Cuál
es la causa de que las personas dejen de tomar parte activa
en la vida? El chiquillo alegre y despreocupado se vuelve
reservado y cauteloso cuando es adolescente. La mujer que
tiene éxito en su profesión y que termina con una relación
tras otra, sufre de una falta de autoestima. El jubilado da
una mirada retrospectiva a su vida y lamenta las decisiones
que tomó en el pasado.
Hay una razón para estas situaciones tan comunes. No es que
"simplemente sucedan", ni dependan del destino. L. Ronald
Hubbard acumuló un cuerpo enorme de investigación que está
dirigido directamente a resolver la razón fundamental que
lleva al alejamiento de los demás y a la pérdida de la
integridad. Además, desarrolló un medio preciso para que
usted ayude a las demás personas a recobrar sus sentimientos
de honestidad y amor propio. No hay razón para que los
sueños rotos y las lamentaciones por el pasado continúen
alejando a las personas de participar en el presente.
Existe un mecanismo real que hace que las personas se alejen
de sus relaciones, de sus familias, grupos y, de hecho, de
sus sueños. Sin embargo, tales situaciones pueden
remediarse. En este capítulo descubrirá cómo puede ayudar a
otras personas a recobrar la integridad y el entusiasmo por
la vida.
Es una nueva manera de ver un problema antiguo, lo cual
significa que ya no tiene que sentarse sin tener parte y
observar impotente la angustia de los demás. En vez de eso,
tendrá en sus manos los instrumentos que resolverán por
completo la desdicha.
En cualquier actividad en que las personas interactúan, se
desarrollan códigos morales. Esto sucede en grupos de
cualquier tamaño, en una familia, en un equipo, en una
compañía, en una nación, en una raza. "¿Qué es un código
moral?" Es una serie de acuerdos a los que la persona se ha
adherido para garantizar la supervivencia del grupo.
Tomemos, por ejemplo, la Constitución de Estados Unidos. Fue
un acuerdo que hicieron los trece estados originales que la
crearon, como un medio de conducir sus asuntos. Siempre que
se ha quebrantado la Constitución, el país ha tenido
problemas. Lo primero que establecía era que no debía
existir impuesto alguno sobre el ingreso; más tarde, esto se
violó. Después cambiaron otro punto en la Constitución y
luego otro y otro más y cada vez que se ha hecho esto, ha
causado problemas.
¿Por qué hay dificultades? Porque no hay más acuerdos que el
acuerdo básico.
El hombre ha aprendido que cuando ha hecho acuerdos sobre
códigos de conducta o sobre lo que es adecuado, sobrevive, y
cuando no los ha establecido, no sobrevive. Así, cuando las
personas se reúnen, siempre redactan una larga y voluminosa
serie de acuerdos sobre lo que es moral (es decir, lo que
contribuirá a la supervivencia) y lo que es inmoral (aquello
que será destructivo para la supervivencia).
Moral, según estas definiciones, es todo aquello que en
determinado momento, se considera que tiene características
en favor de la supervivencia. Una acción en favor de la
supervivencia es una acción moral. Se considera inmoral lo
que se considera que va en contra de la supervivencia.
Cuando dos o más personas tienen un acuerdo mutuo, actúan
juntas y a eso se le llama acción conjunta . Bailar con
alguien es una acción conjunta, pelear con alguien es una
acción conjunta, trabajar en una organización es una acción
conjunta.
En la experiencia naval, se conoce el dato de que los
miembros de la tripulación de un barco no tienen ningún
valor hasta haber afrontado algún terrible peligro, o haber
peleado juntos. Podemos tener un barco navegando con una
tripulación nueva y, aunque estén entrenados para sus
deberes, nada funciona: los suministros nunca parecen llegar
a bordo, el combustible nunca parece fluir libremente hacia
las máquinas; no sucede nada, excepto confusión. Un día el
barco afronta una gran tormenta, con olas enormes y
embravecidas y cada miembro de la tripulación a bordo
trabajando conjuntamente para achicar el agua de la sala de
máquinas y mantener las hélices girando; de una forma u otra
evitan que el barco se haga pedazos y la tormenta amaina
(decrece, disminuye). Ahora por alguna razón especial,
tenemos un verdadero barco.
