pueden pagar a dos personas salarios extremadamente diferentes por el mismo trabajo. A un empleado le pueden pagar $57 000 y a otro $42 000 al año por desempeñar exactamente la misma función. A un empleado se le paga más que al otro debido sencillamente a que el primer empleado tiene algo de lo que carece el segundo.
¿Y qué es eso?
Un pene.
Oh.
Sí. Oh, en efecto.
Pero tu no entiendes. Con un pene, el primer empleado es más valioso que el segundo; más perspicaz, mucho más inteligente, y, obviamente, más eficiente.
hummm… No recuerdo haberlos formado así. Quiero decir, tan desiguales en capacidad.
Pues bien, lo hiciste, y me sorprende que Tú no lo sepas. En este planeta, todo el mundo lo sabe.
Mejor dejamos ese enfoque, o los lectores pensarán que hablamos en serio.
¿Quieres decir que tu no hablas en serio? ¡Vaya, nosotros sí! Los habitantes de este planeta lo saben. Ésa es la razón por la cual las mujeres no pueden ser sacerdotes católicos romanos o mormones, o situarse al lado contrario del Muro de las Lamentaciones en Jerusalén, o ascender al primer lugar de las compañías de Fortune 500, o ser pilotos de líneas aéreas, o…
Sí, entendemos el punto. Y Mi punto consiste en que si todas las transacciones monetarias se hiciesen visibles, en vez de ocultarse, sería mucho más difícil, por lo menos, salir impune de esa discriminación en los salarios. ¿Te puedes imaginar lo que pasaría si a todas las compañías del globo se les obligara a publicar todos los salarios de sus empleados? No me refiero a las escalas de salarios para clasificaciones particulares de trabajo, sino a la compensación real que se otorga a cada individuo.
Bueno, así se iría por la ventana el enfrentar intereses de otros para el beneficio propio.
En efecto.
Y lo mismo pasaría con “Vaya, ¿si podemos conseguirla por una tercera parte menos, por que debemos pagarle más?”
Ajá.
Y así desaparecería el sacarles brillo a las manzanas, la adulación al jefe y “las prebendas secretas” y las políticas de la compañía, y…
Y desaparecería mucho, mucho más del lugar de trabajo, y del mundo, por medio del simple recurso de descubrir la senda del dinero.
Piensa en eso. Si tú supieras exactamente cuánto dinero posee cada quién, y las utilidades reales de todas las industrias y corporaciones y cada uno de sus ejecutivos, así como el uso que le está dando al dinero cada persona y corporación, ¿no crees que cambiarían las cosas?
El hecho evidente es que si se supiera lo que está pasando realmente en el mundo, nunca nadie estaría de acuerdo con un 90 por ciento de lo que pasa. Si todas las personas en todas partes conocieran esos hechos, específica e inmediatamente, la sociedad nunca aprobaría la distribución extraordinariamente desproporcionada de la riqueza, y mucho menos los medios por los cuales se ganó, o la manera en que se utiliza para ganar aún más.
Nada propicia con más rapidez la conducta adecuada que la exposición a la luz del escrutinio público. Ésta es la razón por la cuál las llamadas “Leyes Sunshine” han hecho tanto bien para disipar una fracción del horrible desorden del sistema político y gubernamental. Las audiencias públicas y la responsabilidad pública han avanzado un buen trecho en la eliminación de las clases de maniobras secretas que tuvieron lugar en los años veinte, treinta, cuarenta y cincuenta en los municipios y consejos escolares y recintos políticos, y, asimismo, en el gobierno nacional.
Ya es hora de sacar a la luz la forma en que se maneja la compensación de bienes y servicios en este planeta.
¿Qué estás sugiriendo?
No es una sugerencia es un desafío. Desafío al ser humano a tirar todo su dinero, todos sus papeles y monedas y unidades monetarias individuales, y a empezar de nuevo. A elaborar un sistema monetario internacional que sea abierto, totalmente visible, rastreable de inmediato, y completamente explicable. A establecer un Sistema de Compensación Mundial por medio del cual se otorguen Créditos por servicios prestados y bienes producidos, y Débitos por servicios usados y productos consumidos.
Todo estaría en el sistema de Créditos y Débitos. Restituciones por inversiones, herencias, ganancias por apuestas, salarios y sueldos, propinas y gratificaciones, todo. Y nada podría comprarse sin los Créditos. No habría otra moneda negociable. Y los registros de todas las personas estarían abiertos al público.
Se ha dicho: muéstrame la cuenta bancaria de un hombre, y te mostraré al hombre. Este sistema se acerca a ese escenario. La población sabría, o al menos podría conocer bastante más acerca de lo que conoce ahora. Pero no sólo se sabría más acerca de cada uno; se sabría más acerca de todo. Más acerca de lo que las corporaciones pagan y gastan, y cual es el costo de cada producto, así como el precio. (¿Te puedes imaginar lo que harían las corporaciones si tuviesen que poner ambas cifras en cada etiqueta? ¡Disminuirían los precios! ¿Aumentaría la competencia, promovería el comercio justo? No te puedes imaginar las consecuencias de una disposición como ésa.)
Bajo el nuevo Sistema de Compensación Mundial, SCM, la transferencia de Débitos y Créditos sería inmediata y totalmente visible. Es decir, cualquiera y todos podrían inspeccionar la cuenta de otra persona u organización en algún momento. Nada se mantendría en secreto, nada sería “privado”.
Cada año, el SCM deduciría 10 por ciento de todas las utilidades de los ingresos de aquellos que voluntariamente solicitaran esa deducción. ¡No habría impuestos sobre la renta, no habría que presentar formas, no aparecerían deducciones, no se construiría una “escotilla de escape” ni se elaborarían medios para dificultar y confundir los datos! Puesto que todos los registros estarían abiertos, cualquier persona en la sociedad podría observar quien estaba eligiendo ofrecer 10 por ciento par el bien general de todos, y quién no. Esta deducción voluntaria se destinaría al apoyo de todos los programas y servicios del gobierno, de acuerdo con la votación del pueblo.
Todo el sistema sería muy sencillo y todo muy visible.
El mundo nunca estaría de acuerdo con un sistema de ese tipo.
Desde luego que no. ¿Y sabes por qué? Porque ese sistema haría imposible que las personas hicieran algo que no quisieran que supieran los demás. Sin embargo, ¿por qué querrían hacer algo así? Te diré la razón. Porque actualmente viven en un sistema social interactivo basado en “sacar ventaja”, “obtener beneficio”, “lograr lo máximo” y “la supervivencia del llamado más apto”.
Cuando el principal objetivo y la meta primordial de la sociedad (como es el caso en todas las sociedades realmente iluminadas) sea la supervivencia de todos; el beneficio, igualmente, de todos; el suministro de una buena vida para todos, entonces desaparecerá la necesidad del secreto y los acuerdos callados y las maniobras bajo la mesa y el dinero que puede ocultarse.
¿Te das cuenta de cuanta corrupción antigua, por no hablar de injusticias e inequidades menores, se eliminarían por medio de la aplicación de este sistema?
El secreto aquí, el santo y seña aquí, es la visibilidad.
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