Termina con el
pasado; si no terminas con el pasado, vivirás en una vida fantasma. Tu
vida no es auténtica, no es existencial. El pasado vive a través de
ti, lo muerto sigue acosándote. Retrocede...Siempre que tengas
ocasión, cada vez que ocurra algo en ti. Felicidad, infelicidad,
tristeza, ira, celos...cierra los ojos y retrocede. Pronto adquirirás
eficiencia para viajar hacia atrás. Pronto serás capaz de retroceder
en el tiempo y entonces se abrirán muchas heridas. Cuando esas heridas
se abran en tu interior, no te pongas a hacer nada. No hay necesidad
de hacer. Limítate a mirar, observar, contemplar. La herida
está ahí...tú sólo mírala, dale a la herida tu energía de observación,
mírala, sin hacer ningún juicio...porque si juzgas, si dices:"esto es
malo, no debería ser así", la herida se volverá a cerrar. Y entonces
tendrá que esconderse. Cada vez que condenas, la mente intenta ocultar
cosas. Así es como se crean el consciente y el subconsciente. Por lo
demás, la mente es una sola; no hay necesidad de división alguna. Pero
si tú condenas, entonces la mente tiene que dividirse y meter algunas
cosas en la parte oscura, en el sótano, para que no las veas y no haya
necesidad de condenar.
No condenes, no
aprecies. Limítate a ser testigo, un observador distanciado. No
niegues. No digas: "esto no está bien", porque eso es una negación y
habrás empezado a suprimir.
Distánciate.
Limítate a mirar y observar. Mira con compasión y se producirá la
curación.
No me preguntes
por qué ocurre, porque es un fenómeno natural. Es como cuando el agua
se calienta a cien grados y se evapora. Nunca preguntas: "¿por qué no
ocurre a los noventa y nueve grados?" Nadie puede responder a esa
pregunta. Simplemente, ocurre que a los cien grados el agua se
evapora. No hay que preguntar, la pregunta es irrelevante. Si se
evaporara a los noventa y nueve grados, también preguntarías por qué.
Si se evaporara a los noventa y ocho, preguntarías por qué.
Simplemente, es natural que el agua se evapore a los cien grados.
Lo mismo ocurre
con la naturaleza interior. Cuando una conciencia distanciada y
compasiva llega a una herida, la herida desaparece, se evapora. No hay
un porqué. Simplemente, es natural, así son las cosas, así es como
ocurre. Cuando digo esto, lo digo por experiencia. Inténtalo, que la
experiencia también es posible para ti. Esta es la manera.
Extracto
del capítulo Muchas enfermedades, una sola receta: la rodada y
la rueda (págs. 144-146) |
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