Ya sea que se trate de un grupo de dos personas en sociedad
o de una nación entera que se esté formando, tras haber
despojado de sus tierras a otra raza -el tamaño del grupo no
importa- se establecen ciertos acuerdos. La duración del
acuerdo no tiene mucho que ver. Podría ser un acuerdo de un
día, de un mes o para los siguientes quinientos años.
Por lo tanto, las personas, al formar grupos, crean una
serie de acuerdos sobre lo que es correcto y lo que es
incorrecto, sobre lo que es moral y lo que es inmoral, lo
que va en pro de la supervivencia y lo que no. Eso es lo que
se crea y después esto se desintegra por transgresiones
(violaciones de acuerdos o leyes). Estas transgresiones de
cada miembro del grupo de las que no se habla, pero que son
sin embargo transgresiones, llevan al grupo, de forma
gradual, a la desintegración.
En Cienciología se han examinado con gran detalle estas
transgresiones y sus efectos. El mecanismo que entra en
funcionamiento aquí comprende dos partes.
Se llama acto hostil a un acto dañino o transgresión contra
el código moral del grupo. Cuando una persona hace algo
contrario al código moral con el que ha estado de acuerdo, o
cuando omite hacer algo que debería haber hecho de acuerdo a
ese código moral, comete un acto hostil. Un acto hostil
viola aquello sobre lo que se ha estado de acuerdo.
Se llama ocultación a la transgresión, no expresada ni
dicha, contra un código moral al que la persona se ha
adherido. Una ocultación es un acto hostil que la persona ha
cometido, del cual no habla. Es algo que ella cree que si se
revelara, pondría en peligro su propia preservación. Toda
ocultación viene después de un acto hostil. Por lo tanto, un
acto hostil es algo que se hace ; una ocultación es un acto
hostil que se oculta a otra persona o personas.
Cuando una persona está de acuerdo en seguir cierto código
moral. . .
. . . pero después viola esos acuerdos, comete lo que se
conoce como acto hostil.
Cuando una persona no comunica algo que ha hecho por temor a
las consecuencias se le llama ocultación.
La única persona que puede separar a alguien de un grupo, es
la persona misma, y el único mecanismo mediante el cual
puede hacerlo, es la ocultación. La persona oculta a los
demás miembros del grupo las transgresiones contra el código
moral del grupo y así se individualiza (se separa) del
grupo, y por lo tanto, el grupo se desintegra.
Las enfermedades sociales del hombre son principalmente un
compuesto de sus dificultades personales. Un enfoque
funcional es ayudar al individuo a solucionar sus
dificultades personales para su mejora y la de la sociedad
de la que forma parte.
Cuando una persona ha cometido un acto hostil y después lo
oculta, generalmente utiliza el mecanismo social de la
justificación . Con "justificación" queremos decir, explicar
cómo un acto hostil no era en realidad un acto hostil.
Todos hemos escuchado a las personas tratar de justificar
sus acciones y todos sabemos por instinto que una
justificación equivale a una confesión de culpabilidad, pero
nunca antes habíamos comprendido el mecanismo exacto que
existe tras una justificación.
Sin recurrir a la aplicación de los procedimientos de
Cienciología, no había medio alguno de que una persona
pudiera aliviar su conciencia al haber cometido un acto
hostil, excepto, tratando de minimizar el acto hostil.
Algunas iglesias y otros grupos han usado la confesión en un
esfuerzo por aliviar a la persona de la presión de sus actos
hostiles. Sin embargo, al carecer de una comprensión total
de todos los mecanismos que entran en juego, ha funcionado
en forma limitada. Para que una confesión sea en verdad
efectiva, la revelación de nuestras fechorías debe
acompañarse de una aceptación completa de responsabilidad;
todos los actos hostiles son el producto de
irresponsabilidad en algún área o aspecto de la vida.
Las ocultaciones son en sí mismas un tipo de acto hostil
pero tienen un origen diferente. Cienciología ha probado en
forma concluyente que el hombre es básicamente bueno: un
hecho que desafía las creencias antiguas de que el hombre es
básicamente malo. El hombre es bueno hasta tal punto que,
cuando se da cuenta de que está siendo muy peligroso y
cometiendo demasiados errores, trata de minimizar su poder y
si eso no funciona y aún se encuentra cometiendo actos
hostiles, entonces busca terminar consigo mismo, ya sea
alejándose o dejándose atrapar y ejecutar. Sin esta
computación, la policía sería impotente para detectar el
crimen; el criminal siempre se ayuda a sí mismo para que lo
atrapen. Por qué la policía castiga al criminal que ha
atrapado es el misterio. Él desea volverse menos dañino para
la sociedad y quiere rehabilitación. Si esto es cierto,
¿entonces por qué no se descarga (aliviar su conciencia, su
alma) él mismo? El hecho es éste: considera que quitarse el
peso es un acto hostil.
Las personas ocultan los actos hostiles porque tienen la
idea de que decirlos sería otro acto hostil. Es como si
trataran de absorber y mantener fuera de la vista toda la
maldad del mundo; lo cual es una obstinación necia, ya que
al ocultar los actos hostiles, estos se mantienen a flote y
son, en sí mismos, como las ocultaciones, la única causa de
la maldad continua.
En vista de tales mecanismos, cuando la carga se hizo
demasiado grande, el hombre se vio inducido hacia otro
mecanismo: el esfuerzo por minimizar el tamaño y la presión
del acto hostil. La única forma de hacerlo era intentando
reducir el tamaño y la reputación de la persona contra la
que se había cometido el acto hostil. De aquí que, cuando un
hombre o una mujer ha cometido un acto hostil, generalmente
sigue un esfuerzo para reducir la bondad o importancia del
blanco del acto hostil. En consecuencia, el marido que
traiciona a su esposa debe entonces afirmar que la mujer de
alguna manera no era buena. Así, la esposa que traicionó al
marido tiene que rebajarlo para reducir el acto hostil.
Desde este punto de vista, la mayoría de las críticas son la
justificación por haber cometido un acto hostil.
Esto no quiere decir que todo sea correcto y que nunca se
requiera una crítica. El hombre no es feliz. Y el mecanismo
del acto hostil simplemente es un "juego" sórdido en el que
ha caído, sin saber a dónde iba. Por lo tanto, en la
conducta, en la sociedad y en la vida en general hay
aspectos correctos y aspectos incorrectos, pero la crítica
quejumbrosa y al azar, cuando no está confirmada por hechos,
es sólo un esfuerzo para reducir el tamaño del blanco del
acto hostil, para que la persona pueda vivir (o eso espera)
con el acto hostil. Por supuesto que criticar en forma
injustificada y rebajar la reputación es en sí un acto
hostil, así que este mecanismo, de hecho, no es funcional.
Esta es una espiral descendente: la persona comete actos
hostiles sin darse cuenta, después trata de justificarlos
encontrando defectos o echando la culpa a otros factores.
Esto le lleva a cometer más actos hostiles contra las mismas
personas, lo cual la conduce a su propia degradación y, a
veces, a la de esas personas.
La sociedad está establecida de tal forma que castiga la
mayoría de las transgresiones de una u otra forma. El
castigo sólo es otro elemento que empeora la secuencia del
acto hostil y degrada al que castiga. Pero las personas que
son culpables de actos hostiles, exigen el castigo. Lo
utilizan como ayuda para refrenarse (esperan) de más
transgresiones. La víctima exige el castigo y la sociedad,
obstinada en su error, se lo concede. Las personas bajan la
cabeza directamente y suplican que se les ejecute. Y si no
se les hace ese favor, la reacción de una mujer despreciada
es dulce en comparación.
Cuando escuche críticas mordaces y brutales contra alguien,
que parezcan un poco excesivas, sepa que tiene, delante de
sus narices, actos hostiles contra la persona a quien se
critica.
Aquí tenemos en nuestras manos el mecanismo que vuelve loco
a este universo. Conociéndo el mecanismo, es posible deducir
una resolución efectiva para desactivarlo. Sin embargo, hay
otras ramificaciones, que deben comprenderse primero.
Cuando una persona comete un acto hostil, en este ejemplo
robar dinero a su jefe . . .
. . .tiene una ocultación con la persona a quien ha dañado.
En cuanto la carga de lo que la persona ha hecho se vuelve
demasiado grande . . .
. . . tratará de minimizar al individuo a quien hizo daño,
en un esfuerzo de por reducir su acto hostil; a esto se le
llama justificación.
La tecnología de Cienciología incluye la explicación
verdadera de las partidas, repentinas y relativamente
inexplicables, de trabajos, familias, lugares y zonas. Estas
partidas se llaman vuelos .
Esta es una de las cosas sobre las que el hombre pensó
saberlo todo, y por tal razón, nunca se tomó la molestia de
investigar. No obstante, es la que le causa más
dificultades. El hombre lo había explicado todo a su
satisfacción, pero esa explicación no reducía la cantidad de
dificultades provenientes de la sensación de "tener que
irse".
Por ejemplo, al hombre le ha preocupado el elevado
porcentaje de divorcios, los elevados cambios de puesto en
las fábricas, el descontento laboral y muchas otras cosas,
todas ellas provenientes de la misma fuente: las partidas
repentinas o graduales.
Vemos que una persona con un buen trabajo, que probablemente
no conseguirá otro mejor, súbitamente decide irse y se va.
Vemos que una esposa con un esposo y una familia muy buenos,
se va y deja todo. Vemos que un esposo con una esposa guapa
y atractiva, rompe la afinidad y se va.
El hombre se explicaba esto diciendo que se le habían hecho
cosas que no toleraría, y que por tal motivo se tenía que
ir. Pero si esta fuera la explicación, todo lo que tendría
que hacer el hombre sería que las condiciones de trabajo,
las relaciones conyugales, los trabajos, los programas de
entrenamiento y demás, fueran excelentes, y el problema
quedaría resuelto. Pero, por el contrario, un examen
cuidadoso de las condiciones de trabajo y las relaciones
conyugales demuestra que mejorar las condiciones, con
frecuencia empeora la cantidad de vuelos. Es probable que
las mejores condiciones de trabajo en el mundo las lograra
el Sr. Hershey, de la famosa marca de chocolate, para los
trabajadores de su fábrica. Sin embargo, se sublevaron e
incluso le dispararon. Esto a su vez condujo a una filosofía
industrial que dice que cuanto peor se trata a los
trabajadores, más dispuestos están a quedarse, lo que en sí
mismo es tan falso como decir que cuanto mejor se les trata
más rápido vuelan.
Uno puede tratar a las personas tan bien que lleguen a
avergonzarse de sí mismas, sabiendo que no lo merecen, y se
precipita un vuelo. Y ciertamente se les puede tratar tan
mal, que su única opción es irse. Pero estas son condiciones
extremas y entre ellas se encuentra la mayoría de las
partidas. La esposa se esfuerza al máximo para hacer que su
matrimonio tenga éxito y el marido se aleja siguiendo las
huellas de una mujer licenciosa. El gerente se esfuerza por
mantener las cosas funcionando y el trabajador se va. Estas
situaciones inexplicables destrozan las organizaciones y las
vidas, y ya es hora de que las entendamos.
Las personas se van debido a sus propios actos hostiles y
ocultaciones . Esa es la realidad y la regla invariable. A
un hombre con un corazón limpio no se le puede dañar. El
hombre o mujer que debe, debe, debe convertirse en una
víctima y partir, parte debido a sus propios actos hostiles
y ocultaciones. No importa si la persona abandona una ciudad
o un trabajo. La causa es la misma.
Casi cualquiera, sin importar su posición ni lo que esté
mal, si realmente lo desea puede remediar una situación.
Cuando la persona ya no desea remediarla, sus propios actos
hostiles y ocultaciones en contra de las demás personas
implicadas en la situación han reducido su propia capacidad
para hacerse responsable de ella. Por lo tanto, partir es la
única respuesta aparente. Para justificar la partida, la
persona que vuela imagina cosas que se le hicieron, en un
esfuerzo por minimizar el acto hostil degradando a aquellos
contra los que lo hizo. La mecánica envuelta es bastante
sencilla.
Ahora que conocemos todo el mecanismo, es una
irresponsabilidad por nuestra parte permitir tanta
irresponsabilidad. Cuando una persona amenaza con abandonar
una ciudad, un puesto, un trabajo o un programa de
entrenamiento, la única cosa amable que se puede hacer es
sacar los actos hostiles y las ocultaciones de esa persona.
Hacer menos que eso permite que la persona se vaya con la
sensación de haberse degradado y de que se le ha dañado.
Es asombroso que actos hostiles triviales causan que una
persona vuele. En una ocasión se detuvo a un miembro del
personal justo antes de que volara, y se descubrió que el
acto hostil original en contra de la organización fue que no
la había defendido cuando un criminal habló mal de ella. Al
hecho de no haberla defendido, se acumularon más y más actos
hostiles y ocultaciones, como no transmitir mensajes, no
completar tareas, hasta que al final esto degradó tanto a la
persona que la llevó a robar algo sin valor. Este robo causó
que la persona creyera que sería mejor irse.
Es un comentario más bien noble sobre el hombre, decir que
cuando una persona se encuentra a sí misma siendo , según
cree, incapaz de refrenarse de dañar a un benefactor, lo
defenderá marchándose . Esta es la verdadera causa del
vuelo. Si mejoráramos las condiciones de trabajo de una
persona desde este punto de vista, veríamos que sólo
habríamos amplificado su acto hostil y asegurado el hecho de
que la persona se fuera. Si castigamos, podemos reducir el
valor del benefactor un poco y así reducir el valor del acto
hostil. Pero ni la mejora ni el castigo son la respuesta. La
respuesta está en Cienciología y usar los procedimientos de
Cienciología para elevar a la persona a un nivel alto de
responsabilidad en el que pueda tomar un trabajo o puesto y
llevarlo a cabo sin todo ese abracadabra extraño de: "Tengo
que decir que me estás haciendo algo para que pueda irme y
protegerte de todo lo malo que te estoy haciendo". Así está
la situación y no tiene sentido no hacer algo al respecto,
ahora que lo sabemos.
Intranquila reposa la cabeza de quien tiene una mala
conciencia. Limpie su conciencia y tendrá una persona mejor.
Cuando una persona acumula suficientes actos hostiles y
ocultaciones contra otra persona o área como en este caso,
en un matrimonio. . .
. . .empezará a criticar y a encontrar fallos en esa persona
o área. . .
. . .que justifican su partida, su vuelo. Las personas se
van debido a sus propios actos hostiles y ocultaciones.
El mecanismo de los actos hostiles incluye otro aspecto, se
llama la secuencia del acto hostil-motivador y explica más a
fondo mucho de la conducta humana.
Un acto hostil , como se ha visto, es una transgresión
contra el código moral de un grupo y además podría
describirse como un acto agresivo o destructivo del
individuo contra algún aspecto de la vida.
Un motivador es un acto agresivo o destructivo recibido por
la persona o alguna parte de la vida.
El punto de vista desde el que se ve el acto determina si es
un acto hostil o un motivador.
La razón de que se le llame "motivador" es porque tiende a
impulsar a la persona a devolverlo: "motiva" un nuevo acto
hostil.
Cuando alguien hace algo malo a alguien o a algo, tiende a
creer que debió haberse "motivado".
Cuando alguien recibe algo malo, también puede tender a
sentir que él debe haber hecho algo para merecerlo.
Los puntos anteriores son ciertos. Las acciones y reacciones
de las personas sobre el tema a menudo están muy falseadas.
La gente anda por ahí creyendo que estuvo en un accidente de
automóvil, cuando en realidad lo ocasionó.
También puede creer que ocasionó un accidente cuando de
hecho sólo estuvo en uno.
Algunas personas, al oír de una muerte, en seguida creen
haber matado a la persona aunque se encontraran muy lejos.
En las grandes ciudades hay personas que se presentan a la
policía y confiesan casi cada asesinato como rutina.
No es necesario estar loco para estar sujeto a la secuencia
del acto hostil-motivador.
La secuencia del acto hostil-motivador se basa en la ley de
interacción de Newton y está de acuerdo con ella. Esta ley
menciona que para cada acción existe una reacción contraria
igual a ella.
La simple ley de interacción es que si tenemos dos pelotas,
una roja y una amarilla, suspendidas por cuerdas y la pelota
roja se deja caer contra la amarilla, esta regresará y
golpeará a la roja.
Así opera la ley de interacción de Newton. Las personas que
han llegado muy abajo (que se han deteriorado) y empiezan a
seguir por completo al universo físico, usan esta ley como
su método exclusivo de operación.
Venganza: "Me golpeas, te golpeo".
Defensa nacional: "Si conseguimos suficientes armas
atómicas, es obvio que podremos evitar que otros nos ataquen
con armas atómicas".
Sin embargo, la secuencia del acto hostil-motivador implica
más que la ley de interacción de Newton.
Si José golpea a Guillermo, ahora José creerá que Guillermo
debió golpearle, y lo que es más importante, de hecho tendrá
un somático (dolor o incomodidad física) para probar que
Guillermo lo golpeó, aunque Guillermo no lo haya hecho.
Actuará de acuerdo a esta ley sin tomar en cuenta las
circunstancias reales. Y las personas van por ahí todo el
tiempo, justificándose, diciendo que Guillermo las ha
golpeado, Guillermo las ha golpeado, Guillermo las ha
golpeado.
Una acción dañina puede ser una acto hostil o un motivador,
dependiendo del punto de vista. Un motivador tiende a
incitar otro acto hostil (es probable que Guillermo, la
persona a quien se golpeó, devuelva el golpe o busque
venganza), acarreando así muchas dificultades en áreas de su
vida en que ha cometido actos hostiles.
Aunque no haya sucedido, los seres humanos, en un nivel
reactivo (irracional) muy bajo, insistirán en que sucedió;
esa es la secuencia del acto hostil-motivador.
Es muy valioso saber esto.
Por ejemplo, si oye a una esposa decir que su esposo la
golpea todos los días, busque debajo de su almohada el
garrote que ella usa, ya que con toda seguridad, si ella
dice que la pelota amarilla ha golpeado a la roja, dése
cuenta que la roja tuvo que golpear primero a la amarilla.
Este mecanismo ayuda enormemente a explicar ciertas
actividades humanas.
Lo correcto y lo incorrecto forman una fuente común de
disputa y lucha. Esto se relaciona muy de cerca con los
actos hostiles y ocultaciones y con la secuencia del acto
hostil-motivador.
El esfuerzo por tener razón es el último esfuerzo consciente
de un individuo de su extinción. "Yo tengo razón y ellos
están equivocados" es el concepto más bajo que puede
formular una persona inconsciente.
Lo que es correcto y lo que es incorrecto no es
necesariamente definible para todo el mundo. Esto varía de
acuerdo a los códigos morales y disciplinas existentes, y
antes de Cienciología, a pesar de que se les usaba como
prueba de "cordura" en jurisprudencia, no se basaban en
hechos, sólo en la opinión.
En Cienciología surgió una definición más precisa. Y la
definición se convirtió también en la verdadera definición
del acto hostil. Un acto hostil no es sólo dañar a alguien o
a algo: un acto hostil es un acto de omisión o comisión que
hace el menor bien al menor número de personas o áreas de la
vida, o el mayor daño al mayor número de personas o áreas de
la vida. Esto incluiría la propia familia, el grupo o equipo
propios y la humanidad como un todo.
Por lo tanto, una acción incorrecta lo es, al grado en que
daña al mayor número. Una acción correcta lo es, al grado en
que beneficia al mayor número.
Muchas personas piensan que una acción es un acto hostil
sólo porque es destructiva. Para ellas, todas las acciones u
omisiones destructivas son actos hostiles. Esto no es
verdad. Para que un acto de comisión u omisión sea un acto
hostil, debe dañar al mayor número de personas y áreas de la
vida. Por lo tanto, no destruir algo podría ser un acto
hostil. Ayudar a algo que dañara al mayor número, también
puede ser un acto hostil.
Un acto hostil es algo que daña ampliamente. Un acto
benéfico es algo que ayuda en general. Puede ser un acto
benéfico dañar algo que pudiera ser dañino para muchas
personas y áreas de la vida.
Dañar a todo o ayudar a todo pueden ser, de la misma manera,
actos hostiles. Ayudar a ciertas cosas y dañar a otras,
pueden ser por igual, actos benéficos.
La idea de no dañar nada y ayudar a todo es también bastante
demente. Es cuestionable pensar que ayudar a los que
esclavizan es una acción benéficos y es igualmente
cuestionable considerar que la destrucción de una enfermedad
es un acto hostil.
En lo relativo a tener razón o estar equivocado, pueden
desarrollarse muchos pensamientos confusos. No hay bien
absoluto ni mal absoluto. Tener razón no consiste en no
estar dispuesto a dañar y estar equivocado no consiste sólo
en no dañar.
Hay cierta irracionalidad en "tener razón" que no sólo
descarta la validez de la prueba legal de la cordura, sino
que también explica por qué algunas personas hacen cosas muy
incorrectas e insisten en que están haciendo lo correcto.
La respuesta está en un impulso, innato en todos, de tratar
de tener razón. Esta es una insistencia que rápidamente se
separa de la acción correcta y va acompañada de un esfuerzo
por hacer que los demás estén equivocados, como vemos en las
personas hipercríticas. Un ser que aparentemente está
inconsciente, aún sigue teniendo razón y haciendo que los
demás estén equivocados: es la última crítica.
Hemos visto a una "persona defensiva" explicar las
equivocaciones más descaradas. Esto también es una
"justificación". La mayoría de las explicaciones de la
conducta, no importa lo inverosímiles que sean, parecen
perfectamente correctas a la persona que las da, ya que sólo
está afirmando el hecho de que ella tiene razón y los demás
están equivocados.
Parece ser que los científicos que son irracionales no
pueden desarrollar muchas teorías. No lo hacen porque están
más interesados en insistir en su propia extraña corrección,
que en encontrará la verdad. Así, tenemos extrañas "verdades
científicas" de hombres que deberían tener mejores
conocimientos. La verdad la construyen los que tienen la
generosidad y el equilibrio de ver también dónde están
equivocados.
Usted ha escuchado algunas disputas muy absurdas entre la
multitud. Dése cuenta de que el orador estaba más interesado
en afirmar su propia corrección, que en estar en lo
correcto.
Un thetán (el ser espiritual, la persona misma) trata de
tener razón y lucha contra estar equivocado. Lo hace sin
tomar en cuenta si tiene razón en algo o hacer lo correcto
en realidad. Es una insistencia que no tiene ninguna
relación con lo correcto de la conducta.
Uno siempre intenta tener razón hasta el último suspiro.
¿Cómo llega uno entonces a equivocarse alguna vez?
Es de este modo:
Alguien realiza una acción incorrecta, accidentalmente o por
descuido. Lo incorrecto de la acción o la inacción está
entonces en conflicto con su necesidad de tener razón. Así
que puede continuar y repetir la acción equivocada para
probar que es correcta.
Este es un elemento fundamental de la aberración
(pensamiento o conducta irracional). Todas las acciones
incorrectas son el resultado de un error seguido de una
insistencia de haber tenido razón. En vez de corregir el
error (lo que implicaría estar equivocado), uno insiste en
que el error era una acción correcta y por eso la repite.
Conforme un ser baja por la escala, es más y más difícil que
admita haberse equivocado. Mejor dicho: el admitirlo, bien
podría ser desastroso para lo que aún pudiera tener de
capacidad y cordura.
El estar en lo correcto es el material de que está hecha la
supervivencia. Esta es la trampa de la que, aparentemente,
el hombre no ha sido capaz de liberarse a sí mismo: un acto
hostil que se apila sobre otro, avivado con afirmaciones de
estar en lo correcto. Por fortuna, existe un camino de
salida seguro de esta telaraña.
El impulso a estar en lo correcto está dentro de todas las
personas.
Cuando ocurre una acción equivocada, la persona entra en un
conflicto entre su acción errónea y el impulso por estar en
lo correcto . . .
. . . y puede continuar haciendo esta acción en un esfuerzo
por afirmar que está en lo correcto.